Dubái es mundialmente conocida por ser una de las ciudades más modernas. Especialmente por sus rascacielos y la belleza del diseño masivo de sus islas artificiales en forma de países, palmeras datileras. Además de ser el hogar de grandes magnates y celebridades, así como carros lujosos, casas increíbles y hoteles exuberantes. Pero varias de las islas creadas por el hombre más famosas de la ciudad, como lo es The World, la cual muestra los países en la tierra y se puede ver desde el espacio, o Palm Jumeirah, están a punto de desaparecer. Se están hundiendo.
Hace 20 años comenzó la construcción de varios archipiélagos en la ciudad de Dubái, ubicada en los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, en muchas de ellas aún están creando infraestructura de tipo comercial y residencial. Esperan que se conviertan en uno de los mejores destinos turísticos del mundo.
Anunciado como el proyecto estrella del imparable desarrollo urbanístico, dos décadas después el panorama es muy distinto del imaginado. Además de las islas artificiales por terminar hay montones de proyectos abandonados, deudas, varias crisis económicas y petroleras en medio y lo peor: el mar reclama su lugar.
A pesar de las decenas de trabas y el gran impacto medioambiental que supone, Dubái y el promotor de sus obras artificiales, Nakheel, no descartan la idea de crear este oasis de lujo. En los últimos años varios inversores se han propuesto triplicar las cifras para continuar los trabajos de construcción.
La startup filipina Revolution Precrafted, por ejemplo, invertirá 3.200 millones de dólares en la construcción de apartamentos de lujo y un hotel. “Estamos orgullosos y emocionados de asociarnos con uno de los mejores desarrolladores inmobiliarios. No solo en Dubái, sino en todo el mundo”, dijo el CEO y fundador de la startup, Robbie Antonio.
Amenaza de hundimiento de las islas artificiales en Dubái
La empresa Penguin Marine fue la primera en advertir, en 2010, del hundimiento del conjunto de archipiélagos. Tras varias mediciones rutinarias de seguridad explicaron que la arena extraída del fondo marino para construir los 300 archipiélagos estaba lentamente regresando a su lugar de origen.
Posteriormente, gracias a una fotografía tomada desde la Estación Espacial Internacional (EEI) en febrero de 2010 se pudo evidenciar que, efectivamente, las aguas del golfo Pérsico estaban subiendo. Poco a poco las islas artificiales empezaban a desaparecer y los canales de navegación entre los archipiélagos se obstruyeron.
Informaciones de la NASA indican que Palm Jumeirah se está hundiendo cinco milímetros al año. La edificación ha afectado al flujo natural del viento, lo cual ha provocado que las mareas incrementen el ritmo de erosión. Por este motivo, el depósito del sedimento marino se ha desplazado 40 kilómetros en un lustro. Sin contar que todo el movimiento que se produce por la construcción afecta a la biodiversidad marina.
Ni las obras multimillonarias sobreviven al cambio climático
Diversos estudios ambientales han podido corroborar que cada año las playas de Dubái pierden entre 10.000 y 15.000 metros cúbicos de arena. La agencia de medio ambiente de Abu Dhabi afirmó que, en un escenario de cambio climático severo, las islas Palm y todo Dubái estarían bajo el agua debido al aumento en el nivel del mar. «La integridad de todos los edificios, servicios públicos e infraestructura en Palm Jumeirah es un testimonio del hecho de que no ha habido hundimiento. Cualquier asentamiento en el suelo, incluso de tan solo cinco milímetros, generaría manifestaciones físicas obvias, como grietas en la mampostería, tuberías con fugas o ventanas rotas”, dijo un vocero.
En su momento, Nakheel negó la mayoría de las declaraciones y ganó el juicio contra Penguin Marine, que quiso rescindir su contrato. «Nuestra encuesta de monitoreo periódica en los últimos tres años no observó ninguna erosión sustancial que requiera la alimentación de arena».
Para crear el archipiélago artificial conocido como The World se emplearon más de 300 millones de metros cúbicos de arena. Además de 47 millones de toneladas de roca. Mientras que para la isla Palm Jumeirah, cuyo proyecto comenzó en 2001, participaron 15.000 constructores.
Alertan los ambientalistas
En 2006 la isla estaba lista, usaron materiales como piedra y arena, que se extrajeron del fondo de la bahía. En total la longitud de esta isla artificial es de 11 km. El área total Jumeirah tiene más de 25 km cuadrados, lo que equivale a 800 campos de fútbol. Estos proyectos se iniciaron en 2001 por el jeque Mohammed bin Rashi al Maktoum, quien decidió expandir la línea costera y crear una zona turística paradisíaca en las aguas del golfo Pérsico. Pero sin utilizar estructuras de hormigón y metal.
A pesar de la grandeza y la belleza de estas islas artificiales, el cambio climático es un hecho. Los ambientalistas han repetido en varias ocasiones que es una mala idea pues los cambios en la flora y fauna del golfo tendrán, tarde o temprano, consecuencias catastróficas.