Rusia intensifica su ofensiva en el este de Ucrania, aunque los reveses económicos comienzan a sentirse en ese país invasor, tras las sanciones de Occidente. Este lunes los ataques se focalizaron en las provincias de Lugansk, Dnipropetrovsk y Donetsk, donde lanzaron misiles. En Mariupol, las fuerzas ucranias siguen sin rendirse, a pesar del ultimátum ruso del domingo. Mientras en Kiev, han encontrado más de 900 cadáveres luego de la retirada de las fuerzas rusas. La mayoría de ellos con heridas de bala.
Vladimir Putin continúa su escala de horror en territorio ucraniano, desoyendo a líderes que piden el cese del conflicto y al papa Francisco, en sus ruegos mundiales por la paz. Entretanto, en los alrededores de Kiev el número de muertos duplica el anunciado por las autoridades ucranianas hace casi dos semanas. Andriy Nebytov, jefe de la policía regional de la capital, dijo que los cuerpos fueron abandonados en las calles o se les dio sepultura temporal. Citó datos de la policía que indican que el 95% de los 900 cadáveres murieron por heridas de bala.
“En consecuencia, entendemos que bajo la ocupación (rusa), la gente fue simplemente ejecutada en las calles”, aseguró Nebytov. Otro doloroso capítulo que se endosa a los crímenes de guerra ejecutados por el Kremlin.
En adición, el Ministerio de Defensa ruso prometió elevar los ataques con misiles contra la capital ucraniana. Una advertencia ominosa luego de la pérdida de su buque insignia, el Moskva, en el Mar Negro. En el inicio de la semana se escucharon varias explosiones en Kiev. Este lunes, y por segundo día consecutivo, no se abrieron corredores humanitarios en Ucrania.
Rusia y los feroces ataques en Mariupol
Rusia, en la intensificación de sus ataques, lanzó este domingo un ultimátum a los últimos defensores ucranianos de Mariupol. Exigió que depusieran las armas para preservar sus vidas y evacuaran este puerto estratégico en el sureste de Ucrania. Cuya captura supondría una importante victoria para Moscú pero las horas transcurren sin que haya habido movimiento alguno en esa dirección.
Oficialmente la posición es justamente la contraria, la de reforzar la resistencia. El primer ministro ucraniano, Denys Chmygal, dijo a la cadena estadounidense ABC que los defensores de Mariupol lucharán «hasta el final». «No, la ciudad no ha caído. Nuestras fuerzas militares, nuestros soldados, siguen ahí. Lucharán hasta el final», afirmó.
El mando militar ruso aseguró que las autoridades ucranianas han prohibido rendirse a sus militares sitiados en la planta siderúrgica Azovstal en Mariupol. Esta ciudad, en el este de Ucrania, según las fuerzas rusas, estaría bajo su control después de feroces combates. Con la excepción de un foco de resistencia, la situación es «inhumana», afirmó el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
«Bajo la ocupación rusa la gente fue simplemente ejecutada en las calles»
Andriy Nebytov, jefe de la policía
Zelenski hizo un llamamiento a Occidente para que proporcione «inmediatamente» las armas pesadas que había estado pidiendo durante varias semanas. Y amenazó con detener las negociaciones de paz con Moscú si los últimos soldados ucranianos en Mariupol eran «eliminados».
En la madrugada del domingo, el estado mayor ucraniano indicó que los rusos habían llevado a cabo ataques aéreos en la ciudad, particularmente desde la región de Donetsk. También en un comunicado mencionó, sin ofrecer detalles, «operaciones de asalto cerca del puerto».
La captura de esta ciudad sería una importante victoria para los rusos porque les permitiría consolidar sus ganancias territoriales costeras a lo largo del Mar de Azov al unir la región de Donbás, controlada en parte por sus partidarios.
Armas nucleares, ¿nuevos ataques de Rusia?
Otra opinión se suma al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que sigue dejando imágenes y testimonios desgarradores. En las últimas horas, el gobernador de la región ucraniana de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, aseguró que «el enemigo puede apoderarse de la tierra en la que solía estar Mariupol. Pero la ciudad de Mariupol ya no existe».
Kyrylenko le dijo a CNN que las tropas ucranianas todavía están «valientemente defendiendo Mariupol» contra las fuerzas rusas que han bombardeado la ciudad en el Mar de Azov, dejándola en ruinas.
«La ciudad de Mariupol ha sido borrada de la faz de la tierra por la Federación Rusa, por aquellos que nunca podrán restaurarla», agregó.
Las tropas rusas han sitiado esa ciudad durante más de un mes, dejando a sus habitantes sin acceso a alimentos, agua, calefacción y ayuda humanitaria. Los analistas creen que probablemente se convertirá en la primera gran ciudad ucraniana en caer durante la próxima semana. La ocupación de Mariupol le serviría a Rusia como un puente terrestre entre los territorios controladosen el este de Ucrania y la Península de Crimea, que Rusia tomó de Ucrania en 2014.
En tanto, el alcalde de Mariupol, Vadym Boychenko, dijo a The Associated Press que al menos 21.000 personas murieron en la ciudad con cuerpos «alfombrados por las calles».
Rusia y sus contundentes ataques podrían ir a más. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo a CNN que «todos los países del mundo» deben estar preparados para la posibilidad de que Putin, utilice armas nucleares tácticas en su guerra contra Ucrania.
“Armas químicas… deberían, podrían hacerlo, para ellos la vida de la gente, (no significa) nada. Por eso”, añadió, «deberíamos pensar no en tener miedo, sino en estar preparados. Pero eso no es una cuestión de Ucrania, sino de todo el mundo, creo».
Represión y cierre de medios en Rusia
Los funcionarios estadounidenses de la CIA coinciden con Zelensky, sobre los nuevos ataques de Rusia. Advirtieron la posibilidad de que Putin recurra al uso de armas nucleares tácticas en Ucrania, si se ve acorralado. El director de la CIA, Bill Burns, indicó que la agencia vigila «muy atentamente» esa posibilidad. Al tiempo subrayó que EE UU no ha visto todavía ninguna señal de que Rusia se esté preparando para dar ese paso.
«Dada la posible desesperación del presidente Putin y de los dirigentes rusos. Así como los reveses que han sufrido hasta ahora en el plano militar, ninguno de nosotros puede tomar a la ligera la amenaza que supone un posible uso de las armas nucleares tácticas. O las armas nucleares de bajo rendimiento», precisó en declaraciones públicas en Georgia Tech.
Entretanto, el régimen de Rusia aplica otro tipo de ataques en lo interno. Adelantan una campaña de represión sin precedentes contra el periodismo independiente. Las protestas contra la guerra y las voces disidentes tras la invasión rusa de Ucrania, denunció Amnistía Internacional.
Putin ha procedido a bloquear los medios de comunicación más críticos y populares. Cerrar emisoras de radio independientes y obligar a decenas de periodistas a interrumpir su trabajo o abandonar el país. Las autoridades han privado casi por completo a la población rusa de acceso a información objetiva, imparcial y fidedigna. El órgano regulador de los medios de comunicación de Rusia, Roskomnadzor, también ha bloqueado el acceso a Facebook y Twitter.
“Las autoridades rusas llevan 20 años librando una guerra encubierta contra las voces disidentes practicando arrestos de periodistas. Con la guerra han pasado a una estrategia de ‘tierra arrasada’ que ha transformado el paisaje de los medios rusos en un erial”, asentó Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central.
Con bombardeos, sin agua y con pobreza
Los bombardeos y ataques insistentes de Rusia, además de muertes y desolación, dejan en indefensión a los sobrevivientes. Casi un millón y medio de habitantes del este de Ucrania están sin agua corriente. Y se añaden a los cuatro millones y medio que no tienen acceso adecuado al agua potable, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Más de siete semanas intensas hostilidades en Ucrania han devastado las redes de agua y electricidad. Desde el comienzo de la guerra, solo en el este de Ucrania se han registrado al menos 20 incidentes que han dañado la infraestructura del suministro de agua.
La situación es especialmente crítica en la asediada ciudad de Mariúpol, donde es probable que «decenas de miles de personas utilicen fuentes sucias en busca de agua». Así como en las principales ciudades de Donetsk y Lugansk, donde 340.000 personas corren el riesgo de perder el acceso al agua potable si se seca el embalse de Horlivka.
Asimismo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) anunció un nuevo programa de apoyo para abordar las necesidades de millones de personas en Ucrania durante los próximos dos años.
«La guerra en Ucrania continúa infligiendo un inmenso sufrimiento humano. Las primeras estimaciones proyectan que se podrían perder cerca de dos décadas de progreso socioeconómico si la guerra continúa. Con 9 de cada 10 personas en riesgo de caer en la pobreza», dijo Achim Steiner, Administrador del PNUD. “Tenemos el compromiso inquebrantable de quedarnos y cumplir con el pueblo de Ucrania. Incluyendo el apoyo al gobierno para mantener las estructuras esenciales de gobernanza para la gestión de la respuesta a emergencias. La prestación de servicios públicos vitales y la protección de los medios de subsistencia”.