El asalto a la sede del Capitolio de los Estados Unidos ha puesto a Donald Trump en el ojo del huracán. Todavía no está claro cómo sucedieron los hechos. Pero ya se han levantado voces para acusar al presidente. Los demócratas están promoviendo que se le remueva del cargo. Todavía no ha habido un juicio y, por tanto, tampoco una sentencia. Pero las redes sociales ya dictaron su veredicto. Se le adelantaron a la Justicia. Facebook y Twitter bloquearon las cuentas de Trump indefinidamente. Lo culpan de la violencia en la sede del Congreso.
Cuando han pasado pocos días desde que una sesión bicameral en el Congreso fue interrumpida porque el edificio del Capitolio fue asaltado por una turba, quedan demasiadas preguntas en el aire. ¿Cómo es posible que un grupo de personas violentas, desorganizadas y sin entrenamiento hayan podido penetrar en una de las instalaciones más seguras del planeta? ¿Dónde estaban los funcionarios altamente capacitados que debían proteger la sede parlamentaria?
Además, hay vídeos de estas personas, no solo penetrando en el Capitolio, sino «posando para las cámaras», tanto así, que ha sido relativamente fácil dar con su paradero y arrestarlas. Pero, sin haber finalizado la investigación policial, los medios y redes sociales insisten en achacarle la responsabilidad de los hechos a Trump. Aunque no se han presentado pruebas, solo especulaciones basadas en las apariencias.
Facebook y Twitter contra Trump
Después bloquear al presidente Donald Trump para que no publicara en su cuenta de Facebook e Instagram durante 24 horas, el director ejecutivo de la empresa que maneja estas redes, Mark Zuckerberg anunció que la medida se extenderá «indefinidamente».
«Creemos que los riesgos de permitir que el presidente continúe usando nuestro servicio durante este período son simplemente demasiado grandes. Por tanto, estamos extendiendo el bloqueo que hemos colocado en sus cuentas de Facebook e Instagram de manera indefinida y durante al menos las próximas dos semanas, hasta que se complete la transición pacífica del poder», escribió Zuckerberg en una publicación de Facebook.
Posteriormente, Twitter también suspendió de forma permanente la cuenta principal de Donald Trump «debido al riesgo de mayor incitación a la violencia». La red ya había bloqueado al mandatario el miércoles por 12 horas, tras un vídeo en el que Trump hacía un llamado a sus seguidores para que regresaran a casa en paz.
La decisión de Twitter se tomó «tras una revisión atenta de los tuits recientes de la cuenta @realDonaldTrump y del contexto alrededor».
Cada vez más aislado
El bloqueo indefinido de Facebook y Twitter a las cuentas de Trump se produce en medio de crecientes solicitudes para que las redes sociales silenciaran al presidente. Entre quienes han hecho estas peticiones están la ex primera dama Michelle Obama, el senador demócrata Bennie G. Thompson, y la Junta de Supervisión Real, una organización de vigilancia de Facebook no afiliada a la empresa presidida por Zuckerberg.
Michelle Obama dijo que el presidente debe ser bloqueado definitivamente y condenó a Facebook, Twitter y YouTube de Google por no detener la avalancha de contenido «extremista y peligroso» de Trump y sus partidarios que «alimentó la violencia del miércoles».
“Ahora es el momento de que las empresas de Silicon Valley dejen de permitir este comportamiento monstruoso y vayan más allá de lo que ya han hecho al prohibir permanentemente a este hombre en sus plataformas y establecer políticas para evitar que los líderes de la nación utilicen su tecnología para impulsar insurrección”, escribió Obama en un comunicado publicado en Twitter. Evidentemente, la señora de Obama no confía en las instituciones que por más de 200 años han funcionado en Estado Unidos y prefiere que sean los «caudillos» y «barones» del Silicon Valley quienes decidan qué decir y cuándo.
La ex primera dama criticó el «abismo» entre la respuesta de la policía a la «violenta turba de partidarios de Trump» y las acciones más contundentes tomadas por los oficiales en respuesta a las «protestas pacíficas» de Black Lives Matter el año pasado, pero obvió la presencia de líderes de BLM en el asalto del Capitolio. No hace mención a los saqueos y destrucción de propiedad pública y privada que se produjeron durante las protestas de ese movimiento «pacífico» en 2020. Tampoco a la forma cómo los llamamientos a participar en estos saqueos fueron ampliamente difundidos a través de las redes sociales.
Mano dura en las redes
«Fue necesaria una insurrección literal para que Facebook hiciera lo correcto», dijo la Junta de Supervisión Real en un comunicado publicado en Twitter. «Ahora ha bloqueado a Donald Trump, como pedimos ayer, hasta la toma de posesión. Pero es solo por no haber tomado medidas anteriormente que estamos en este punto».
El congresista Bennie G. Thompson (demócrata por Misisipi), presidente del Comité de Seguridad Nacional, también pidió prohibiciones permanentes de las cuentas de Trump. “Durante cuatro años, Facebook y Twitter le han dado al presidente una plataforma para escupir mentiras peligrosas y violentas y causar un daño incalculable a nuestra democracia», dijo Thompson en un comunicado.
Sarah Kate Ellis, presidenta y directora ejecutiva de GLAAD, la organización de defensa LGBTQ, pidió al director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, que bloqueara las cuentas a Trump «antes de que ponga a más personas en peligro«.
«Donald Trump ha vendido durante mucho tiempo mentiras y teorías de conspiración, incitó a la violencia y alentó la supremacía blanca, utilizando plataformas de redes sociales para amplificar su ignorancia, desinformación y odio, poniendo a todos los estadounidenses en riesgo», dijo Ellis.
Otras acciones
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, solicitó al presidente del Estado Mayor Conjunto del Ejército, Mark Milley, que “restrinja el acceso del presidente saliente, Donald Trump, a los códigos de lanzamiento de armas nucleares«.
Asimismo, recalcó que el Congreso tomará las medidas pertinentes para destituir al presidente por el “violento asalto” registrado el miércoles en el Capitolio. Instó así a los republicanos a unirse a los demócratas y lograr la salida de Trump la Casa Blanca, «si no dimite de forma inmediata”.
La búsqueda de la verdad
Estas solicitudes se han estado realizando cuando todavía no han sido totalmente aclaradas las circunstancias que rodearon los hechos de violencia que ocurrieron en el edificio legislativo, que hasta ahora ha arrojado un saldo de cinco personas muertas (entre ellas un agente policial).
Si bien los medios, las redes sociales y varios voceros han acusado a Trump por los hechos, aun no hay señalamientos específicos de quiénes participaron en el asalto. Se presume que serían seguidores del presidente. También hay evidencias de que hubo activistas del movimiento racial Black Lives Matter y del grupo extremista de izquierda Antifa.
Tal es el caso de John Sullivan, fundador de “Insurgence USA” y “Anti TRUMP”. En su canal de YouTube, bajo el nombre de «Jayden X» publicó el 7 de enero imágenes que lo muestran entrando al edificio del Capitolio en Washington, con un grupo de partidarios de Trump y posiblemente otros el día anterior. El vídeo se encuentra visible en su canal de Youtube, aunque con una advertencia de que su contenido es fuerte y no apto para menores de edad.
Pero Sullivan ha negado cualquier afiliación con Antifa. Reconoció que estuvo presente durante el asalto al Capitolio, aunque con la intención de «documentar los hechos». En una conferencia de prensa el 8 de septiembre, el subdirector del FBI Steven D’Antuono dijo que la agencia «no tiene indicios» de que Antifa haya tenido un papel en la toma del Capitolio.
En Twitter, donde también utiliza el seudónimo de Jayden X, Sullivan publicó el 28 de diciembre que «una revolución armada es la única manera de lograr un cambio de manera efectiva«. Es conocido por participar en protestas y disturbios relacionados con el movimiento BLM.
Por otro lado, un militante de Antifa reveló en Instagram su participación en el asalto al Capitolio. “Sí, fuimos nosotros”, dijo.
Una cadena de errores
Las autoridades policiales estadounidenses han abierto una investigación criminal sobre el ataque al Capitolio. El fiscal federal interino para el Distrito de Columbia, Michael Sherwin, dijo que 15 personas han sido acusadas en un tribunal federal en Washington, en relación con los disturbios. Mientras, otras 40 fueron acusadas en el tribunal superior de DC en el período previo a los hechos, la mayoría de ellas por entrada ilegal a los terrenos del Capitolio.
Los cargos federales incluyen robo de propiedad gubernamental y uso de armas de fuego. Un hombre fue arrestado cerca del Capitolio acusado de portar un arma de asalto semiautomática y 11 cócteles Molotov que estaban «listos para usar».
Sherwin advirtió que debido a que la policía del Capitolio permitió que todos menos un puñado de los cientos de alborotadores que irrumpieron en la sede parlamentaria se fueran, el esfuerzo para identificar y arrestar a los perpetradores «podría llevar meses, quizás todo el año«. Cientos de investigadores están revisando vídeos de vigilancia e imágenes de las redes sociales, para identificar a los perpetradores.
El fiscal no ha aclarado si se investigará las razones por las cuales los agentes del orden permitieron que los asaltantes se fueran. Tampoco se ha dicho si hay algún procedimiento abierto para analizar cómo estas personas pudieron violar la seguridad de la sede del Poder Legislativo de la primera potencia del mundo.
El papel de la policía
Una pregunta clave sobre el incidente sigue en gran parte sin respuesta. ¿Por qué las fuerzas policiales que custodiaban el Capitolio no pudieron evitar que los alborotadores entraran al edificio?
La Policía del Capitolio de los Estados Unidos mostró su incapacidad para detener a personas, incluso cuando estaban rompiendo ventanas, saqueando oficinas y robando documentos y materiales federales.
El jefe de ese cuerpo, Steven Sund, declaró que estaban preparados para una protesta masiva, «pero lo que sucedió los sorprendió con la guardia baja«.
Defendió a sus oficiales diciendo que «miles de personas» estaban involucradas «en acciones violentas y desenfrenadas». «Atacaron a los agentes del orden con tubos de metal, irritantes químicos y otras armas», agregó.
Más de 50 policías del Capitolio y policías de Washington resultaron heridos, y varios fueron trasladados al hospital. Un portavoz dijo que Sund dejará el cargo.
Sentencia previa
El proceso de investigación seguirá su curso. Las personas involucradas enfrentarán un proceso policial y judicial, que cumplirá con las etapas que establece la ley. Un proceso que, como ha reconocido el fiscal Sherwin, «podría llevar meses, quizás todo el año«.
Sin embargo, el juicio de los medios de comunicación, de los líderes de opinión y de las redes sociales terminó en tiempo récord. El único culpable es Donald Trump y sus «mensajes de odio» a través de Facebook, Twitter, Instagram y Youtube.
Se dice que, si se hubiesen bloqueado sus cuentas en las redes sociales, nada de esto hubiese sucedido. Y que si se le bloquean ahora, no volverá a ocurrir. Así de simple.
Trump se despide en Twitter
El presidente Donald Trump condenó la decisión de Twitter de suspender permanentemente su cuenta en la red social. Dijo que se plantea crear su propia plataforma para difundir sin filtros sus mensajes. “¡No nos silenciarán!”, expresó en un comunicado distribuido por la Casa Blanca.
Dijo que Twitter “ha ido más y más lejos a la hora de prohibir la libertad de expresión”, y les acusó de haberse “coordinado con los demócratas y la izquierda radical” para eliminar su cuenta con la intención de amordazarlo.
El 8 de enero, Trump escribió en su cuenta de Twitter: «A todos los que han preguntado: no asistiré a la ceremonia de investidura del 20 de enero». Sin saberlo, este mensaje, cargado de símbolos, se convirtió en su despedida. Fue la última publicación en su cuenta, que tiene 88,7 millones de seguidores.
El juicio de Facebook y Twitter contra Trump
En realidad el asunto es más complejo. El peso de los medios de comunicación (y ahora de las redes sociales) en los hechos de violencia ha sido objeto de amplios debates. En Francia, el Gobierno busca aprobar una nueva Ley de Seguridad que, entre otras cosas, establece multas o prisión a quienes publiquen fotografías o videos de los agentes de policía en servicio «con el objetivo de de dañar su integridad física o psicológica».
Organizaciones de defensa de los derechos humanos han criticado la iniciativa francesa, ya que atenta contra la libre expresión. Además, señalan que la existencia de distintas fuentes de información ayudará a evitar los excesos policiales, al exponerlos a la opinión pública. Llaman a no dejar la decisión final de qué se debe publicar o no en manos de una sola institución (el Estado en este caso).
En el cuanto a Donald Trump, la decisión final de qué publicar o no quedaría en manos de una sola institución, las redes sociales (Facebook y Twitter en particular). ¿Cuál es la diferencia?
No cabe duda que los hechos de esta semana en el Capitolio deben ser investigados. Los responsables deberán responder a la justicia. Incluido el presidente. Pero no debería limitarse exclusivamente a Donald Trump. Ahora el presidente debe esperar por el juicio de la historia, el de Facebook y Twitter ya ha llegado, como una mueca de 1984.
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