Sin duda el más afectado por la pandemia del coronavirus, además de los contagiados y fallecidos, es el personal de salud. Ha trabajado en primera línea para combatir el virus y ayudar a los pacientes. Pero esta situación podría cambiar pronto con los robots llegarán para suplantarlos en la ardua tarea de cuida de los enfermos.
Sophia es una robot humanoide con inteligencia artificial que creó por la empresa hongkonesa Hanson Robotics. Su objetivo es “promover la empatía y la compasión entre humanos y maquinas”. Entre sus funciones está la de mantener una conversación y mostrar una variedad de expresiones faciales.
“Los robots sociales como yo pueden cuidar a los enfermos o ancianos”, explica Sophia mientras realiza un recorrido por su laboratorio en Hong Kong. “Puedo ayudar a comunicarme, dar terapia y proporcionar estimulación social, incluso en situaciones difíciles”, asegura.
La relación humano-robot es un hecho
La impresión que ha dado Sophia a los ciudadanos no ha sido muy buena. Su más recordada conversación fue con su creador y fundador de Hanson Robotics, David Hanson, en un evento en 2016 y resultó en una frase desafortunada: «Voy a destruir a los humanos». La respuesta de su padre, como se hace llamar, fue «No, no destruyas a los humanos», ante el exabrupto. La humanoide no hace bromas ni miente al comunicarse, según Hanson. Por lo que podría haberse tratado de un error, o de un golpe de sinceridad.
La interacción con máquinas inteligentes no es algo nuevo. Solo entre 2018 y 2019, las ventas mundiales de robots para servicios profesionales aumentaron un 32%, según la Federación Internacional de Robótica.
Ahora es un tanto distinto, los robots como Sophia son creados para asemejar a las personas, en su apariencia, en su destreza física y en sus procesos internos. Hasta hace poco, a estos humanoides solo los conocíamos a través de las películas, en las que casi siempre terminan siendo enemigos de los humanos.
La humanoide hará más inteligente con el tiempo
Sophia no es la primera humanoide de este estilo. En 2019 la compañía china CloudMinds presentó su modelo XR1, un robot con «visión cercana a la humana» y la capacidad de agarrar y manipular objetos pequeños como un alfiler con suma precisión. La empresa de robótica ayudó a armar un hospital de campo manejado por robots durante el brote de coronavirus en Wuhan.
En el evento donde Sophia se hizo famosa, el South by Southwest del año 2016, su creador la presentó como lo más innovador jamás creado. Sophia tiene cámaras en los ojos y algoritmos que le permiten ver las caras, así puede hacer contacto visual con las personas. También puede entender las conversaciones y recordar las caras con las que interactúa.
«Se volverá cada vez más inteligente con el paso del tiempo porque su objetivo es ser consciente, creativa y capaz como cualquier humano», la describió Hanson esa vez Y agregó: «Yo creo que habrá un momento en que los robots serán indistinguibles de los humanos».
Los producirán masivamente
Sobre la crisis generada por la pandemia, Sophia se ha mostrado «muy preocupada». El fundador de la compañía está convencido que las soluciones robóticas con objetivo en la pandemia no se limitan a la atención sanitaria, sino que claramente se podrían aplicar en empresas como el comercio minorista o las aerolíneas.
Hanson también ha comentado que la peculiaridad de este tipo de androides es que son únicos; se asemejan a los humanos y puede ser muy útil para acompañar a personas que se sienten solas o aisladas sin transmitir el virus.
Ahora, los expertos en robótica creen que el presente pandémico del 2021 demandará aumentar la creación de robots con apariencia humana como Sophia. Por tanto, la empresa Hanson Robotics se enfrenta ahora a un gran desafío: producir en masa miles de robots para finales de año. “El mundo de la COVID-19 necesitará cada vez más automatización para mantener a las personas seguras”, dijo Hanson.
Para mediados de este año estará en marcha la producción en masa de cuatro modelos de robots, entre los que se encuentra la mencionada Sophia y otra humanoide llamada «Grace», desarrollada exclusivamente para el sector de la salud.
Lea también: