Por Cambio16
31/07/2017
Golpe a la trata de mujeres en San Sebastián. La Policía ha detenido a seis miembros de una organización criminal de origen brasileño dedicada a la captación de víctimas en Brasil para su posterior explotación sexual en pisos de la capital guipuzcoana y entre sus víctimas se encuentran personas transgénero.
Según explica la propia Policía en una nota, aprovechándose de la situación de necesidad en la que vivían en su país de origen, los delincuentes proponían a las víctimas venir a España a ejercer la prostitución y una vez aquí les imponían unas condiciones laborales «verdaderamente esclavistas» hasta saldar la deuda contraída con la organización, que podía llegar hasta los 15.000 euros.
La investigación comenzó a finales del año pasado con la denuncia interpuesta por una de las víctimas explotadas del clan en las dependencias policiales de Zaragoza. En su declaración, el denunciante aseguró haber sido explotado sexualmente por un clan familiar de origen brasileño que regentaba varios pisos de citas en San Sebastián, cuyo cabecilla era conocido como Greta.
El proceso de captación de víctimas tenía lugar en las zonas más pobres y deprimidas de Brasil, donde los captadores, aprovechándose de las condiciones de necesidad y vulnerabilidad en las que se encontraban, las ofrecían venir a España a ganarse la vida ejerciendo la prostitución. Tras aceptar la oferta, los miembros de la organización realizaban todos los trámites necesarios para que pudieran viajar y entrar en nuestro país sin problemas, acompañando a las mujeres explotadas en todo momento.
Para no levantar sospechas, no viajaban directamente hasta España sino que hacían escala en países intermedios, como Alemania, donde contaban con la presencia de otros miembros de la organización que disponían de pisos en los que alojaban a las víctimas una o dos noches, para continuar después el viaje.
Una vez en San Sebastián, las víctimas eran informadas de que habían adquirido una deuda con la organización, que podía oscilar entre los 5.000 y los 15.000 euros por los gastos derivados de su traslado desde Brasil, que deberían pagar ejerciendo la prostitución.
Disponibles las 24 horas del día
La organización ofrecía a sus clientes toda clase de servicios sexuales, prestados principalmente por personas transgénero y mujeres, las 24 horas el día. La oferta de servicios y la amplia disponibilidad reportaba a los explotadores cuantiosos ingresos. Por su parte, las víctimas debían estar disponibles todo el día. En cuanto al precio de los servicios, eran obligadas a entregar a los tratantes el 50% de lo obtenido por cada uno que prestaran, además de otros 100 euros mensuales por los conceptos de manutención y publicidad.
Las víctimas no disponían de documentación, pues la organización tenía retenidos sus pasaportes para asegurarse así el pago completo de la deuda. Además, eran alojadas en pisos controlados permanentemente por los tratantes y en pésimas condiciones de salubridad e higiene, viéndose obligadas a dormir hacinadas en camastros.
También las obligaban a consumir sustancias estupefacientes, así como a facilitárselas a sus clientes mientras mantenían relaciones sexuales, lo que aumentaba la duración de los servicios y consecuentemente, los beneficios económicos obtenidos con ellos.
La organización, cuyo principal responsable se hacía llamar Greta, estaba integrada también por sus dos hermanos –residentes en Brasil y encargados de la captación y traslado de las víctimas– y su actual pareja, que era la responsable de vigilar a las mujeres explotadas cuando estaban ya en las casas de citas. Junto a ellos estaban otros ciudadanos, también brasileños, que realizaban otras funciones, como alojar a las víctimas en los países en los que hacían escala para venir a España.