El brazo de la desigualdad global es largo, y se ha ido haciendo visible en algunas empresas que desarrollan la Inteligencia Artificial. Esta condición se distingue en las grandes potencias, generadoras de riqueza y tecnología, sobre países en desarrollo y con menos holguras económicas. Asimismo, esa brecha descansa en la escala laboral, donde las jornadas son exigentes y los pagos insignificantes.
Un estudio publicado en arXiv señala que ocho de cada diez reconocimientos mundiales en el uso de esa tecnología fueron en Estados Unidos. Incluidos gigantes tecnológicos como Google, Microsoft y Facebook. En las categorías a las mejores universidades y empresas por índice de publicación no incluyen a las de África o América Latina.
Estas estadísticas no son sorprendentes. El predominio de Estados Unidos en estos rankings es consistente con su dominio económico y cultural. Al igual que la aparición de China con el segundo índice más alto es un indicador de su creciente poder. Sin embargo, lo que sí sorprende es el trato inhumano a sus trabajadores que están subcontratados y en otros países.
La Inteligencia Artificial es la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Una tecnología que todavía resulta lejana, pero que desde hace unos años está presente en el día a día.
Se trata de algoritmos que procesan millones de ejemplos o imágenes o textos. Por ejemplo, una imagen de un pájaro en un conjunto de datos de IA se etiquetaría manualmente como «pájaro». Para que el algoritmo asocie los aspectos de esa imagen con la categoría «pájaro».
El proceso de etiquetar estos datos, a mano, escalado a millones, consume mucho tiempo y es tremendamente monótono. Gran parte de este trabajo se realiza fuera de Estados Unidos, en otros países occidentales. Las grandes empresas de Inteligencia Artificial explotan a trabajadores de todo el mundo, según un artículo por especialistas de Princeton, Cornell, la Universidad de Montreal y el Instituto Nacional de Ciencias Estadísticas.
Explotación en empresas que desarrollan Inteligencia Artificial
La publicación que empresas de Inteligencia Artificial de etiquetado de datos como Sama (antes Samasource), Mighty AI y Scale AI utilizan mano de obra del África subsahariana y el sudeste asiático. Pagan a sus empleados solo 8 dólares por día mientras que las corporaciones obtienen decenas de millones de dólares en ingresos al año.
La queja laboral se asemeja a la de los chinos en su propio país, con el llamado 996. Que hace referencia al notorio horario de trabajo de 9 de la mañana a 9 de la noche, 6 días a la semana. Y que ha producido un virulento rechazo en las redes sociales.
Uno de los conjuntos de datos más impactantes en la historia de la inteligencia artificial, ImageNet, se basó en los trabajadores de Mechanical Turk a quienes se les pagaba 2 dólares por hora. A esta explotación se une, el hecho de que los datos que se etiquetan han sido seleccionados por desarrolladores y programadores estadounidenses o de otros países occidentales.
Solución: integralidad y equidad
Los investigadores sugieren una posible solución. Integrar estos etiquetadores de datos en el proceso de desarrollo de IA, en lugar de mantenerlos como trabajadores que ganan centavos por imagen etiquetada. A los trabajadores se les pagaría de manera equitativa. Su conocimiento y experiencia ayudarían a abordar la disparidad en el proceso de recopilación de datos, y mejoraría la precisión del producto.
El artículo señala como ejemplo a Masakhane. Una empresa equitativa y dedicada a la preservación de las lenguas africanas a través de la inteligencia artificial. Masakhane no crea datos para los investigadores de IA, sino que fomenta una comunidad de personas que etiquetan, investigan y crean algoritmos para el continente africano.
«Es probable que podamos conectarlo con anotadores o traductores. Pero no apoyamos la participación superficial de los africanos como generadores de datos o consumidores», dijo la organización en su sitio web.
Si las empresas de Inteligencia Artificial ya incluyen etiquetadoras de datos en el proceso, estas personas deberían tener la oportunidad de crecer dentro de éstas. «Sugerimos ver el desarrollo de la IA como un camino a seguir para el desarrollo económico», escriben los expertos.
«Esta actividad de desarrollo no debe centrarse en actividades de baja productividad, como el etiquetado de datos. Sino en actividades de alta productividad como el desarrollo y la implementación de modelos y la investigación», añaden.
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