Este mes se cumplieron 56 años del controvertido experimento pedagógico sobre racismo Ojos azules, ojos marrones. El ejercicio fue conducido por Jane Elliot, maestra de un pueblito de Iowa, al día siguiente del asesinato de Martin Luther King. El objetivo era enseñarle a los niños blancos cómo era un día de la vida de un niño de color y sembrar conciencia sobre lo absurdo e injusto de la discriminación racial.
Luego de una breve charla sobre el racismo, Elliot separó a sus alumnos de tercer grado de primaria, en dos grupos. Por un lado, los de ojos azules y por el otro los de ojos marrones. A los de ojos azules les etiquetó, habló, y dio el trato brutal que recibían las personas de piel negra. A los de ojos marrones, lo contrario: les habló, etiqueto y trató bien, con respeto, halagos y preferencias.
La semana siguiente evaluó y conversó con todos los niños sobre cómo se habian sentido en los zapatos de los otros, y les incentivó a suprimir la discriminación racial en sus vidas. Elliot logró llevar -y sigue llevando hoy- ese experimento a decenas de primarias, liceos y universidades, programas de televisión, y empresas en Estados Unidos y Europa. Y recibió a cambio tanto premios como desprecio.
“Podríamos destruir el racismo en dos generaciones cambiando lo que se enseña en las aulas estadounidenses, pero primero tendríamos que cambiar el nivel de racismo entre los docentes”, ha dicho la maestra en repetidas oportunidades. Pero no ha sido así. Los programas de formación docente en la materia han sido insuficientes, y la cultura de la segregación racial (que abarca no solo a los negros sino a comunidades de inmigrantes en Estados Unidos) se mantiene en millones de familias.
Odio en la escuela
A 56 años del experimento, habiendo pasado por la Casa Blanca un presidente negro, el racismo en Estados Unidos sigue en pie. El reclamo de igualdad, no discriminación y respeto a los derechos de todas las personas que vocea el movimiento Black Live Matters y otros grupos antirracistas sigue vigente.
El Southern Poverty Law Center publicó en 2019 un estudio preocupante sobre la violencia y odio racial en las escuelas de Estados Unidos. Odio en la Escuela recoge datos de escuelas inmediatamente después de la campaña presidencial de 2016, cuando se registró una oleada de incidentes relacionados con insultos y símbolos raciales, intolerancia y acoso a niños de minorías en las escuelas del país.
“Llamamos a este fenómeno el “Efecto Trump”, porque parecía que los niños emulaban el lenguaje racista, xenófobo y grosero”, dice el informe.
En dos encuestas informales, los maestros admitieron que en muchos casos el nombre de Trump fue invocado, o sus palabras repetidas, por niños que acosaban a otros por su raza, etnia, religión u orientación sexual. Los maestros dijeron que los niños de color estaban preocupados por su seguridad y la de sus familias.
El subregistro de los medios
Los medios de comunicación recogieron en sus espacios informativos las expresiones de odio en las escuelas en 2019. Los graduandos de Baraboo, Wisconsin, haciendo el saludo nazi, o el personal de una primaria en Idaho que se disfrazó de “mexicanos y muro de Trump” en Halloween, alarmaron a la comunidad. Pero la realidad es que los medios presentan una pequeña fracción de los incidentes de odio y prejuicios que los educadores encuentran en el aula”, dicen los investigadores.
Para el estudio Odio en la Escuela, se identificaron 821 incidentes escolares reportados en medios de comunicación en 2018. En comparación, los educadores K-12 (desde el kindergarten hasta el 12o grado de primaria) informaron que hubo 3.265 incidentes de este tipo en el otoño de 2018.
Entre los principales hallazgos de esta investigación destacan, y alarman, los siguientes elementos:
- Más de dos tercios de los 2.776 educadores que respondieron al cuestionario fueron testigos un incidente de odio o prejuicio en su escuela en el otoño de 2018.
- Menos del 5 % de los incidentes presenciados por los educadores se reportaron en los medios.
- El racismo sería la motivación detrás de la mayoría de los incidentes de odio y prejuicios en la escuela: representa el 63% de los incidentes reportados en las noticias y el 33% de los incidentes reportados por los maestros.
- De los incidentes denunciados por los educadores, los relacionados con el racismo y el antisemitismo fueron los que más aparecieron en los medios en comparación con los incidentes antilatinos y anti-LGBTQ.
- Las autoridades escolares no actuaron en la mayoría de los incidentes de odio y prejuicios que presenciaron los docentes. Ninguna persona fue disciplinada en el 57 % de los casos.
Rebrote de los crímenes raciales en EE UU
Las escuelas en Estados Unidos se han convertido en exactamente lo contrario a lo que es su naturaleza, un lugar seguro para los niños y jóvenes, donde los adultos sean responsables de su formación cívica y bienestar.
Pero la escuela también es al final del día el reflejo de lo que ocurre fuera de sus muros. En la sociedad estadounidense, se ha producido en los últimos años un rebrote de agresiones contra estudiantes de color y LGBTQ. Los números del Federal Bureau of Investigacion, FBI sobre crímenes raciales desde 2018 a 2022 son elocuentes:
- 2018: 7.024 crímenes con motivos raciales en los Estados Unidos. De estos, 5.114 fueron delitos violentos y 1.910 fueron delitos contra la propiedad.
- 2019: 6.754 crímenes raciales; 4.893 delitos violentos y 1.861 contra la propiedad.
- 2020: 7.063 crímenes con motivos raciales, de los cuales 5.083 fueron delitos violentos y 1.980 contra la propiedad.
- 2021: 7.598 crímenes raciales; 5.413 de ellos fueron delitos violentos y 2.185 delitos contra la propiedad.
- 2022: Hasta el 30 de noviembre de 2022, se habían reportado 6,795 crímenes con motivos raciales, la cifra más alta de todo el período y faltando aún un mes para el cierre de aquel año. En esa oportunidad, 4.724 fueron delitos violentos y 2.071 delitos contra la propiedad.
La sociedad trata de responder
Pero la sociedad estadounidense en su conjunto no está de brazos cruzados. En el último lustro se han publicado numerosos estudios sobre racismo, acompañados de propuestas de políticas públicas y educativas para enfrentarlo.
Por ejemplo, la Revista de Sociología de la Educación publicó “Un análisis cuantitativo del racismo en las escuelas primarias de los Estados Unidos». Aquí examina las disparidades raciales en la disciplina escolar, las tasas de suspensión y el rendimiento a través de un compendio de investigaciones.
Esta publicación, dirigida por Candice Nelson, Jamie Lewis Keith y Raquel Pereira, proporciona a las instituciones de educación superior datos sobre el daño que causan el racismo y el sexismo en los aspirantes a estudiar en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina.
El compendio también ofrece enfoques eficaces para reducir las barreras y mitigar los daños del racismo y el sexismo. Una de las investigaciones y caso de estudio es el efecto de las protestas raciales que se registraron en el año 2015 en el campus de la Universidad de Missouri (Leading After a Racial Crisis Weaving a Campus Tapestry of Diversity and Inclusion, del año 2020).
A raíz de aquellos eventos, la universidad aumentó su capacidad de trabajo en materia de diversidad, equidad e inclusión. El informe documenta las actividades que han ayudado a la Universidad a progresar, incluida su iniciativa Marco Inclusivo de Excelencia. Se trata de un proyecto de financiamiento, capacitación de liderazgo e inversión de recursos para promover la diversidad, la equidad y la inclusión.
La influencia de un profesor que no motiva
Otro estudio incluido en el compendio corresponde a la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en el año 2019. Se aplicó a 150 profesores y 15.000 estudiantes de ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina y encontró que los profesores que tienen la creencia de que las personas tienen una capacidad fija y limitada para aprender y mejorar, presentan mayores brechas de rendimiento racial e inspiran mucho menos a sus estudiantes.
Estos profesores tuvieron un menor rendimiento en el curso entre afroamericanos, latinos y latinos nativos americanos que entre los estudiantes blancos y asiáticos. En promedio, los estudiantes blancos y asiáticos obtuvieron 0,14 puntos más que los estudiantes negros, latinos y latinos nativos americanos (en una escala de 4,0). Pero en los cursos impartidos por profesores que tenían esas creencias, la brecha de rendimiento racial creció a 0,19 puntos. Mientras, en los cursos impartidos por profesores con una mentalidad de apoyo a los alumnos, la brecha de rendimiento racial se redujo a 0,10 puntos.