Irlanda lleva la delantera en imponer una advertencia que vincula cualquier nivel de consumo de bebidas alcohólicas con el cáncer. A partir de 2026, todos los productos alcohólicos que se expendan en ese país deberán indicar en su etiquetado: «Existe un vínculo directo entre el alcohol y los cánceres mortales». La decisión oficial convierte a Irlanda en el primer país del mundo en tomar esa medida.
Las autoridades dicen que proporcionar dicha información, que también tendrá que estar disponible en pubs y otros establecimientos que expenden licores, es fundamental para conocer más sobre los peligros del consumo de alcohol para la salud. «La nueva Ley de Salud Pública está diseñada para brindarnos a los consumidores una mejor comprensión del contenido de alcohol y los riesgos para la salud asociados con su consumo», dijo el ministro de Salud, Stephen Donnelly.
La Organización Mundial de la Salud señala que los 10 países europeos con mayor consumo de alcohol per cápita en 2020 fueron la República Checa (14,3 litros), Letonia (13,2),Moldavia (12,9), Alemania (12,8), Lituania (12,8), Irlanda y España (12,7), Bulgaria (12,5), Luxemburgo (12,4) y Rumanía (12,3).
El alcohol está relacionado con el cáncer y con más de 200 enfermedades y lesiones. En 2020, el alcohol representó más del 4% (equivalente a 740.000 casos) de todos los nuevos casos de cáncer a nivel mundial. A pesar de la evidencia que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol, las investigaciones indican que la conciencia pública sobre el vínculo entre el alcohol y el cáncer es bastante baja.
Bebidas alcohólicas y sus vínculos con el cáncer
Durante las últimas dos décadas, los países han introducido cada vez más etiquetas de advertencia para informar a los consumidores sobre los riesgos del alcohol para la salud, tal como ocurre con los cigarrillos. El informe de la OMS informó que 47 estados miembros exigieron advertencias de salud y seguridad sobre el alcohol en 2020, en comparación con 31 en 2014. Antes de la iniciativa de Irlanda, los etiquetados se centraban en gran medida en cuestiones como el consumo de alcohol en menores de edad o en exceso. Y el consumo de bebidas alcohólicas durante el embarazo y no mencionó el cáncer.
Las etiquetas irlandesas de advertencia sobre el cáncer son parte de medidas integrales de control del alcohol introducidas por la Ley de Salud Pública. Además, la norma introdujo un precio unitario mínimo; la regulación de la publicidad, el marketing y el patrocinio.
También incluyó la separación estructural de productos alcohólicos en puntos de venta mixtos. Por ejemplo, el alcohol se mantiene separado de los alimentos y otros productos o se almacena en su propio contenedor con restricciones de visibilidad. Y medidas que regulan su venta y suministro en determinadas circunstancias (como restricciones a las promociones).
El requisito ha desatado una fuerte oposición por parte de todas las empresas de bebidas alcohólicas en el mundo. Pero también está haciendo que algunos otros países presionen para tomar medidas parecidas, reseña The New York Times. “Es un paso importante”, señaló Timothy Naimi, director del Canadian Institute for Substance Use Research de la Universidad de Victoria. “Las personas que consumen alcohol deben tener derecho a conocer la información básica del alcohol, del mismo modo que la tienen sobre otras bebidas y alimentos”.
Etiquetado similar al de los cigarrillos
Según el Bangkok Post, en Tailandia el gobierno está en las etapas finales de redactar una normativa que requiere que los productos que contienen alcohol lleven estas advertencias con textos. Como “las bebidas alcohólicas pueden ser causa de cáncer”.
Asimismo el Parlamento canadiense presentó un proyecto de ley que exigiría que las etiquetas de todas las bebidas alcohólicas hablen de un “vínculo causal directo entre el consumo de alcohol y el desarrollo de tipos de cáncer mortales”. Mientras, la Legislatura de Alaska celebró la semana pasada una audiencia del comité para discutir un proyecto de ley que exigiría que las empresas que venden alcohol publiquen leyendas de advertencia sobre el riesgo de desarrollar cáncer.
Ya con anterioridad, Irlanda ha sido un país pionero en establecer políticas contundentes de salud pública. En 2004, se convirtió en el primer país en prohibir que la gente fumara en lugares de trabajo cerrados, entre ellos bares y restaurantes. Una política que desde entonces han adoptado más de 70 países. La exigencia de las etiquetas de advertencia sobre los riesgos del alcohol podría ser el principio de cambios similares en el modo en que se envasan las bebidas y un medio para despertar la conciencia sobre los peligros del consumo de alcohol, sin importar que este se beba muy poco.
Un estudio reciente a nivel global advierte que solo una cuarta parte de los países exige algún tipo de advertencia sanitaria relacionada con el alcohol. Y el lenguaje que debe usarse en esta casi siempre es impreciso. La última vez que EE UU modificó sus etiquetas de advertencia fue en 1989. Entonces introdujo un discurso que desalentaba el consumo de alcohol durante el embarazo o antes de conducir. Vagamente se reconocía que el alcohol “puede provocar problemas de salud”.
Resistencia de las empresas
Las empresas de bebidas alcohólicas están dando la batalla en varios frentes para evitar que entre en vigor el requisito de etiquetado de Irlanda. En reuniones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), las agrupaciones comerciales y once países exportadores de bebidas alcohólicas, entre ellos EE UU, manifestaron sus inquietudes. Cuestionaron la validez científica de la advertencia de desarrollo de cáncer y alegaron que las etiquetas de Irlanda atentarían contra el libre comercio.
En comentarios presentados a la OMC, el Consejo de Licores Destilados de Estados Unidos tildó las etiquetas de “imprecisas” y “engañosas”. Este grupo también insinuó que “este importante objetivo de salud pública se gestionaría mejor” si fuera parte de una labor paralela para atender el cáncer en la Unión Europea. Una zona donde se ha demostrado que la industria de las bebidas alcohólicas tiene una mayor influencia.
La Comisión Europea debía proponer para fines de 2023 el texto de advertencia sobre los daños que el alcohol ocasiona a la salud como parte de su plan para vencer el cáncer. Pero no cumplió con ese plazo. En diciembre, pese a las objeciones de la OMS, el Parlamento Europeo aprobó un informe que no ratificaba la necesidad de poner etiquetas de advertencia. Y, en cambio, pedía información sobre “el consumo de alcohol responsable y moderado”.
Gauden Galea, asesor estratégico de la OMS, confía en que finalmente tengan éxito algunas iniciativas de etiquetado más amplias. Recordó cómo las empresas tabacaleras solían anunciarse en las primeras páginas de los diarios. Espera que, a la larga, “la gente no recuerde la época en que se necesitaba una etiqueta de advertencia en los pesticidas, pero sí se podía vender sin etiquetar un cancerígeno como el alcohol impunemente”.