El debate sobre la legalización la eutanasia para personas mayores que quieran poner fin a su vida, sin necesidad de estar gravemente enfermos, se acaba de agitar en Países Bajos. Según una investigación realizada a petición del Gobierno de los Países Bajos, más de 10.000 holandeses mayores de 55 años querrían acabar con su vida cuando la hayan “completado”.
La legalización de la eutanasia para personas mayores divide a la coalición gobernante. Los progresistas (D66) están a favor y detrás de la idea, mientras que el partido liberal (VVD) tiene dudas. Tanto la llamada Democristiana (CDA) como los conservadores de Unión Cristiana (CU) están en contra de la idea.
Sin embargo, los cuatro partidos que forman la coalición del gobierno aprobaron de solicitar la investigación. A raíz de los resultados, el grupo progresista presentará el proyecto de ley en el Parlamento. El D66 considera que la investigación “ofrece suficientes puntos de partida”, informó la agencia Efe.
La eutanasia es legal en Países Bajos desde el 2002, pero para acceder a ella es imprescindible que la persona sufra una enfermedad incurable y el dolor sea insoportable. Claro, no incluye los achaques de la vejez.
La investigación
El comité de investigación entrevistó a 21.000 personas mayores de 55 años de edad. También fueron consultados 1.600 médicos de cabecera y se analizaron más de 200 solicitudes de eutanasia ejecutadas o rechazadas. El objetivo era determinar la composición y el porcentaje de personas que, sin estar gravemente enfermas no quieren seguir viviendo por la vejez.
Los investigadores aseguran que una de las características del grupo que muestra su deseo de morir es que “no es precisamente saludable”, sino que los aquejan males físicos y mentales, luchan contra la soledad o incluso lidian con problemas financieros y familiares. Para los investigadores, el deseo de morir “no es un hecho establecido” en el caso de los ancianos y puede disminuir si mejora la situación de la persona.
Las diferentes opiniones
La diputada Pia Dijkstra aseguró que con el proyecto de ley “se trata de dar la opción de morir con dignidad en la vejez, cuando cada quien considere que su vida está completa”. Sin embargo, el ministro de Sanidad, Hugo de Jonge, cree que debido a lo diverso que es el grupo estudiado, la respuesta no es una regulación legal. Para Jonge, la sociedad debería hacer lo posible «para garantizar que esas personas recuperen las ganas y el sentido de la vida».
Sin embargo, la diputada de CU, Carla Dik-Faber, cree que “darles una pastilla suicida sería la respuesta más cínica a las preocupaciones que tienen estas personas con deseo de morir. «Sería abandonarlos en lugar de estar a su lado», afirmó.
Leer también:
HRW alerta sobre oro venezolano “manchado de sangre”