Los compromisos comunitarios por alcanzar la sostenibilidad ambiental no deben limitarse a los esfuerzos por reducir las emisiones y abogar por las energías renovables y limpias. También se debe apostar por preservar la biodiversidad existente. España y Europa no han sabido cuidar sus Áreas Marinas Protegidas (AMP) y sus gestiones son reprobadas.
Un informe presentado por la ONG Oceana revela que las AMP europeas no son más que «parques de papel», ya que su protección real es mínima. Este bajo rendimiento en la protección contrasta con el enorme beneficio que reciben los países, las personas y el planeta todo, de esas extensiones marinas.
El estudio analizó las amenazas que recaen sobre estas áreas. Por ejemplo, fondeaderos, piscifactorías, dragados, vertidos de dragados, pesca, perforaciones de gas o petróleo. También de instalaciones de gas o petrolíferas, tráfico marítimo, otras plataformas, puertos, tuberías submarinas, cables submarinos y parques eólicos.
En sus resultados, 70% de las 3.449 AMP de la red Natura 2000 evaluadas están afectadas al menos por una amenaza grave. Y en algunas de estas zonas en los Países Bajos y el Reino Unido, se han encontrado hasta 12 amenazas. Sólo 0,07% del total de la red se encuentra a salvo de las amenazas consideradas.
“Nuestro estudio cuantifica por primera vez, que la mayor red de AMPs de Europa está básicamente formada por ‘parques de papel’ hasta un punto aterrador. Para cumplir con los objetivos de protección marina, es fundamental que tanto gobiernos como la Comisión Europea prohíban las actividades industriales y extractivas que tienen lugar dentro de las Áreas. Son básicamente incompatibles con el concepto de área protegida”, dijo Vera Coelho, Directora Sénior de Políticas en Oceana Europa.
La Red Natura 2000 es una red de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea.
Áreas Marinas Protegidas o desprotegidas de Europa
Los datos de la investigación de Oceana señalan que 96% de la red Natura 2000 marina no otorga la suficiente protección a estos lugares. Se permite al menos una actividad extractiva o industrial o algún desarrollo de infraestructuras dentro de sus límites.
Estándares internacionales de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, advierten que dichas áreas no cumplirían con la definición de AMP, por las realidades que presentan. Esto sugiere que menos de un 0,5% de los mares europeos, equivalente a la superficie de Bélgica, está protegido con auténticas AMP.
Asimismo, el análisis de Oceana destaca que más del 53% de las AMP de Europa que fueron evaluadas, no tiene ningún tipo de gestión. Cuando la tienen, el 80% de los planes han probado por lo general ser incompletas o estar plagadas de puntos débiles. Incluso omiten la gestión de las amenazas más graves que afectan a la zona protegida. A menudo, la adopción de estos planes de gestión se ha demorado seriamente, dejando zonas protegidas sin herramienta de manejo adecuada hasta por 11 años.
Durante la última década, la carrera por declarar un gran número de AMPs ha tenido un coste en calidad, resultando en muchas Áreas declaradas sobre papel, pero sin gestión alguna. El estudio de Oceana muestra que el objetivo de muchas Áreas ha sido desarrollar un «mínimo legal» que proteja unas determinadas características, en lugar de proteger más ampliamente el ecosistema. Dejan sin abordar las amenazas más extendidas, como el tráfico marítimo, la pesca y el dragado.
Este fallo es aún más evidente por el declive constante de especies y hábitats marinos dentro de las AMP europeas. Esta situación fue denunciada por la Agencia Europea de Medio Ambiente en su último informe sobre el Estado de la Naturaleza.
Cuestionada gestión comunitaria
Recientemente, un grupo de auditores del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) emitió un contundente informe sobre la disminuida gestión de la UE en cuidar los mares, a pesar de contar con recursos para ello. Países comunitarios “no han logrado detener la pérdida de biodiversidad marina” y han mostrado poco interés en limitar el impacto de la pesca en ese medio, indicó el texto.
“Por su importancia económica, social y medioambiental, los mares son un verdadero tesoro. Sin embargo, hasta la fecha, la acción de la UE no ha podido restituir los mares de Europa a un buen estado medioambiental. Tampoco ha conseguido que la pesca vuelva a niveles sostenibles”, dijo João Figueiredo, miembro del TCE.
“Nuestra auditoría constituye una señal clara de alarma en cuanto a la protección de los mares europeos”, agregó el responsable del informe.
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