La aprobación de la vacuna Sputnik V sigue siendo un objetivo difícil en Europa. La Agencia Europea del Medicamento ha anunciado que realiza una «evaluación continua» de la vacuna desarrollada por el Centro Gamaleya para analizar su eficacia y seguridad para posteriormente anunciar un veredicto sobre la aprobación. De todas formas, descartaron negociaciones para traer las dosis en el programa de compras conjuntas.
La solicitud de evaluación fue realizada por la compañía alemana R-Pharm Germany GmbH, que colabora en la producción de la vacuna. Por su parte, la EMA ha aclarado que por el momento no ha recibido una solicitud de autorización para esta vacuna y que lo comunicará cuando se haya presentado la solicitud de autorización de comercialización.
Para realizar el análisis, la EMA se basa en los resultados de estudios de laboratorio y estudios clínicos en adultos que le proporcionan las autoridades rusas. Los estudios científicos proporcionados deben demostrar que manera fehaciente que la Sputnik V logra provocar la producción de anticuerpos y células inmunitarias que atacan al coronavirus SARS-CoV-2 y ayuda a proteger contra la COVID-19.
Mientras tanto, varios países de la Unión Europea han mostrado su intención de aprobar en semanas una autorización de emergencia para distribuir la vacuna rusa en su territorio. Ante tal intención, Moscú aseguró que podría proporcionar vacunas para 50 millones de europeos a partir de junio. Una cifra muy inferior con respecto a los contratos con las otras vacunas.
Dudas sobre la eficacia de la Sputnik V
El Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, que desarrolló la vacuna Sputnik V en tiempo récord, se pronunció sobre las dudas que existen sobre su candidata para combatir la COVID-19. A través de un editorial publicado en la web expresaron que muchos medios y políticos occidentales cuestionan la velocidad a la que se desarrolló la vacuna y por eso dudan sobre su eficacia y autenticidad. Ante esto, alegan que «el secreto» detrás de la rapidez es la experiencia de Rusia en la investigación de vacunas.
«Desde la década de los años ochenta, el Centro Gamaleya ha liderado el esfuerzo para desarrollar una plataforma tecnológica utilizando adenovirus, que se encuentran en las adenoides humanas y que normalmente transmiten el resfriado común», señalan en su «editorial prohibido».
Ahora, en el primer trimestre de 2021, varios países confían en la Sputnik V para combatir el virus. Pero el Centro mantiene su posición sobre que «el escepticismo entre los medios y los políticos internacionales continúa» y que es un «intento de socavar sus esfuerzos por desarrollar una vacuna que funcione, que detendrá la pandemia y ayudará a reabrir la economía mundial».
Para la directiva de Gamaleya, no es la primera vez que Rusia se enfrenta a la «desconfianza internacional sobre su liderazgo científico». Además de recalcar que la política es lo que se interpone en el camino de la aprobación de la vacuna en buena parte del mundo.
Sus propios habitantes tienen dudas
En general el despliegue de la vacunación en la propia Rusia es lento. La población se muestra muy reacia a ser inyectada. Cuando las autoridades de la localidad de Sputnik anunciaron recientemente que ofrecerían la vacuna rusa del mismo nombre en la clínica local, solo 28 jubilados se apuntaron para recibir la dosis contra la COVID-19.
Los médicos y enfermeras comentaron que habían previsto que llegaran tan solo 25 personas a vacunarse, pero recibieron a 28 así que se mostraron muy contentos. El interés es preocupantemente bajo en una población de más de 1.000 personas, tomando en cuenta el alto riesgo de contagio.
El equipo de profesionales había hecho un llamamiento a los residentes de mayor edad, dando prioridad a los más vulnerables al virus. «Todos los que quisieran la vacuna podían recibirla», afirmaron. Hasta ahora apenas cuatro millones de rusos se han vacunado contra el coronavirus. La población total del país es de 146,79 millones de habitantes.
Una encuesta realizada por los sociólogos del Levada Center reveló que solo el 30% de los rusos está dispuesto a recibir la Sputnik V. Un 8% menos desde que se inició el despliegue sanitario, y eso a pesar de que los datos sobre su seguridad son públicos. Al parecer la gente le tiene miedo posibles efectos secundarios y complicaciones debido a las cadenas de rumores que se han propalado.
Pero en el resto del mundo «suplican» por ella
Por otro lado, varios países de América Latina y Europa se adelantan en solicitar lotes de la Sputnik V. La revista médica The Lancet publicó que el interés en el extranjero por la vacuna rusa se ha disparado desde que sus datos mostraron que tenía una eficacia del 91,6% contra el coronavirus.
Hungría fue el primero en aprobar la vacuna rusa para su uso de emergencia y Eslovaquia acaba de recibir dos millones de dosis. El Kremlin afirma que Rusia tiene ahora tantas solicitudes de Sputnik que el país no puede atenderlas con su capacidad de producción actual.
Las autoridades sanitarias informaron que sus científicos trabajan en el desarrollo de una vacuna de una sola dosis. A esta la califican como una versión más sencilla de la Sputnik V. Por esta razón, la llaman «Sputnik Light”. Actualmente se encuentra en la fase 3 delos estudios clínicos. Hasta el momento ha demostrado una eficacia del 85%, dijo el presidente Vladimir Putin.
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