De los tantos efectos colaterales directos de la guerra en Ucrania, está la irrupción de la cadena de suministros de alimentos. Lo que resultaba impensable hace pocas semanas ahora es una opción no desdeñable. Europa está empleando aceite vegetal como combustible de autos.
Un estudio realizado por Transport & Environment, en colaboración de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) dentro de la campaña #FoodNotFuel, arroja datos sorprendentes. Europa quema más de 17.000 toneladas de aceite de colza y girasol, el equivalente a 19 millones de botellas del mejor aceite de cocina todos los días.
Esto ha contribuido a los aumentos vertiginosos de los precios de los alimentos a partir de mayo. Así como a los estantes vacíos de los supermercados a raíz de la invasión rusa de Ucrania y su mortal efecto en el suministro de alimentos. T&E pide a los gobiernos que prioricen los alimentos sobre los combustibles y pongan fin al uso de biocombustibles de cultivos ahora.
Maik Marahrens, activista de biocombustibles de T&E, dijo que “los supermercados han tenido que racionar los aceites vegetales y los precios se están disparando. Al mismo tiempo, estamos quemando miles de toneladas de aceite de girasol y colza en nuestros autos todos los días. En tiempos de escasez, debemos priorizar los alimentos sobre el combustible”.
Ucrania representa el 40% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol y también es el mayor proveedor de aceite de colza de Europa. El bloqueo de Rusia a las exportaciones de alimentos ucranianos está ejerciendo una presión considerable sobre los suministros. Y, a su vez, sobre los precios, que son hasta dos veces y media más altos que en años anteriores. En Alemania, por ejemplo, los aceites de cocina se encuentran entre las seis categorías de alimentos con el mayor aumento de precio.
Quema de aceites vegetales en autos
En un informe anterior, T&E analizó la cantidad de trigo y otros cereales que se desperdician para la mezcla de etanol en gasolina. Mientras que países dependientes de las importaciones como Egipto, África y Oriente Medio luchan para nutrir a su gente.
En la reciente investigación, T&E observa que se ha extremado el uso de aceites vegetales en los biocombustibles de los autos. El 18% de la producción mundial de estos aceites se destina al biodiésel, casi todo apto para el consumo humano. En los últimos años, Europa puso el 58% de toda la colza y el 9% del aceite de girasol consumidos en la región, en sus autos y camiones. Pese a sus efectos en el medio ambiente.
La inflación de los precios de los alimentos está empujando a millones de personas en todo el mundo a la pobreza. T&E informó que Europa quema 10.000 toneladas de trigo en sus autos todos los días, lo que aumenta la presión sobre países como Egipto, que dependen en gran medida de las importaciones. Esto ha empeorado en las últimas semanas por los gobiernos que imponen restricciones a la exportación de cultivos alimentarios clave, incluidos los aceites.
Recientemente, Indonesia prohibió temporalmente las exportaciones de aceite de palma para estabilizar los precios locales. Al mismo tiempo, Europa desvía cantidades significativas de aceite de palma (50 % de la palma consumida en Europa). Y el 32% del aceite de soja para alimentar sus coches y camiones.
Marhrens comentó que “los gobiernos europeos han utilizado leyes de combustibles ‘verdes’ para impulsar artificialmente la demanda de biocombustibles para cultivos. Por lo tanto, tienen los instrumentos a mano para detener esto. Los formuladores de políticas deberían poner fin al apoyo a los biocombustibles de cultivos alimentarios y ayudar a evitar una catástrofe alimentaria mundial”.
Cumbre del G-7 pide a Rusia cese el bloqueo
La UE promueve los biocombustibles de cultivos en su ley de combustibles verdes. Una política que T&E describió anteriormente como “la cosa más tonta que ha hecho la UE en nombre del clima”.
El límite actual para los biocombustibles de cultivos se establece en los niveles de 2020, con un máximo del 7%. Si bien el apoyo a los biocombustibles a base de palma terminará en 2030, T&E pidió a los legisladores que dejen de apoyar a los biocombustibles de cultivos. Ahora, que los aceites vegetales son empleados como combustibles para autos.
El informe de T&E se difundió horas antes de la cumbre del G-7 en Alemania. Este martes los líderes se comprometieron a entregar una ayuda adicional de 4.500 millones de dólares para luchar contra la inseguridad alimentaria. El total sumarían unos 14.000 millones de dólares este año, informó la cumbre. Además, instaron a los países y empresas con «grandes reservas de alimentos» a que ayuden a paliar la escasez «sin distorsionar los mercados». «Como recurso a corto plazo, pedimos a los socios que tienen reservas importantes de alimentos. Y al sector privado, a que pongan a disposición los alimentos sin distorsionar los mercados. Incluso apoyando al Programa Mundial de Alimentos».
El G7 también reiteró su «llamado urgente a Rusia para que ponga fin, sin condiciones, al bloqueo de los puertos ucranianos en el mar Negro. A la destrucción de infraestructuras portuarias, de transporte, de silos y de terminales de granos».
Y pidió a Moscú cesar con «la apropiación ilegal» de productos y de equipamiento agrícola en Ucrania. Y terminar con cualquier actividad que obstaculice la producción y la exportación ucraniana de alimentos. «Estas acciones son consideradas como un ataque. Con una motivación geopolítica contra la seguridad alimentaria mundial», denunció el G7.
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