El 94% de las redes naturales de polinización por abejas de una zona del noreste de Estados Unidos se perdió. Esto, por supuesto, trae consecuencias. Un equipo de investigadoras se dispuso, pues, a analizar la situación de esa antigua red entre plantas y abejas silvestres que tenía 125 años. Determinó que ahora hay especies que nunca antes se habían visto en Norteamérica y que una de las posibles causas de la desaparición pudo haber sido el cambio climático.
Sin embargo, la situación perjudica el ecosistema, la alimentación, la agricultura, la economía. Las abejas, seres esenciales en la polinización, están desapareciendo a escala mundial y de ellas depende nuestra supervivencia.
“Proteger a las abejas protege la biodiversidad —dice la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés)—. La gran mayoría de los polinizadores son silvestres, incluyendo más de 20.000 especies de abejas”.
Así que Sandra Rehan y Minna Mathiasson se dedicaron a estudiar las redes naturales de plantas nativas y abejas silvestres que antes abundaban, pero que se han extinguido o que han presentado cambios en Nueva Inglaterra, en el noreste de Estados Unidos.
Rehan es miembro de la Universidad de York, de Toronto, en Canadá. Mathiasson, por su parte, integra la Universidad de New Hampshire, en Durham, Estados Unidos. La investigación se publicó en Wiley Online Library.
Tanto Rehan como Mathiasson analizaron las causas y en cuánto tiempo se dio la pérdida de la red natural. También cómo especies invasoras, que antes no se veían, están aumentando.
El 94% que se perdió de la red natural se desglosa de la siguiente manera: el 30% de las redes entre las plantas y los polinizadores se perdieron por completo. El 64% de las redes perdidas, las abejas silvestres o las plantas nativas siguen estando en el ecosistema, pero las abejas no las han visitado más. El 6% que apenas queda forma parte de las redes que aún son estables y que en algunos casos avanzan.
La situación ha hecho, a decir de Rehan, que tanto las abejas como las plantas, que antes eran frecuentes y abundantes, hayan pasado a ser raras y extintas. Ahora se están viendo plantas o abejas que nunca antes se habían visto en Norteamérica y que reemplazan o llenan los nichos.
La pérdida del 94% de las redes naturales se puede deber a varias causas, señaló NCYT Amazings. Estas son: 1. El cambio climático mundial. 2. La paulatina reducción o modificación de los hábitats naturales de las abejas por el crecimiento urbano o de ciertas clases de crecimiento agrícola en el noreste de Norteamérica durante los últimos 30 años.
Las abejas son mucho más importantes de lo que se piensa
Las tres cuartas partes de los cultivos del mundo dependen de las abejas y más del 75% de los cultivos alimentarios, de la polinización. Sin embargo, las abejas y sus colonias siguen disminuyendo a un ritmo alarmante.
Hay varias razones para ello. Una es la práctica agrícola intensiva. Otra, los cambios en el uso de la tierra. También la urbanización, el uso de pesticidas y los fuertes fenómenos meteorológicos por el cambio climático.
Tijjani Muhammad-Bande, presidente del 74.° periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), indicó que las abejas y otros animales polinizadores aportan 577.000 millones de dólares a la economía mundial.
“Los polinizadores permiten que muchas plantas, incluyendo muchos cultivos, se reproduzcan. Todos dependemos de la supervivencia de las abejas. Los alimentos que consumimos, como las frutas y las verduras, dependen directamente de los polinizadores (abejas, mariposas, murciélagos, colibríes, etc.).
Un mundo sin polinizadores supondría un mundo sin diversidad alimentaria, sin arándanos, café, chocolate, pepinos, ni muchos otros alimentos. También sirven para alertarnos sobre los nuevos riesgos ambientales, indicando la salud de los ecosistemas locales”, señaló una nota de prensa de la ONU.
La polinización y el Día Mundial de la Abeja
La polinización es el proceso de transferencia del polen desde los estambres hasta el estigma o parte receptiva de las flores en las angiospermas. En estas germina y fecunda los óvulos de la flor. Es lo que hace posible la producción de semillas y frutos.
El transporte del polen lo hacen los llamados vectores de polinización. Estos son, entre otros, las aves, los insectos, sobre todo las abejas; los murciélagos, las moscas, los colibríes, el agua y hasta el viento.
Dependiendo de la planta, hay un número determinado de colonias de abejas por hectárea para que el cultivo sea eficiente, indicó Wikipedia. Por ejemplo, el pepino necesita 2,1 colmenas por acre y el melón, hasta 5 colmenas por acre.
Pero para que la polinización funcione se requiere un hábitat adecuado y limpio para los polinizadores.
Finalmente, a las abejas, digamos, le celebran su efeméride. Cada 20 de mayo es el Día Mundial de la Abeja en conmemoración del nacimiento de Anton Janŝa, pionero de la apicultura moderna.
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