La COVID-19 no solo ha generado la crisis sanitaria mundial. También ha producido dolor, miedo, zozobra y una cantidad de emociones que ha provocado traumas psicológicos .
El confinamiento, el estrés, la tristeza por perder a un ser querido, la incertidumbre de la crisis económica que se avecina y el desempleo son aspectos que socavan la estabilidad emocional.
El miedo a la enfermedad o al desempleo son los principales temores que tienen las personas en estos momentos, indica un informe de Naciones Unidas. «La pandemia de COVID-19 afecta ahora a las familias y a las comunidades infligiéndoles más estrés», afirmó el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
También destacó que todas las miradas están puestas en la lucha en los centros sanitarios contra el virus y se ha descuidado la propagación de otros problemas como la salud mental: «Incluso cuando la pandemia esté controlada, el duelo, la ansiedad y la depresión continuarán afectando a las personas y a las comunidades».
Miedo a ser contagiado
Uno de los puntos más destacados del informe es el estrés relacionado con el miedo a ser contaminado por el virus. Aunque la letalidad del coronavirus no es muy alta, las personas suelen asociar la enfermedad con los casi 300.000 fallecidos en todo el planeta.
El estudio refleja que la mayoría de las personas no pone atención a los 1,5 millones de curados y pone al relieve que la situación que se ha vivido en los últimos meses ha sido trágica. Hospitales y morgues colapsadas son las imágenes que las personas retienen.
Las personas mayores y las que tienen enfermedades crónicas susceptibles sufren una gran ansiedad por el temor a contaminarse y a sufrir una forma grave el coronavirus.
Los más afectados psicológicamente son los profesionales sanitarios que han trabajado en condiciones de «inmenso estrés», expresó Devora Kestel, directora de Salud Mental y Abusos de Sustancias Psicoactivas de la OMS, que citó el aumento de las tasas de suicidio del personal médico.
Miedo a la crisis económica
El informe de la ONU también resalta el impacto psicológico sobre las personas que perdieron o pueden perder sus fuentes de ingresos. La crisis económica que ya está afectando duramente a numerosos países es una preocupación global.
«Sabemos que el miedo y la incertidumbre por las turbulencias económicas agrandan el sufrimiento psicológico», indicó Kestel,
Una consecuencia directa del confinamiento, ha sido el cierre definitivo de numerosas pequeñas y medianas industrias, millones de nuevos desempleados y más pobreza en el mundo. El FMI calcula que la crisis económica puede ser más profunda de lo que había previsto.
Los estudios indican que la prevalencia del estrés mental durante la crisis alcanza el 60% en Irán y el 45% en Estados Unidos. La ONU ha hecho un llamado para que los países inviertan más en tratar las enfermedades mentales. Antes de la pandemia, la media de gasto para esta área era solo del 2%.
Miedo a la violencia doméstica
Los niños y mujeres obligados a quedarse en casa son los más expuestos a sufrir violencia doméstica. Todos los estudios señalan que la violencia doméstica se ha incrementado durante el periodo de confinamiento.
En Colombia las denuncias por casos de violencia interfamiliar se han multiplicado. En un mes de aislamiento se han registrado 2.078 casos de violencia doméstica en Bogotá, un incremento de 230%.
La violencia también se ha duplicado en Reino Unido: 14 mujeres y 3 niños fueron asesinados en las primeras 3 semanas de confinamiento, mientras que las llamadas la línea de ayuda aumentaron un 49%
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