La crisis energética en Europa adquiere nuevas manifestaciones de inestabilidad para algunos países. La mayoría de sus países adelanta planes de ahorro en el consumo, de sustitución de proveedores o de búsqueda de otras fuentes de energía para desprenderse del suministro ruso. En el Reino Unido, se pasean por distintos escenarios para encarar la turbulencia y, en el más severo, incluyen cortes eléctricos de manera programada durante el invierno; especialmente en enero.
Sorprende la información ofrecida por las autoridades, pues el Reino Unido no depende tanto del potencial energético del Kremlin como otras naciones vecinas. El gobierno de salida de Boris Jonhson prevé un déficit de energía de varios días durante el invierno. Justo cuando el clima frío podría combinarse con la escasez de gas para provocar suspensiones programadas para la industria e incluso los hogares.
En “el último y peor escenario razonable» del gobierno, el Reino Unido podría enfrentarse a un déficit de capacidad eléctrica que supondría una sexta parte de la demanda máxima. Incluso después de poner en marcha las centrales de carbón de emergencia, reseñó World Energy Trade.
En ese escenario, que consideran extremo e improbable, una reducción de las importaciones de electricidad de Noruega y Francia, combinada con las bajas temperaturas, obligaría al gobierno a promulgar medidas de emergencia para ahorrar gas durante cuatro días en enero.
Precisa el plan que el operador de la red anularía inicialmente los acuerdos comerciales para dirigir los flujos de gas en el sistema. Después, se detendrían los suministros a las centrales eléctricas de gas, lo que provocaría cortes de energía para empresas y familias.
Entretanto, el Reino Unido aprobó la construcción de una ambiciosa planta nuclearen la costa de Suffolk, que tomará algún tiempo en operar.
¿Cortes eléctricos en el Reino Unido?
El jefe del comité de vigilancia de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol alertó que «ahora tenemos una crisis del petróleo, una crisis del gas y una crisis de la electricidad al mismo tiempo». Esta crisis energética mundial que acumula dos años ha mostrado distintas variantes. Afirmó que «esta crisis es mucho mayor que las crisis del petróleo de los años setenta y ochenta. Y probablemente durará más».
La economía mundial ha resistido el aumento de los precios de la energía hasta ahora, comentó el directivo. Pero los precios podrían subir hasta niveles insostenibles. Mientras Europa intenta desprenderse del petróleo ruso y, potencialmente, del gas. La escasez de suministro podría llevar a algunas decisiones difíciles en Europa, incluyendo el racionamiento.
Joe McMonigle, secretario general del Foro Internacional de la Energía, dijo estar de acuerdo con esta deprimente previsión de la AIE.
«Tenemos un grave problema en todo el mundo del que creo que los legisladores están despertando. Es una especie de tormenta perfecta», señaló. El Foro sirve de intermediario entre los países productores y consumidores de energía, indicó en entrevista con CNN.
Esta contingencia alcanza a EE UU y a la mayoría de países industrializados en forma directa. En el Reino Unido, una decisión como la de aplicar cortes eléctricos, afectaría a la economía, y los servicios, entre ellos, los servicios ferroviarios. El ferrocarril es uno de los mayores usuarios de energía.
A los funcionarios les preocupa que el Reino Unido tenga que depender más de los envíos de gas por tubería desde Europa en un momento en que las exportaciones de gas ya se han reducido. Y el continente lucha por reconstruir sus propios suministros, indicó The Guardian.
Complicada situación de precios y suministros
Aunque en el Reino Unido barajan la opción de los cortes eléctricos, este escenario «no es algo que esperemos que ocurra», dijo el Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial (BEIS) del gobierno. «Los hogares, las empresas y la industria pueden estar seguros de que obtendrán la electricidad y el gas que necesitan».
Sin embargo, de materializarse el racionamiento, se producirían incluso cuando los británicos se enfrentan a una factura media anual de energía que podría superar las 4.200 libras (5.086 dólares) en enero. Frente a las poco menos de 2.000 libras actuales, lo que avivaría aún más la inflación.
Si el invierno es especialmente frío, Gran Bretaña podría tener que depender cada vez más de los envíos de gas por gasoducto desde la Europa continental. Donde el suministro ya es escaso debido a que Moscú ha frenado los flujos. Esto supone un dilema para el Reino Unido, que tiene muy poca capacidad de almacenamiento nacional. El país ha estado enviando cantidades récord de gas al continente y querrá que se le devuelva el favor cuando caigan las temperaturas.
El BEIS afirmó que el Reino Unido no depende de las importaciones energéticas rusas. Cuenta con sus propias reservas de gas en el Mar del Norte e «importaciones constantes de socios fiables». También señaló que el país posee la segunda mayor infraestructura portuaria de GNL de Europa y «un suministro de gas respaldado por sólidos contratos legales».
La principal opción alternativa del Reino Unido era restaurar el mayor almacén de gas natural de Gran Bretaña, Rough. Su propietario, Centrica Plc, afirma que su regreso inicial al servicio este invierno equivaldría a 10 cargamentos de GNL, lo que no es suficiente para marcar una diferencia significativa.
Crisis energética presiona a sustitutos de Johnson
La primera fase del plan de emergencia del Reino Unido consiste en que el operador de la red dirija los flujos de gas en el sistema, anulando temporalmente los acuerdos comerciales, explicó el Departamento. La segunda fase contempla interrumpir el suministro a las centrales eléctricas de gas, lo que desencadenaría los racionamientos previstos para la industria y los usuarios domésticos.
La vida podría complicarse para Gran Bretaña si se interrumpe el suministro de electricidad a lo largo de los enormes cables que conectan con Francia, Noruega, Bélgica y los Países Bajos. Noruega dijo que está buscando formas de limitar las exportaciones de energía en invierno para evitar la escasez nacional.
El Reino Unido tiene precios de la energía más altos que Noruega y depende de las importaciones, por lo que cualquier limitación aumentaría aún más los costes. Y podría obligar a la compañía de energía National Grid a utilizar su reserva estratégica de carbón, según Aurora Energy Research.
Estos complicados escenarios ejercen una presión mayor sobre los candidatos a sustituir a Boris Johnson. A Rishi Sunak o a Liz Truss les espera un difícil invierno.
El portavoz del primer ministro dijo esta semana que cualquier otra ayuda para los británicos la tendría que decidir su sucesor. Jonhson señaló a los invitados a una recepción en Downing Street que estaba «absolutamente seguro» de que quien le suceda querrá anunciar más ayudas para los hogares. Y que Gran Bretaña tiene la «potencia fiscal» para hacerlo, según un comunicado de su oficina.