Por Carlos Drake
Cambio16 propone a sus lectores un plan o sugerencia por día durante julio y agosto. Desde escapadas hasta lecturas y relojes de buceo. Este 17 de julio te proponemos acampar.
La firma automovilística Volkswagen ofrece a los nostálgicos de lo hippie y amantes de la naturaleza la posibilidad de comprar una tienda de campaña con la estética imagen de la furgoneta Bulli con capacidad para cuatro personas, distribuida en dos cabinas. Tiene el interior transpirable y las puertas se abren como en la versión original. El conjunto de suministro incluye, además de la tienda, los palos, las cuerdas y piquetas, y las instrucciones de uso. Pesa 12,5 kg y una vez abierta tiene unas medidas de 398 x 155 x 187 cm. Precio: 380 euros.
‘Merchandising’: el negocio fuera de los concesionarios
Al hablar de las marcas de automóviles es fácil pensar que su negocio se basa sólo en la venta de vehículos. Es la principal fuente de ingresos pero no es la única. Las compañías del sector cada vez están prestando mayor atención a todo lo que tiene que ver con los productos de merchandising. Los fanáticos de las firmas del sector son capaces de pagar grandes sumas de dinero por alguno de esos artículos. Se trata de una fórmula exitosa de mejora del valor y la imagen de marca, al tiempo que se complementa con la venta de coches en los concesionarios.
En 2014, el negocio de patentes y merchandising movió en el mundo más de 236.000 millones de euros, lo que representa un aumento de más del 3% en comparación con los datos del año anterior, según License Global Magazine. Esta cifra explica por qué las grandes multinacionales del automóvil están apostando por la venta de este tipo de productos que también les pueden aportar pingües beneficios sólo por el hecho de contar con su logotipo. Las marcas destinan cada vez más recursos a la creación de sus propias tiendas, tanto online como físicas, en las que comercializan los productos de merchandising. De hecho, parte de la I+D que llevan a cabo para el desarrollo de sus últimos modelos se comparte para la creación de líneas de ropa con el logotipo de las firmas, así como de relojes exclusivos, joyas, material escolar, productos de ocio, electrodomésticos, maletas, carteras y un sinfín de elementos que, a priori, nunca podríamos imaginar que se venderían en una de estas boutiques.
Las marcas premium y las de grandes deportivos son las que más fácil lo tienen. Sus bólidos son objeto de deseo para millones de aficionados de todo el mundo y los fans no dudan en lucir prendas los escudos de las marcas de más renombre. La directora de marketing de Audi en España, Caita Monserrat, asegura que en el seno de la casa de los cuatro aros están notando que cualquier artículo de su boutique genera simpatía al cliente y a todas aquellas personas a las que les gusta Audi. Además, destaca que la compañía está trabajando en desarrollar más propuestas a su catálogo. “Son pequeños guiños que arrancan una sonrisa y suponen un gran valor de marca. Por decirlo de alguna forma, nuestra boutique y los accesorios son el complemento de nuestros coches”, asegura Monserrat.
Para lograr este vínculo entre la marca de un automóvil y la exclusividad de sus productos, las compañías ligadas al sector de la automoción, en muchas ocasiones, llegan a acuerdos de colaboración con grandes firmas de moda en las que las dos empresas salen ganando, ya que les aportan mayor visibilidad y presencia comercial. Ejemplos de estas colaboraciones son Aston Martin, que mantiene un acuerdo con la británica Hackett; Maserati, que colabora con Ermenegildo Zegna; Fiat, con Gucci, o Ferrari, con Tod’s, Oakley o Puma. Como resultado de la apuesta por la innovación, los clientes se pueden encontrar con elementos exclusivos o de alto diseño, aunque también existe un amplio abanico de artículos curiosos e incluso estrafalarios que costará creer que se pueden adquirir en una store de marcas como Ford, Renault, Audi, Ford, Volkswagen o Ferrari, por mencionar algunas. Los productos de dichas tiendas tienen precios de partida muy asequibles (una gorra con el logo de Ferrari tiene un precio medio de 30 euros), aunque los clientes más caprichosos podrán adquirir objetos exclusivos.
En el mercado hay productos llamativos como la mesa de billar de Ford de 9.000 euros. La empresa de Michigan tiene uno de los catálogos más amplios y, probablemente, la que más puede sorprender con elementos fuera de lo común, como generadores de electricidad con el logo del óvalo (1.700 euros), un pinball (7.200 euros) o una nevera portátil (270 euros). Destaca el carrito eléctrico de golf de 17.000 euros que conmemora el 50 aniversario del Mustang.
Con la vista puesta en los pequeños de la casa, Audi ha lanzado al mercado un triciclo que se convierte en patinete (273 euros). Su estética recuerda el diseño que utiliza la empresa alemana en la creación de sus automóviles y cumple con un doble objetivo: ser un juguete divertido y también un reflejo de sus innovadores avances tecnológicos. Ferrari, por su parte, la compañía que más ingresos obtiene del merchandising, dispone en su tienda de prendas y complementos como maletas valoradas en más de 2.000 euros, aunque también comercializa unos auriculares de alta fidelidad que emulan a los que se usan en la Fórmula 1 por 167 euros.