El 1 de julio entra en vigor el certificado COVID-19 para viajar en los países europeos. Documento promovido y avalado por las autoridades de la UE para “facilitar los desplazamientos” de sus ciudadanos. No es un pasaporte, es un certificado promulgado por los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Parlamento Europeo, David Sassoli. Así como por el primer ministro portugués Antònio Costa, cuyo país ejerce la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea.
El certificado facilitará la vida de los ciudadanos y les ayudará a moverse por la UE, sea por motivos laborales, familiares o por ocio. Además de contribuir al levantamiento gradual de las restricciones.
«La Europa que todos conocemos y que todos queremos recuperar es una Europa sin barreras», afirmaron Von der Leyen, Sassoli y Costa en su declaración conjunta. También señalaron que el certificado «permitirá de nuevo a los ciudadanos disfrutar del más tangible y preciado de los derechos de la UE: el derecho a la libre circulación».
Convertido en ley desde este lunes, el certificado COVID-19 «nos permitirá viajar con más seguridad este verano», destacaron los tres, luego de reiterar que con el documento «prevalece una Europa abierta». Aunque la norma entra en vigor este 1º de julio y deberá esperarse su publicación en el Diario Oficial, hay países como España, que se han adelantado para facilitar su uso.
Certificado COVID-19 abre las puertas para viajar en la UE
Este certificado COVID-19 promulgado por la UE, es gratuito y lo emiten las autoridades nacionales. El titular debe mostrar que ha sido vacunado contra el virus y que ha tenido resultado negativo en la prueba de coronavirus tanto PCR como de antígenos. O, si es el caso, que se recuperó de un contagio en los últimos seis meses.
El novísimo documento tiene la forma de un código QR y puede ser electrónico, para llevar en el teléfono inteligente o en la tableta. También se puede descargar y llevar impreso cuando se viaja.
Va a estar en funcionamiento durante doce meses a contar desde el 1º de julio, que es su entrada en vigor oficial. Es válido para los 27 países de la UE, así como Islandia y Liechtenstein, y podrían sumarse Noruega y Suiza, que están en fase de prueba.
Se puede viajar sin certificado COVID-19 pero en ese caso el pasajero debe acatar los requisitos o restricciones nacionales de cada país. Y someterse, por ejemplo, a cuarentenas, pruebas a la llegada u otras medidas.
Los Estados se reservan la capacidad de imponer medidas adicionales. Pero deberán ser proporcionadas y solo aplicarse en caso de que la situación sanitaria lo requiera. Asimismo, deberán informar sobre qué medidas prevén para quienes entran en su territorio, los motivos que las justifican, su alcance y su duración.
Inmunización en España y flexibilización en uso de mascarillas
España acumula durante la pandemia 3.733.600 casos de contagios y más de 80.501 muertes por coronavirus. Y a la fecha, según el Ministerio de Sanidad, el 25,8% de la población (12 millones aproximadamente) ha recibido la inmunización completa frente al coronavirus.
El despacho inició este lunes una nueva distribución de más de 1,3 millones de dosis de la vacuna de Pfizer/BionNTech entre las comunidades autónomas y Ceuta y Melilla. El objetivo sigue siendo vacunar al 70% de los españoles tras el verano, es decir, aún faltan unos 8,5 millones.
Este procedimiento permitirá, a aquellos que lo deseen, solicitar el certificado COVID-19, aprobado por la UE. Mientras tanto, la vacunación continúa avanzando y esta semana serán llamadas las personas de 40 y 49 años, y los datos epidemiológicos de la pandemia mejoran.
Unos datos que permiten a las comunidades relajar las restricciones, pedir el fin de la mascarilla en exteriores y al ocio volver poco a poco a la normalidad. Madrid espera reabrir el ocio nocturno el 21 de junio para que en agosto esté como lo era antes de la crisis sanitaria.
Entretanto, el conseller de Salud de la Generalitat catalana, Josep Maria Argimon, ve «perfecto» relajar el uso de mascarilla en determinadas situaciones al aire libre con un menor riesgo de contagio.
Por otra parte, la Generalitat Valenciana pedirá la relajación del uso obligatorio de la mascarilla al aire libre «en el primer momento en el que haya oportunidad».
España es uno de los países de la UE que ya cuenta con certificado COVID-19, que puede solicitarse a través del Ministerio de Sanidad o desde las distintas plataformas de salud de cada comunidad autónoma.
El G7 debe salir de los bolsillos de las grandes farmacéuticas
La decisión del G7, en su cumbre en el Reino Unido, de donar 1.000 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus a los países más pobres, es criticada por organizaciones y activistas.
Amnistía Internacional, a través de su secretaria general, Agnès Callamard, dijo que es «una gota en el océano». La oferta no llegaría a cubrir a la población de la India y «mucho menos» a vacunar a la población mundial.
«No está lo suficientemente cerca y no aborda los problemas de raíz en juego. No solo es poco ambicioso, sino que huele a interés propio. Especialmente si se considera que los datos sugieren que los países del G7 tendrán un excedente de tres mil millones de dosis de repuesto para las necesidades para fin de año», señaló.
Mientras tanto, en Europa el plan de vacunación prosigue. 53,3% de la población adulta de la UE ya recibió al menos una dosis y sus ciudadanos podrán optar al certificado COVID-19 para desplazarse por la comunidad.
Callamard adicionó que «estos líderes deben salir de los bolsillos de las grandes farmacéuticas, hacer a un lado el interés propio y comprometerse genuinamente a garantizar que todos tengan acceso a las vacunas, sin importar dónde vivan. La única forma de lograrlo es mediante la suspensión inmediata de las normas de propiedad intelectual. Y garantizar la transferencia de conocimientos y tecnología sobre vacunas a todos los fabricantes de vacunas calificados del mundo».
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