La madrugada del 10 de octubre de 2020, dos días antes del Día de la Raza, el gobierno de la Ciudad de México mandó a retirar el monumento a Cristóbal Colón, situado en una de las avenidas más emblemáticas, el Paseo de la Reforma, para «restaurarlo». Ahora, casi un año después, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum anunció que el almirante de la Mar Océana será sustituido por la escultura que representa una mujer de la etnia olmeca.
En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, las autoridades mexicanas han explicado que su objetivo es “reconocer a la mujer indígena”. Sheinbaum dijo que la sustitución del pedestal del descubridor del Nuevo Mundo busca «ejecutar un acto de justicia social y un reconocimiento a los pueblos originarios y lo que representan las féminas en la historia del país». No obstante, el anuncio ha causado opiniones a favor y en contra de la medida «revisionista» y «extemporánea»
El reemplazo de la estatua de Cristóbal Colón causa indignación
Los primeros en comentar la noticia fueron los internautas en las redes sociales. Un usuario de Instagram con más de 48.000 seguidores llamado «Obras de arte comentadas», que se especializa en el análisis y difusión de arte contemporáneo, cuestionó con un meme que el artista mexicano Pedro Reyes sea el autor de la nueva escultura. Además, invitó a sus seguidores a nombrar y etiquetar en su publicación a mujeres artistas de pueblos originarios para difundir sus obras.
Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del Museo Universitario de Arte Moderno (MUAC), también expresó su desacuerdo en usar los espacios públicos “como terreno de monumentalización de sus delirios visuales y conmemorativos, que perpetúan la idea del artista como un siervo ideológico”. Lamentó que Reyes haya “caído en la trampa de operar como escultor oficialista”.Igualmente expresó su alarma porque se afirme que hay algo positivo en que el Estado «siga usando mano de obra barata, en lugar de aparatos mecánicos para hacer el trabajo pesado de la obra de arte”.
Poner estatuas no es de América ni de México
La escritora y lingüista Yásnaya E. Aguilar apuntó que se deberían explorar otras formas de rendir homenaje a las mujeres indígenas. “Poner estatuas está inscrito dentro de la misma tradición europea, no en la de los aborígenes americanos”, añadió. El escritor, historiador y divulgador de las lenguas indígenas Federico Navarrete dijo que estaba completamente a favor del cambio del monumento. “Colón no descubrió nada: murió pensando que había llegado a Asia. Y ni siquiera llegó a México».
Guillermo Sheridan comentó en sus redes sociales que una vez más el «gobierno plenipotenciario» decorará Ciudad de México. «Cristóbal Colón era demasiado europeo, blanco, normativo, sabio y esas mamadas. Su sitio será ocupado por una dama olmeca emancipada, esculpida por el genio de Fulánez. ¿Qué podría salir mal?”, ironizó.
Fernando Belaunzarán, político y filósofo mexicano, dio un punto de vista más polémico sobre la sustitución de la estatua de Colón. «Sheinbaum pondrá la escultura de una mujer indígena en lugar de la de Cristóbal Colón, pero su gobierno no trata así a las mujeres indígenas de carne y hueso», escribió junto a un video de 2019 en el que se observa a un grupo de personas robando y destruyendo las artesanías de los indígenas.
Comienzan los preparativos para la nueva escultura
El gobierno de Ciudad de México ha anunciado que el 12 de octubre habrá un nuevo monumento en el Paseo de la Reforma. El escultor Pedro Reyes, comentó que la escultura se llamará Tlalli, que significa tierra en náhuatl.
Sheinbaum aseguró que una vez restaurada la estatua de bronce de Cristóbal Colón será colocada en el Parque América, en la alcaldía Miguel Hidalgo en la misma ciudad. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien supervisa la obra y se encargará ce retirar la base de la estatua de Colón y adecuar el sitio para recibir la nueva escultura de Reyes.
Tlalli, debe estar lista antes del Día de la Raza, fecha en las que decenas de indígenas procedentes de todas las regiones se reúnen en distintos puntos de la capital para mostrar su «rechazo a la colonización y la discriminación de los pueblos originarios y contra la esclavitud».
¿Qué ha pasado con las esculturas de Colón en América Latina?
La figura de Cristóbal Colón ha sido centro de polémicas en los últimos años con el auge del populismo identitario. A lo largo de América, desde Canadá hasta Tierra del Fuego lo monumentos han sido vandalizados, destruidos y desalojados. Siendo bienes públicos no se les ha protegido y han sido víctimas de los revisionistas, de esa corriente del pensamiento que les habría gustado que la historia fuese distinta de lo que fue, quizás hubiesen preferido que a Adán y Eva no los expulsaran del Paraíso y no tener que ganarse el pan con el sudor de su frente.
Era el año 2004 y los partidarios del fallecido presidente Hugo Chávez hicieron un “juicio” a la estatua de Colón en el Golfo Triste. La obra de Rafael de la Cova estaba ubicada en la Plaza Venezuela de Caracas. Durante el evento la derribaron y años después Chávez ordenó retirar la última estatua de Colón que quedaba en el Parque de El Calvario, donde se exhibía desde 1898. Pero esta vez no fue por una acción de los ciudadanos, sino por órdenes del alcalde chavista del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, quien justificó su decisión con el argumento de que levantar un monumento a Colón en estas tierras «sería tan injustificado como colocar un busto de Hitler en Berlín».
En Buenos Aires, Argentina, había una estatua muy famosa del navegante italiano detrás de la Casa Rosada. La presidente Cristina Fernández de Kirchner ordenó retirarla en 2013. En su lugar, Kirchner mandó a poner un monumento donado por el mandatario de Bolivia, Evo Morales, que resaltaba a Juana Azurduy. Se dijo que era una figura vinculada a la lucha contra España y descrita como “la mujer que dejó todo por la revolución independentista”.
Vandalismo y destrucción detrás de la figura de Colón
También en Bolivia, en 2018 un grupo de manifestantes vandalizaron la estatua de Colón ubicada en el popular Paseo del Prado de La Paz. Rodeada de carteles que decían “Colón genocida”. Pedían su retiro y el gobierno de Evo Morales lo celebró. Antes habían retirado la estatua de Colón del centro de Los Ángeles, en California.
En octubre de 2019, se dispararon los actos vandálicos en Santiago de Chile con la excusa del aumento del precio del boleto del metro. Las protestas en el país más próspero de Latinoamérica, decían los manifestantes, mostraban al mundo «el descontento de una sociedad que rechaza el aumento del costo de la vida, los bajos ingresos y la desigualdad». Tres males presentes en todo el planeta y de los que Colón no tiene culpa alguna.
La violenta insurgencia del populismo identitario destruyó unas 60 estatuas, según el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile. Entre ellas se encontraba la de Cristóbal Colón, que lo homenajeaba en Arica y que había sido erguida en 1910 por el centenario de la independencia. Su destrucción se corroboró por unas fotografías difundidas en Twitter por el alcalde de la ciudad, Gerardo Espíndola.