Esta semana, la Comisión Europea publicó el cuarto informe del Estado de la Unión de la Energía. En este documento, se hace un balance de los progresos del bloque comunitario en aspectos como la reducción de emisiones, la eficiencia energética y las renovables. También son mostrados los problemas y retos que necesitan mayor atención.
Impacto positivo en la economía y el empleo
La transición energética y climática ya está beneficiando a la economía y fomentando la creación de empleo, destaca el informe. Y tiene el potencial de hacer aún más. Entre 2000 y 2014, el empleo en los sectores ambientales de la economía creció considerablemente más rápido (+49%) que el empleo en la economía en su conjunto (+6%).
Hoy en día, hay 4 millones de «empleos verdes» en la Unión Europea. Éstos incluyen alrededor de 1,4 millones en el sector energético relacionados con tecnologías renovables y 900.000 vinculados con actividades de eficiencia energética. Se espera que estas cifras aumenten. De esta manera, la adaptación al cambio climático protege los empleos y las oportunidades laborales.
Reducción de la pobreza energética
Esta transición beneficia a la gran mayoría de las personas y regiones. Pero también trae consigo desafíos sociales. Por ejemplo, las medidas regulatorias o fiscales pueden tener efectos regresivos no previstos, que pueden acrecentar la pobreza energética.
Los beneficios de la transición también corren el riesgo de ser distribuidos de manera desigual. La mayoría de los sectores, regiones y grupos de población disfrutarán de un crecimiento significativo como resultado de esta transición, mientras que otros pueden necesitar apoyo para lidiar con el ajuste.
También en materia de pobreza energética, se mantienen importantes diferencias entre los Estados miembros. Hay muchas políticas para abordar estos desafíos a nivel nacional, en particular la educación y la formación, así como políticas sociales y fiscales. Las inversiones importantes y sostenidas de capital humano son esenciales para equipar a las generaciones futuras con las habilidades requeridas por una economía cambiante.
Se debe hacer más para abordar la pobreza energética, que todavía afecta a casi 50 millones de personas en toda la UE. Una forma clave de hacerlo es promover inversiones en energía.
La Comisión Europea creó el Observatorio Europeo de la Pobreza Energética, cuya misión es recopilar datos, proporcionar orientación, y difundir las mejores prácticas.
Avances en seguridad energética
El informe del Estado de la Unión de la Energía destaca que la UE ha reforzado su seguridad energética. Se han adoptado nuevas reglas sobre la seguridad del suministro de gas y la preparación para el riesgo de electricidad. Ello permite organizar la cooperación regional operativa para prevenir y gestionar el riesgo de interrupciones en el suministro de gas, escasez de electricidad o apagones.
También se han logrado importantes avances en la mejora del diseño de los mercados de electricidad. Ahora hay un conjunto más integrado de reglas sobre el diseño del mercado eléctrico.
Estas reglas están mejorando la eficiencia del mercado de electricidad a través de una mayor convergencia de precios e intercambios transfronterizos. También establecen un marco común para los mecanismos de capacidad para garantizar que sean compatibles tanto con el mercado interno como con los objetivos de descarbonización de la UE.
Ha habido una investigación exhaustiva del sector de ayuda estatal sobre los mecanismos de capacidad, y el control de la ayuda estatal y las normas antimonopolio ayudan a garantizar que nuestros ambiciosos objetivos energéticos y climáticos se logran al menor costo y sin distorsiones indebidas de la competencia.
En general, los esfuerzos de la Comisión Europea permiten que la electricidad se mueva más libremente hacia donde más se necesita, y facilita la integración de las energías renovables, la respuesta a la demanda y las instalaciones de almacenamiento en el mercado al menos costo. También mejorará la digitalización en todo el sector y fomentará un mayor empoderamiento del consumidor.
Mejora en la calidad del aire
Gracias a los esfuerzos conjuntos de la UE y los Estados miembros, las emisiones de contaminantes del aire han disminuido en el bloque en las últimas décadas, con la excepción del amoníaco. Esta tendencia ha contribuido a mejorar la calidad del aire. También ha llevado a una disminución en el número de zonas de calidad del aire que exceden los valores límite de la UE para partículas, y una disminución en el número estimado de muertes prematuras debido a la contaminación del aire, a alrededor de 400000 en las últimas estimaciones.
De acuerdo al informe del Estado de la Unión de la Energía, se proyecta que las emisiones de contaminantes del aire en la UE continúen disminuyendo. Ello a medida que los Estados miembros implementen medidas para cumplir sus compromisos nacionales sobre la reducción de las emisiones de contaminantes para 2020 y 2030 en adelante.
La implementación de varias políticas de la Unión de la Energía hace que estas reducciones de emisiones sean más fáciles y menos costosas de lograr, por ejemplo, reducciones en el uso de carbón, medidas de eficiencia energética para reemplazar equipos de calefacción ineficientes y el desarrollo de medios de transporte más sostenibles.
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