por JOSÉ MARÍA GIL GARRE (CHEMA GIL)
«Recuperaremos Al Andalus (España), lo vais a ver pronto, ya tenemos a nuestros hombres allí dispuestos para la lucha». Salaheddine Guitone dejó su testamento de muerte poco antes del verano, durante una conversación que mantuvimos a través del servicio de Facebook. A finales de julio murió en Raqqa (Siria), donde el Estado Islámico (IS) ha instalado su capital. Salaheddine tenía varios nombres de guerra en las redes sociales para difundir sus acciones y hacer proselitismo a favor de la causa yihadista. Originario de la región marroquí de Oujda, nacionalizado francés, vivió en Mallorca con parte de su familia, antes de viajar hasta Turquía desde donde cruzó la frontera a Siria para incorporarse a las estructuras del IS. Sus amenazas contra España alcanzaron cierta notoriedad unas semanas antes de morir cuando grabó un vídeo en el que, junto a otro terrorista, reclamaba Al Andalus como «la tierra de sus abuelos» y en el que advertía que, bajo la bandera del Califato, liberarían esta tierra.
¿Veremos en España el degollamiento o la decapitación de una persona ejecutada por terroristas vinculados al Estado Islámico? Pareciera una pregunta imposible, una realidad exclusiva de tierras muy lejanas. Pero es la primera idea que retumba dentro de mí tras contemplar durante meses estas imágenes y conversar con los sujetos que las protagonizan. Es algo que deja sin aliento. En cambio, funcionarios de la Comisaría General de Información de la Policía no lo descartan. Desde su perspectiva, este escenario salvaje se considera más probable que la ejecución de un atentado que requiera de una organización compleja. Como el del 11-M.
Ejemplos hay muy cercanos. En Londres, hace menos de dos años, el yihadista Michael Adebolajo golpeó con su vehículo a un soldado al que acto seguido degolló. La escena se desarrolló en una calle cercana a un cuartel militar, ubicado en un suburbio de la capital del Reino Unido, y fue grabada por los peatones que deambulaban por el lugar y por los viajeros de un autobús urbano. Como Salaheddine, decenas de yihadistas procedentes o vinculados a España han viajado hasta Siria o Irak y han terminado por integrarse en uno de los grupos terroristas más crueles y violentos que la historia criminal haya conocido: el IS, liderado por Abu Bakr el Bagdadi, autoproclamado Califa de los musulmanes de todo el mundo y al que estos radicales rinden pleitesía.
Farouk el Andalousi, Abou Dhar, Imad Jibar, Mohamed Tarik o Abu Tasnim El Magrebí, éste último también conocido con el sobrenombre de Kokito Castillejos, entre otros, son algunos de los individuos con vinculaciones en Toledo, Barcelona, Mallorca, Navarra, Ceuta o Melilla. Ahora luchan en Siria, hablan español y reconocen, en la conquista de España, una verdadera motivación para luchar. Son yihadistas que no dudan en mostrarse a sí mismos, en las redes sociales protagonizando conductas de una crueldad absoluta: degollamientos, torturas, decapitaciones, fusilamientos y crucifixiones. Acciones que no seríamos capaces de imaginar ni en nuestras peores pesadillas.
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Uno de los perfiles más oscuros del yihadismo español, por el material que divulga de manera sistemática y por todo lo que comunica en las conversaciones que hemos llegado a mantener con él, es el de Abu Tasnim, el Magrebí, aunque en su perfil de Facebook se presenta como Kokito Castillejos. Es natural de la localidad marroquí de Fdineq o Castillejos, cercana a Ceuta, dos ciudades entre las que existe una intensa relación. Abu Tasnim nació en julio de 1986, según exhibe él mismo en su perfil, y, como otros conocidos radicales, ha estudiado en Abi rabi Sabti, un liceo de su municipio. El verdadero nombre de Abu Tasnim el Magrebí, según sus propias declaraciones, sería el de Mohammed Hamuch o Hamaduch. En julio le contactamos a través de Internet, tras divulgarse una fotografía donde aparece en cuclillas, sonriendo, tras las cabezas cortadas de cinco hombres.El yihadista hispano-marroquí agarra una de las cabezas por el cabello al tiempo que muestra una gran sonrisa.
Abu Tasnim reconoce su militancia en el IS, que le habría llevado a casarse por poderes con una chica de Ceuta, que se llama Asia y es conocida con el alias de Asia Um Hilal Alisbania. El guerrero yihadista le ofreció como dote un cinturón explosivo, con un valor de 100 dólares. El acta de dicho matrimonio fue levantada por el tribunal del Estado Islámico en Irak y Sham (Siria). En el contacto por redes sociales, después de una larga vacilación, Mohamed Hamuch, de 28 años, cuyo nivel escolar es de estudios primarios y que se dedicaba en Marruecos a los oficios de mecánico y tendero, decidió migrar hacia Siria, incorporándose al IS para luchar contra quienes él califica como «apóstatas que traicionaron y violaron a las mujeres inmigrantes y mataron y traicionaron a los muyahidines que vinieron para ayudarles», según sus propias palabras.
«Atacaremos pronto en vuestras iglesias, comisarías y ayuntamientos»
Durante meses, en las conversaciones mantenidas con diferentes yihadistas, son constantes las referencias a la recuperación de su mitificada Al Andalus. Pero desde que Abu Bakr el Bagdadi autoproclamó el Estado Islámico, cuando comenzaba el sagrado mes de Ramadán, y después de que se dieran a conocer los planes para la expansión del mismo durante los próximos años, el discurso de los yihadistas sobre España evolucionó muy rápidamente. «Atacaremos pronto en vuestras iglesias, comisarías y ayuntamientos», clamaron terroristas, con vinculaciones a España, como Abu Dhar o Imad Jibar. Evocan escenarios a través de sus foros en Internet, mensajes en canales de YouTube o revistas como DABIQ.
La estrategia del califato es lograr que aquellos que se sienten animados a incorporarse a luchar en Siria e Irak no viajen hasta allí, sino que se mantengan en los países en los que están viviendo en estos momentos y ejecuten acciones sencillas, de escasa complejidad organizativa, pero de alto impacto social para sembrar el terror y amplificar o generalizar sus consecuencias. Esos son sus objetivos. Tales mandatos incluyen «matar a los cruzados y a los cristianos en cualquier lugar, atropellándolos, acuchillándolos en las calles y plazas». Las órdenes ya han empezado a cumplirse en países como Australia, Canadá o Estados Unidos. Pero entre los blancos del Estado Islámico también figuran España, Marruecos y Francia, así como los ciudadanos de los países implicados en la coalición internacional que están en la ofensiva aérea que ataca por aire las bases del IS en Irak y Siria.
Así combate España la yihad
La Policía y la Guardia Civil, en los últimos meses, han desarticulado en España media docena de células yihadistas con más de 50 detenidos, aunque lo cierto es que los funcionarios de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía han participado en el desmantelamiento de unas cuantas células más en virtud de los trabajos realizados en colaboración con otras fuerzas de seguridad internacionales. Destaca de manera singular la dinámica de trabajo conjunto con la Dirección General de Seguridad del Territorio de Marruecos y sus fuerzas Policiales, lo que ha llevado incluso a que agentes marroquíes hayan operado en España, como lo han hecho policías españoles en Marruecos.
El perfil de las células desarticuladas en España es muy preocupante pues no se limitan a la captación de potenciales muyahidines para su envío a países en conflicto como Siria, Irak, Malí o Libia —de por sí actividad altamente peligrosa— sino que se les imputan labores de financiación y hasta de entrenamiento terrorista en suelo español, concretamente en una finca de Ávila, a cargo de una célula instalada en Madrid y que se había autodenominado Brigada Al Andalus.
Los responsables policiales españoles encargados de dirigir estas investigaciones han sabido construir un nivel de cooperación con sus homólogos de países del Magreb —en particular Marruecos— y en estos momentos ese nivel de cooperación es el mejor de los últimos años. Esta capacidad de trabajo conjunto se produce en un momento extremadamente crítico puesto que, policialmente se considera que Europa va a ser escenario de ataques yihadistas y, en ese potencial escenario, España tiene muchos puntos para ser uno de los objetivos; de ahí que este verano se incrementara el nivel de alerta antiterrorista. Otra cosa es que los ciudadanos y los propios políticos, ante la situación que se vive en nuestro país con múltiples casos de corrupción, el desafío soberanista de Cataluña y los efectos de la lacerante crisis económica, no sitúen este fenómeno del terrorismo yihadista como una prioridad en cuanto al capítulo de amenazas que puede enfrentar España pero, sin lugar a dudas, estamos ante una amenaza real.
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De producirse una acción yihadista en España, si tenemos en cuenta lo que los propios terroristas han manifestado en las conversaciones mantenidas con ellos, así como los comunicados de las propias organizaciones, no discriminarán entre cristianos o musulmanes, pues aquellos seguidores del Islam que viven en Europa, y en particular en nuestro país, son considerados apóstatas por no vivir un Islam rigorista, según la retorcida interpretación del yihadismo internacional. El Estado Islámico es un movimiento que se inserta plenamente en la denominada corriente Takfir, no sólo por el permanente recurso que hacen de la declaración de apostasía sobre cualquiera, sino a las conductas criminales que despliegan. Estamos ante un conglomerado que no es más que una bazofia ideológico-religiosa, que alienta a que ciertos grupos e individuos se arroguen —ilícitamente desde el punto de vista islámico— la capacidad de dictaminar quién es un buen o un mal musulmán y el castigo que ha de recibir por ello, así como qué sociedades deben pagar por ser infieles.
Los dos campos de batalla del terrorismo islámico
El terrorismo internacional de etiología yihadista tiene dos grandes campos de batalla: por una parte, el de la realidad-real, en el que materializa su violencia, sus tácticas, sus atentados, sus combates, sus asesinatos; en el que se somete a las personas mediante el terror, la tortura, las acciones de masacre, el secuestro… y por la otra, el de la realidad-virtual, donde combate divulgando sus ideas, la información de sus técnicas, la afiliación de individuos, su captación y radicalización, la amplificación del terror que causan en la ‘realidad-real’, financiación, etcétera. No son dos ámbitos estancos, los dos campos de batalla operan sinérgicamente.
Hoy por hoy los estados están planteando respuestas extraordinarias, ya veremos si eficaces, dentro de la realidad-real, mediante acciones bélicas en los territorios en los que operan directamente las organizaciones terroristas y mediante acciones policiales como las que exitosamente se producen. Estas respuestas son necesarias, son vitales, para la seguridad internacional. Pero lo cierto es que en la realidad virtual, los terroristas han mostrado ser muy eficaces. Los estados, también el español, hoy por hoy, parecen estar lejos de ganar en este terreno, pues no hay una estrategia real para confrontar la ideología yihadista; en este no hay más acción que el despliegue de investigaciones policiales concretas orientadas a fines específicos, como la detención de individuos que suponen una grave amenaza o evitar la ejecución de determinadas actuaciones. Esa respuesta, con ser importante, no enfrenta adecuadamente lo que se produce en los diferentes frentes de este campo de batalla en el que el terrorismo yihadista sabe que se juega parte de su presente y su futuro. Frente a la eficacia que demuestran los terroristas en labores como la captación, el desarrollo en redes sociales de actividades favorecedoras de procesos de radicalización, la comunicación de sus bastardos intereses disfrazados de honestas convocatorias religiosas, etcétera. ¿Qué se hace para ganar la batalla en estos frentes que sirven tan eficazmente para nutrir las filas del terrorismo internacional? Realmente poco.
La operativa policial, intensa y determinada en su fin, el inevitable límite de sus recursos humanos y otros factores, no permiten que los servicios policiales dediquen grandes esfuerzos —en cuanto a tiempo y personal— al trabajo que se necesitaría para obtener todo ese conocimiento.
España es un objetivo de estos terroristas; independientemente del nivel de riesgo que se vaya intuyendo en cada momento pensar que podrá controlarse completamente la acción de los individuos que operan en este mundo es una quimera. Las nuevas formas, los nuevos métodos, el modus operandi que manifiestan estos sujetos, especialmente fuera de los países en los que los conflictos están definidos, obliga a los sistemas policiales y de inteligencia, vinculados a la lucha contra este peligro, a enriquecerse de los nuevos análisis que hoy se producen y que, gracias al amplio espectro de los mismos, se ocupan de conocer la multitud de matices que conforman el fenómeno que se pretende combatir. La operativa policial, intensa y determinada en su fin, el inevitable límite de sus recursos humanos y otros factores, no permiten que los servicios policiales dediquen grandes esfuerzos —en cuanto a tiempo y personal— al trabajo que se necesitaría para obtener todo ese conocimiento, que hoy, no sólo es algo positivo en sí mismo. Debiera ser un requisito operativo, por lo tanto, es el momento de aprovechar lo que este mundo abierto pone al alcance de todos, también de los estados, aunque en muchas ocasiones son los últimos en hacerlo, mientras que los terroristas saben sacar de éste ámbito hasta el último rédito.
En el film Body of lies (Red de Mentiras), basado en el libro del periodista del Washington Post David Ignatius —uno de los periodistas que más saben de los servicios de inteligencia internacionales—, el jefe de la división de Oriente Medio de la Agencia Central de Inteligencia de los EEUU se dirige a dos responsables de ese organismo haciendo una descripción de lo que es la amenaza del yihadismo internacional y sobre cuál debe ser la actitud que debe plantearse y lo hace en los siguientes términos: «¿Deberíamos estar ahí o no? Da igual cual sea la respuesta, porque estamos ahí, estamos cansados y no vemos el final. Ni siquiera podemos consolarnos pensando que nuestro enemigo está tan cansado como nosotros, porque no lo está. Es una falacia eso de que una guerra prolongada debilita al enemigo ocupado. Lo más probable es que el enemigo se fortalezca, se acostumbre a la privación, se adapte y responda en consecuencia. Mientras, en nuestros países, cada muerte hace que la opinión pública pase rápidamente de estar a favor de luchar, a estar en contra, y de ahí a ser completamente hostil. La gente está harta de guardar minutos de silencio, quiere oír que todo esto se ha acabado.
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A pesar de que hemos incrementado sensiblemente nuestra intensidad operativa no se produce ningún progreso. Nos enfrentamos a una conflagración global en potencia y, para sofocarla, hay que aplicar una diligencia constante. Nuestro enemigo se ha percatado de que se enfrenta a individuos del futuro; eso es tan brillante como irritante. Si uno vive en el pasado y se comporta como en el pasado, a la gente del futuro le resulta difícil encontrarlo. Se tira el teléfono móvil, no se mandan emails. Se dan las instrucciones cara a cara, mano a mano; se da la espalda a la tecnología y se desaparece entre la multitud, sin banderas ni uniformes. Nosotros, los del futuro, somos unos pisahormigas y miramos hacia abajo, de un lado a otro, y nos preguntamos: ¿Contra quién mierda luchamos? En una situación como ésta, nuestros amigos visten igual que nuestros enemigos y nuestros enemigos visten igual que nuestros amigos.
Y lo que quiero que entiendan es que esa gente no quiere negociar en absoluto. Quieren que el califato universal se instaure en toda la faz de la tierra y quieren a los infieles convertidos o muertos. Así pues, lo que ha cambiado es que nuestro enemigo, supuestamente nada sofisticado, ha descubierto la verdad objetiva y nada sofisticada: SOMOS UN BLANCO FÁCIL y poner fin a nuestro mundo es mucho más simple de lo que parece. Si le quitamos el pie de la garganta a este enemigo un solo minuto, nuestro mundo CAMBIA por completo».
“QUIERO VOLVER PARA CONQUISTARLOS”
El autor ha mantenido distintas conversaciones, a través del servicio de mensajería de Facebook, con Abu Tasnim, también conocido como Kokito Castillejos, quien protagonizó varias imágenes fotográficas de una crueldad inusitada, sosteniendo cabezas degolladas de sus enemigos como si se tratara de trofeos de caza. En uno de los diálogos adelanta cuáles son sus intenciones: regresar a Marruecos y España.
«¡¡Sí!! Quiero volver, pero no para vivir allí, sino para conquistarlos. Y no sólo Marruecos, sino todo el mundo. Esto no lo digo yo, sino que son las palabras del Profeta, la paz sea con Él. ¡Oye! Esta es mi religión y soy plenamente consciente de ella. Este es nuestro Corán, que consideramos al mismo tiempo nuestra constitución: La Cuarta aleya de la Sura de Muhammad dice: ‘Cuando sostengáis un encuentro con infieles, descargad los golpes en el cuello hasta someterlos. Entonces, atadlos fuertemente’. Ahora pensamos en Palestina, luego en Europa y el mundo entero más tarde, si Dios quiere».
El autor insiste sobre la terrible imagen que protagoniza con las cabezas cortadas de cinco hombres. Abu Tasnim responde acusándolos de ser responsables de unas heridas que el mismo sufrió: «Esas personas eran infieles que mataban a quienes fuimos a ayudarles. He sufrido dos fracturas a nivel de mi mano por su culpa. Hemos venido para echarles una mano, para apoyarles y sin embargo nos matan porque Estados Unidos les apoya a nivel financiero y les proporcionan armas. Han violado a mujeres que vinieron para ayudarles a luchar contra Bachar [El Assad]. Nuestra religión nos permite matarlos sin remisión. Allah nos ha permitido y autorizado degollar a una cierta categoría de individuos como los apóstatas y los traidores, como esos que hemos ejecutado».
Hemos venido para implantar la Sharia islámica, esa es nuestra constitución, adoptando un modelo de califato tal como lo dejó dicho el Profeta.
A continuación el extracto de otra conversación, realizada en mayo con el mismo terrorista:
[question]¿Desde cuándo estás en Siria?[/question]
[answer] Hace aproximadamente siete meses que estoy en Siria. Estoy aquí desde la fecha de la Fiesta del Cordero [de 2013].[/answer]
[question]¿Fuiste a Siria a través Marruecos o a través otro país?[/question]
[answer]A través Marruecos.[/answer]
[question]¿Estás arrepentido de ir a Siria?[/question]
[answer]Al contrario, estoy muy contento y me siento con energía, sobre todo al ver que nuestra victoria se plasma cada vez más.[/answer]
[question]¿Realmente has jurado llevar a cabo una conquista islámica en Marruecos, como has dicho en sitios de Internet?[/question]
[answer]Sí, lo escribí, pero luego lo borré. Has de saber que esa promesa no la hice yo, sino que la hizo el Profeta, la paz sea con Él.[/answer]
[question]¿Esas cabezas cortadas son de ciudadanos sirios?[/question]
[answer]No, no, en absoluto. No hemos venido para matar a los civiles ni a los musulmanes; por el contrario, hemos venido para apoyar a los musulmanes sirios y hacer que nuestra religión y nuestros hermanos triunfen. Hemos venido para implantar la Sharia islámica, esa es nuestra constitución, adoptando un modelo de califato tal como lo dejó dicho el Profeta. Esas cabezas cortadas son de traidores y agentes de Estados Unidos y Al Salul, que reciben apoyo de Estados Unidos, de otros países europeos y de países del Golfo para que este Estado Islámico no se extienda en Irak, Sham y próximamente en Roma. Estamos luchando en Sham, pero con los ojos fijados en Palestina.[/answer]
[question]¿A quién acusas de haber filtrado esas fotos a la prensa?[/question]
[answer]No acuso a nadie, ya que el hermano está arrestado por los Servicios de I nteligencia. Él tenía esas fotos en su móvil, así que son los de Inteligencia los que han difundido las fotos.[/answer]
[question]¿Crees que la filtración y la difusión de tus fotos es para obstaculizar la vuelta de los combatientes?[/question]
[answer]Es lo que yo creo y este es el objetivo de los Servicios de Inteligencia.[/answer]
[question]¿Estás casado?[/question]
[answer]Sí, me he casado al llegar a Siria con una mujer de Ceuta. Hemos levantado el acta de matrimonio desde Sham, a través del tribunal islámico.[/answer]
[question]¿Este matrimonio se ha celebrado estando ella en Siria o en Ceuta?[/question]
[answer]Estando ella en Ceuta.[/answer]
[question]¿Cómo la conociste? Hay una gran distancia entre Siria y Ceuta.[/question]
[answer]Ella preguntaba por su hermano. Él estaba combatiendo con nosotros en Siria. Ella preguntaba por cómo murió; si había muerto en una operación de martirio o si fue en un combate. Yo le expliqué que su hermano no murió en una operación de martirio, sino que murió conforme a la segunda manera denominada «Inghimassi», mientras participaba en la liberación de la prisión de Abu Ghraib, donde exhaló el último suspiro de su vida. Que Dios lo acepte en el Paraíso. Ella ha dicho que quiere incorporarse al Estado de Sham ya que, gracias a Dios, su fe era fuerte y muy firme. Como es muy honesta le he mandado el dinero de aquí y pedí su mano para el matrimonio y aceptó. Me he casado con ella estando todavía en Ceuta para evitar los rumores, ya que somos extraños uno para con el otro. Así, nos hemos casado y hablo de forma permanente con ella y le ayudo para la migración «la Hiyra».[/answer]
[question]¿Qué significa la palabra «Inghimassi»*?[/question]
[answer]Es similar a la operación de martirio [por operación suicida], te ofreces a Dios y logras el paraíso si Dios quiere.[/answer]
[question]¿Tienes hijos ?[/question]
[answer]No.[/answer]
[question]¿Te has casado ofreciendo un cinturón explosivo como dote? ¿Hasta qué punto es creíble esta información ?[/question]
[answer]Sí, es verdad. La dote era un cinturón explosivo.[/answer]
[question]¿Qué es lo que representa un cinturón explosivo como dote?[/question]
[answer]Es lo que mi mujer me pidió.[/answer]
[question]Esto quiere decir que la mujer es la que ha pedido esa dote con un cinturón explosivo. ¿Es para llevar a cabo una operación de martirio o sólo para hacer gala de su apariencia?[/question]
[answer]Espero que Dios le ayude. De todas formas estamos listos para una operación así, ya que nos encontramos en tierras de guerra y traición. Espero que Dios nos ayude para mantener nuestros pasos firmes.[/answer]
* [Nota del traductor: La palabra «INGHIMASS» quiere decir literalmente “inmersión”. Según los terroristas, la operación de martirio (suicidio) se lleva a cabo mediante un coche-bomba o un cinturón explosivo, sin entrar en contacto con la otra parte, mientras que en la “INGHIMASS”, el terrorista entra en contacto con la otra parte y lucha con muchas armas ligeras (armas blancas o machetes) hasta que le sea causada la muerte].