La presencia cristiana en Irak se remonta casi a la misma aparición de esta religión en la historia. El paso del hombre durante siglos está lleno de conflictos, refugiados, migraciones en esa región. En los últimos años la población cristiana en Irak ha sido hostigada y de eso ha evidencia recopilada por un equipo de investigadores de la ONU. En sus hallazgos preliminares afirma que los extremistas del Estado Islámico cometieron crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra contra los cristianos.
El informe entregado al Consejo de Seguridad de la ONU destaca que los delitos ocurrieron después de que se apoderaron de aproximadamente un tercio del país en 2014. Las terribles acciones incluyeron el traslado por la fuerza y la persecución de cristianos. La incautación de sus propiedades, participación en violencia sexual, esclavitud y otros “actos inhumanos”, como conversiones forzadas y destrucción de sitios culturales y religiosos.
Además, el equipo dijo que identificó a líderes y miembros destacados del Estado Islámico que participaron en el ataque y la toma de tres pueblos predominantemente cristianos. Son ellos Hamdaniyah, Karamlays y Bartell, en las llanuras de Nínive en julio y agosto de 2014. Los investigadores también comenzaron a recopilar evidencia sobre crímenes cometidos contra la comunidad cristiana en Mosul.
De “histórico” y “peligroso” fue calificado la visita pastoral del papa Francisco en marzo de 2021 a Irak, para reunirse con el líder religioso chiita, el ayatolá Ali Al Sistani. Y, por su puesto, con la comunidad cristiana ahora minoría.
Crímenes contra cristianos en Irak
Los combatientes del Estado Islámico se apoderaron de las ciudades iraquíes y declararon un autoproclamado califato en una gran franja de territorio en Siria e Irak en 2014. El grupo fue declarado formalmente derrotado en Irak en 2017 luego de una sangrienta batalla de tres años que dejó decenas de miles de muertos y ciudades en ruinas. Pero sus células continúan organizando ataques en numerosas zonas de Irak.
Desde la invasión de EE UU a Irak en 2003 y hasta 2019, la comunidad cristiana iraquí se redujo en un 83%. De más de 1,5 millones de cristianos a apenas 250.000. Se estima que al menos un millón de ellos huyeron a Europa y EE UU debido a los conflictos internos originados por la invasión y otros fueron desplazados por los grupos islamistas.
«El cristianismo en Irak es una de las iglesias más antiguas, si no la más antigua del mundo. Y está peligrosamente cerca de la extinción. Los que nos quedamos debemos estar preparados para enfrentar el martirio», le dijo el arzobispo de Erbil, Bashar Warda, a la BBC en 2019.
El informe fue presentado por el Equipo de Investigaciones de la ONU para Promover la Rendición de Cuentas por los Crímenes del Estado Islámico en Irak. En sus 26 páginas se recoge la evidencia de los crímenes y atropellos contra los cristianos.
Asimismo, el equipo actualizó sus investigaciones sobre el desarrollo y uso de armas químicas y biológicas por parte de los extremistas. Los ataques contra las comunidades yazidi y sunní, la ejecución masiva de prisioneros. Y detenidos en la prisión de Badush, cerca de Mosul, en junio de 2014. Y los crímenes en Tikrit y sus alrededores.
Destrucción de sitios culturales y religiosos
El informe señaló que el equipo liderado por Christian Ritscher encontró evidencia de pagos a las familias de los miembros del Estado Islámico muertos en el despliegue de armas químicas. Así como registros de pagos para capacitar a operativos en el uso de armas químicas y dispositivos para dispersar tales armas.
En cuanto a la destrucción de sitios culturales y religiosos, el equipo dijo que amplió sus investigaciones a diferentes comunidades iraquíes. Y se centró en varias áreas de Nínive y Mosul.
Con respecto a los ataques contra la comunidad yazidi en Sinjar, el equipo señaló que amplió la lista de perpetradores identificados para incluir actualmente los nombres de 2.181 personas. Incluidos 156 combatientes extranjeros, reseñó The Associated Press.
La investigación de la ONU sobre la ejecución masiva de detenidos en la prisión de Badush el 10 y 11 de junio de 2014 continúa, indicó el equipo. Tras un trabajo de entrevistas adicionales con testigos y sobrevivientes.
«Estamos tratando de curar esta herida creada por Estado Islámico», indicó el padre Karam Shamasha a la Agencia Noticias Católica. Él es uno de los sacerdotes de la iglesia católica San Jorge. En una aldea cristiana a unos 30 kilómetros al norte de Mosul. Añadió que «nuestras familias son fuertes; han defendido la fe. Pero necesitan a alguien que les diga: ‘Lo has hecho muy bien, pero debes continuar con tu misión'».
Cuando el autodenominado Estado Islámico irrumpió a mediados de 2014 e invadió la ciudad de Mosul, los mayores crímenes se perpetraron en contra de los cristianos.
Colaboración y respeto entre comunidades religiosas
En su visita pastoral a Irak, en marzo 2021, el papa Francisco subrayó «la importancia de la colaboración y amistad entre las comunidades religiosas. Para que, cultivando con respeto recíproco el diálogo, se pueda contribuir al bien de Irak, de la región y de la entera comunidad».
En esa ocasión, el portavoz del Vaticano, Mateo Bruni, señaló que la intención del viaje, más allá del riesgo, es mostrar la cercanía del papa con aquellas comunidades cristianas amenazadas.
«Es un viaje particular, también para la seguridad, claro. Pero es un gesto de amor a esa tierra, a su pueblo y a los cristianos. Se comprende bajo esa lógica, que no quiere decir perder de vista lo que se hace», anotó Bruni. Mientras, el ayatolá Al-Sistani le ofreció a Francisco paz y seguridad para los cristianos en Irak
Bagdad, Mosul, Erbil, Najaf y Qaraqosh son las ciudades con mayor presencia de cristianos, de los pocos que quedan.
En un artículo de The Conversation -recogido por BBC– el profesor Ramazan Kılınç indicó que entre 2017 y 2019 el gobierno de Donald Trump entregó ayuda por 300 millones de dólares con el objetivo de reconstruir las ciudades y pueblos cristianos de las llanuras de Nínive, norte de Irak, destruidos por el Estado Islámico.