Por Efe
13/04/2016
Espías de varios países, principalmente de Estados Unidos, se han sumado al escándalo de los papeles de Panamá, la mayor filtración periodística de la historia, que ya ha hecho surgir iniciativas contra la evasión fiscal en instituciones de la Unión Europea (UE).
Las revelaciones publicadas por medios afiliados al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), con sede en Washington, sobre miles de empresas y activos opacos creados en numerosos países a través del bufete panameño Mossack Fonseca continuan generando reacciones.
El impacto del escándalo ha llegado hasta los agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), los servicios secretos exteriores de EEUU, que usaron empresas pantalla en Panamá creadas por el bufete de abogados Mossack Fonseca para ocultar sus actividades, según reveló el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
Al ser preguntado por Efe, un portavoz de la CIA rechazó hacer comentarios.
El rotativo alemán, el primer medio en hacerse con los documentos filtrados, apunta que también emplearon los servicios de la firma panameña agentes secretos de Arabia Saudí, Ruanda y Colombia.
En EEUU, en una visita a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, reiteró su mensaje de que, con la filtración de los papeles de Panamá, se ha pretendido dañar a algunos Gobiernos como el suyo, y pidió que se ponga en marcha una «campaña mundial» para difundirlos.
En informaciones difundidas por medios de Ecuador sobre las filtraciones se menciona, entre otros, al expresidente del Banco Central de Ecuador Pedro Delgado, primo de Correa, y al fiscal general del Estado, Galo Chiriboga.
De esta forma, varios países comenzaron a diseñar su estrategia para lidiar con la filtración de 11,5 millones de documentos que revelan el empleo de empresas pantalla por parte de políticos, casas reales, empresarios y millonarios para, principalmente, evadir el pago de impuestos.
En este sentido, cabe destacar la celebración de la primera reunión multisectorial para enfrentar el escándalo entre el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, la banca, la cámara de comercio y al gremio de abogados del país centroamericano, que ha sido reinscrito por Francia en su lista de paraísos fiscales.
Como resultado de las filtraciones, la economía en Panamá se verá afectada de manera «negativa», aunque el efecto será «menos potente» porque su gran motor gira alrededor de la ampliación del canal, afirmó en Washington el economista jefe del Banco Mundial (BM) para América Latina, Augusto de la Torre.
Las consecuencias de las filtraciones también afectarán a Islandia, donde Sigmundur David Gunnlaugsson se vio forzado a dimitir por su vinculación con los papeles de Panamá.
La agencia internacional de calificación de riesgo Fitch dijo que la dimisión del jefe del Ejecutivo no tiene en sí misma implicaciones para la calificación de la deuda soberana de Islandia, pero hace crecer la incertidumbre sobre su política macroeconómica.
Más allá del posible impacto económico, en Europa continúa el debate de fondo sobre las consecuencias políticas y económicas de los papeles de Panamá.
Al calor del escándalo, la Comisión Europea (CE) dio un paso más en la lucha contra la evasión fiscal con una propuesta que pretende obligar a las multinacionales a exponer a la opinión pública lo que pagan en impuestos sobre sus beneficios en cada país de la Unión Europea (UE) y en los considerados paraísos fiscales.
En concreto, entre otras medidas, la CE quiere que todas las grandes compañías -europeas o no- que tienen ingresos de más de 750 millones de euros publiquen en sus páginas web información sobre la cantidad de impuestos que tributaron en cada país europeo y los beneficios que allí generaron, junto a otra serie de datos.
Además, la CE, varios eurodiputados y la Presidencia holandesa de turno del Consejo de la UE coincidieron en la necesidad de aprovechar el momento y la indignación pública para promover nuevas medidas políticas.
En España, el ministro de Industria, Energía y Turismo en funciones, José Manuel Soria, anunció que ha pedido comparecer la próxima semana ante la Comisión de Industria del Congreso, para dar explicaciones sobre su vinculación con los papeles de Panamá.
La decisión del ministro se produce después de las últimas informaciones que le relacionan con la empresa UK Lines Limited, y en las que aseguran que, según el registro mercantil de Reino Unido, Soria figuraba como secretario antes de que se inscribiera en 1992 en Bahamas y hasta 1997.
Esta semana, las miradas se centran en los comentarios sobre el escándalo que pueda hacer el G20 (países desarrollados y emergentes), que celebra una cumbre ministerial en Washington coincidiendo con la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).