El sector intensivo en gas que busca alternativas pone su mirada en las granjas por el factor económico y por la sostenibilidad ambiental
En España conocen bien el aprovechamiento porcino. Desde sus carnes para la elaboración de platillos emblemáticos como el chorizo, el famoso jamón ibérico y una larga lista de embutidos y subproductos de exportación, hasta el estiércol de los cerdos de engorde que utilizan para la obtención de biogás. Su demanda se dispara y los precios se cotizan como el de un competido mercado de commodities.
El tratamiento de las excretas es percibido como una apuesta de valor en lugar de un problema a gestionar, tanto en lo relativo al aprovechamiento como fertilizante como en la producción de energía.
El biogás derivado a partir del excremento de los cerdos abarata los costos de la energía en la cocción de alimentos, descontamina el medio ambiente y alivia ese tipo de desechos de la granja. Pero, esas ventajas no son solo para las estancias de ganado porcino, que emplean el biometano como energía circular en sus procesos de producción, la industria del gas tiene su mirada puesta en esas fincas.
El sector intensivo en gas busca alternativas a ese combustible, por el factor económico y por la sostenibilidad ambiental que ofrece. La opción del biogás salta la curiosidad y la apetencia de la industria de contar con un recurso accesible y de esas características.
Un solo cerdo adulto produce alrededor de 5 kg de estiércol al día, lo que puede generar 4,8 pies cúbicos de biogás.
La utilidad de los excrementos de cerdos en el biogás
Ante las alteraciones meteorológicas provocadas por la actividad humana y los desechos producidos en las granjas, ponen de relieve la necesidad de buscar nuevas formas de reducir las emisiones de gases de la ganadería y de aprovechar los desechos generados en las granjas. En este sentido, la producción de biogás a partir de estiércol es una solución en auge.
Tomando en cuenta la cantidad de estiércol generada diariamente en los centros de producción ganadera suponen toneladas de una materia prima que apenas resulta útil en un primer momento. Y es que el tiempo necesario para conseguir que este excremento sirva como fertilizante es de unos 7 meses. Un largo plazo de almacenamiento de una sustancia contaminante de la que derivan varios problemas.
Es por esto que con la producción de biogás está creando «una burbuja especulativa en el mundo de los residuos, especialmente con los purines (desechos de origen orgánico). Los granjeros piensan que tienen una mina de oro y se están disparando los precios a los que los venden sus propietarios”, señalaron fuentes del sector gasista a El Español.
Las explotaciones agroganaderas están viendo un lucrativo negocio, donde el estiércol de los cerdos de engorde se está convirtiendo en el tesoro de las plantas de biogás. «Hay muchas industrias, especialmente las papeleras o las de alimentación, que han construido plantas de biogás junto a sus fábricas a modo de autoconsumo. Reutilizan las aguas residuales, las transforman en biogás, que a su vez se utiliza para electricidad o calor en las plantas. Y lo que sobra, se vende”, explica un vocero de la patronal Aspapel.
En ese rastreo por encontrar combustibles más limpios y accesibles, el hidrógeno no está todavía en la lista de soluciones posibles.
¿Cerdos para generar excrementos que para vender su carne?
Según las previsiones de Eurostat se estima que España produzca 1,3 millones de cabezas de cerdo en el cuarto trimestre de 2024. Actualmente, el país produce 31 millones de cerdos al año.
Este importante dato hace más atrayente el uso de los excrementos porcinos en la elaboración de combustible. Cálculos de la Universidad Europea de Madrid prevén que la producción media de purines al año en el país se ubicará en más de 30.000 t/año. Teniendo en cuenta que la densidad media del purín es de 1.025 t/m3,
Además, el gas natural en Europa es un 345% más caro que en Estados Unidos y se ha perdido el 12% de la producción de las industrias energético intensivas. De allí el atractivo por el residuo de los cerdos y su desenlace último en el biogás.
«Si se le paga 5 euros la tonelada de purín, al final, al granjero le va a salir más productivo criar cerdos para generar excrementos que para vender su carne”, comentaron al diario.
Según la Asociación Española de Biogás y la European Biogás Association, en enero de 2024 se habían contabilizado unas 210 plantas de biogás activas en España. Con una capacidad total de producción de 836 MW. En cambio, hay mucha menos producción de biometano en España para su inyección en la red gasista.
Para transformar biogás a biometano se necesita un proceso conocido como ‘upgrading’. Por su tecnología aumenta el costo y el plazo de ejecución por los permisos administrativos para inyectarlo en red. Aún así, en el país ha crecido 38% entre enero y noviembre de 2023 en relación con igual lapso de 2022. Al desplazarse de 162 GWh a 223 GWh.
Potencia en biogás y biometano
Los excrementos de las granjas agroganaderas españolas, especialmente de cerdos, se están convirtiendo en un polo de interés para los alemanes. El comercio de Garantías de Origen de gases renovables (GdO0) en Europa está provocando un auténtico aluvión de inversiones en España para desarrollar plantas de biometano.
De acuerdo con las directrices del paquete de medidas «Fit for 55» de la Unión Europea, el papel del biogás y el biometano, al igual que otros gases renovables, experimentará un crecimiento en las próximas décadas. No obstante, este desarrollo se manifiesta de manera heterogénea en función de los países que acompañen sus políticas con incentivos económicos de los que no, según Magnus Commodities.
Alemania y Francia, hasta ahora, líderes en la adopción del biogás y el biometano, cuentan con un sistema «feed-ín tariff». A través de este método el Estado garantiza la compra del biogás y/o biometano producido, estableciendo también el precio de las garantías de origen.
«La industria y el transporte alemán busca comprar Garantías de Origen de gas renovable. Su oferta está provocando una auténtica fiebre inversora en España de nuevas plantas de biometano en explotaciones agroganaderas», explican unas consultoras Big Four en España.
El potencial sin explotar de materia prima para la producción de biometano en el país es muy grande. Tiene un sector alimentario muy fuerte y una industria agrícola y ganadera intensiva. Según la patronal gasista española Sedigas, se podrían producir hasta 163 teravatios hora (TWh) de biometano al año. Si se utilizaran de forma coherente todas las fuentes disponibles. Coincide con los datos que ofrece Gasnam, la asociación española para gas renovable en el transporte.
El boom se extiende a Estados Unidos
En Estados Unidos, algunos ganaderos han encontrado un negocio secundario. Incluidos aquellos que antes pagaban para que se eliminaran los desechos de sus animales.
Durante casi dos décadas, Abe Sandquist ha utilizado todas las herramientas de marketing que se le ocurrieron para vender el estiércol de una vaca o de un cerdo. El empresario ha trabajado duro para atraer a los agricultores sobre los beneficios para sus cultivos. Ahora, frente a una escasez de fertilizantes comerciales empeorada por la invasión rusa de Ucrania, que acumula dos años, más productores estadounidenses están llamando a su puerta.
«Ojalá tuviéramos más para vender», dijo Sandquist, fundador de Natural Fertilizer Services Inc a El Diario Lechero. Una empresa de gestión de nutrientes con sede en el estado estadounidense de Iowa. «Pero no hay suficiente para satisfacer la demanda».
Algunos ganaderos han encontrado un negocio secundario fértil vendiéndolos a los productores de cereales. Las empresas que fabrican equipos para esparcir estiércol conocidos como «carros de miel» también se están beneficiando.
No solo hay más agricultores de EE UU buscando suministros de estiércol sino que algunos comederos de ganado que venden desechos están agotados hasta fin de año, según el consultor de la industria Allen Kampschnieder. «El estiércol es absolutamente un producto de moda», comentó el analista que trabaja para Nutrient Advisors, en Nebraska. «Tenemos listas de espera».