Se mantiene el acoso al español. Una pizzería italiana del barrio del Clot, uno de los sectores más populares de Barcelona, apareció este fin de semana con la fachada llena de pintadas, insultos y amenazas. Todo debido a que un cliente denunció en sus redes sociales que, cuando estaba en el local, le habían pedido que hablara castellano porque no entendían bien el catalán.
«En Cataluña, catalán» y «Habla catalán o emigra» son algunas de las consignas que escribieron en la entrada de la pizzería. Es una nueva acción el contra el uso del español en la autonomía catalana que se une al acoso que han recibido otros establecimientos a lo largo del año, una ola xenofóbica.
Los radicales nacionalistas pintaron los mensajes junto al número 33, que los independentistas usan para referirse a la expresión identitaria «Cataluña catalana».En España, un país con diferentes lenguas, se está produciendo esta xenofobia.
Xenofobia y el independentismo catalán
Existe una parte del nacionalismo catalán, ahora mutado a independentismo, que basa su propuesta política en un eje central que es el lingüístico, es decir, el hecho diferencial catalán. No es algo nuevo, es una corriente que se remonta a 1980, cuando Jordi Pujol se hizo cargo de la administración autonómica.
Marta Ferrusola, su esposa, aseguró entre 1980 y 2003 que los inmigrantes castellanoparlantes eran una amenaza para su Cataluña y lamentó, en 2008, que el entonces presidente de la Generalidad fuera un andaluz que tuviera el nombre «en castellano»; Lo hizo refiriéndose a José Montilla.
Antes de eso, Ferrusola ya había criticado que sus hijos, cuando eran pequeños, no podían jugar con otros niños de su edad porque todos les hablaban en español. Quim Torra, quien fue presidente de la Generalidad hasta ese 2020, no se desvía un ápice de la línea que con tanto ahínco defendió Ferrusola. En 2012 escribió un artículo en el que definió a los castellano parlantes de Cataluña como «carroñeros, víboras, hienas (…) a los que les rebota todo lo que no sea español». Es una situación que se mantiene y que ha dejado como consecuencia casos como en de la pizzería en Clot, que no es aislado.
Acoso por usar el español
No es la primera vez que algo similar sucede. De hecho, numerosos comercios y restaurantes han sufrido campañas de acoso por usar el español con sus clientes Un a persecución liderada por quienes defienden la imposición legal y administrativa del catalán.
La dueña de la pizzería denunció que desde hace varios días no ha dejado de recibir mensajes amenazantes por correo electrónico o por teléfono, vía por la que le solicitan pedidos falsos. Una situación que le está ocasionando problemas económicos. «Yo hago pizzas, no política. Las lenguas me interesan por cuanto sirven para comunicarse, no para enfrentar», denunció la italiana de 38 años de edad. Pide ayuda a vecinos y políticos ante el acoso separatista.
«Yo he arrendado este local y trato de ganarme la vida honestamente. Compré un piso en Barcelona; pago mis impuestos religiosamente y ahora me tortura una campaña contra mi negocio que me supera». Ahora pide apoyo públicamente, llena de indignación.
Hace dos semanas un local de la conocida franquicia Women Secret también sufrió el acoso de estos radicales a través de redes sociales. Todo luego de que una clienta criticó a través de Twitter que la dependienta no sabía hablar en catalán. Pero no son solo los comercios los que reciben críticas y amenazas de los catalanistas más exaltados. Ahora la televisión pública catalana, TV3, conocida por su apoyo al movimiento secesionista, se ha visto criticada por permitir «demasiado» castellano en su programación.
Plataforma per la Llengua acusa a TV3 de «castellanización«
La Plataforma per la Llengua, organización que ejerce de comisariado lingüístico de la Generalidad, denuncia que el español se está colando en la televisión autonómica. Su llamado es a que se revierta este proceso porque «cada vez hay más contenidos emitidos en la televisión pública de Cataluña que no son en catalán».
Para ellos es una situación que se ha ido agravando con el tiempo. Hasta el punto de que les preocupa profundamente que TV3 «olvide uno de los principios fundacionales de la cadena: difundir y promocionar la lengua catalana, tal y como recoge la ley 7/2019 que actualmente rige la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales«. Así indica un comunicado de esta entidad en la que piden firmas para frenar una deriva «castellana» de la televisión del proceso separatista.
La Plataforma per la Llengua no se muestra conforme con que en algunas series haya personajes que se combinen el catalán con el español o que participen en programas personas que usan el español en sus intervenciones. Son casos minoritarios, pero la Plataforma asegura que «esta deriva lingüística hacia una presencia menor del catalán» se observa en varios programas.
Critica la frecuencia con la que en TV3 aparecen expertos en un tema que hablan en español. Además, asegura que cuando no hay la opción de elegir a expertos de expresión catalana, TV3 también ignora los sistemas habituales en los medios de comunicación que permitirían el uso normal del catalán. Tal como aseguran que ocurrió en el programa Preguntes Freqüents del sábado 11 de julio, que «ante entrevistados que hablaban en castellano no se utilizó la traducción simultánea y la lengua empleada fue directamente el castellano».
Plataforma per la Llengua, un centinela de cuidado
Esta entidad sumó notoriedad hace unos meses porque algunos de sus comisarios lingüísticos voluntarios espiaron a los niños en los patios de los colegios para saber en qué idioma jugaban. De acuerdo con los datos que recabaron, pero que no han sido contrastados, el idioma mayoritario fuera de las aulas era el español.
Con ese argumento y con la Ley Celaá como palanca, que elimina el carácter vehicular del español en la enseñanza, reclaman que se prohíba a los niños usar ese idioma en los comedores, gimnasios y patios escolares. En la entidad también afirman que el uso social del catalán ha disminuido un 10% en los últimos 15 años y que solo 19,6% de entre 15 y 29 años de la población de Barcelona tiene el catalán como lengua habitual. Un preludio para una campaña más que busca erradicar el español de Cataluña.
La Ley Celaá en contra del español
El Pleno del Congreso aprobó el jueves 19 de noviembre el dictamen de la Comisión de Educación y FP sobre la reforma educativa conocida como Ley Celaá; con los votos a favor del PSEO, Unidas Podemos, ERC, PNV y Más País.
El texto salió adelante con 177 síes, mayoría absoluta de la Cámara, una que necesitaba alcanzar para salir adelante debido a que se trata de una modificación de ley orgánica; frente a los 148 noes de PP, Cs y Vox, CC, la CUP, el PCR y UPN. Por tanto, la iniciativa ahora queda en manos del Senado para continuar con el trámite parlamentario. Un paso al que organizaciones y sectores educativos se siguen oponiendo.
El dictamen recoge algunas enmiendas que generan fuertes críticas entre la oposición, como el caso de la supresión de la referencia al español como lengua oficial del Estado en la enseñanza; así como la consideración del español y las lenguas cooficiales como lenguas vehiculares, entre otros cambios.
El debate, sobre todo, se centra en la supresión del carácter vehicular del español en la enseñanza. Una iniciativa a la que han acusado de eliminar derecho y «dar alas» al independentismo. Joaquín Robles, diputado de Vox, criticó duramente esta reforma, afirmando que su objetivo es que las escuelas catalanas se conviertan en «fábricas de independentistas».
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