Portugal es el tercer país europeo, después de Francia y España, que más captura tiburones y rayas
España y Portugal se han convertido en un verdadero centro neurálgico que concentra el comercio europeo de tiburones. Portugal es el tercer país de la UE con mayor número de capturas de tiburones y rayas, después de España y Francia. Se se capturan hasta 1,5 millones de ejemplares de estas especies al año. La consecuencia de una mala gestión pesquera que arroja datos alarmantes: 62 de las 110 especies de tiburones y rayas de las aguas portuguesas están amenazadas por la sobrepesca y las capturas accidentales.
Los Estados miembros de la UE tienen la segunda cuota más alta de capturas de tiburones y rayas del mundo, alrededor del 18%. España es el segundo país con mayores capturas de tiburones en la última década. Solo la supera Indonesia. Además, es el segundo importador y el primer exportador de tiburones y rayas del mundo.
La península Ibérica se ha convertido en un gran centro de intercambios comerciales de tiburones y rayas, especialmente en fresco. Tres cuartas partes de las exportaciones portuguesas de carne de tiburón congelada y toda la carne fresca van a España y el 35% de la carne congelada y todas las importaciones de carne fresca proceden de España.
Las exportaciones de carne de tiburón a España han aumentado un 73%
Un intercambio que no ha parado de crecer. Desde 2012 las exportaciones de carne de tiburón a España han aumentado un 73% y las importaciones se han duplicado en el segmento de congelados. Además, hay desembarcos directos de palangreros portugueses en puertos españoles, especialmente en Vigo, de especies pelágicas. Esos desembarcos no se registran en estadísticas, lo que oscurece el análisis del comercio y muestra que los desembarcos nacionales están infravalorados.
Para hacer frente a la sobrepesca, la Unión Europea adoptó hace más de una década el Plan de Acción Regional para los Tiburones y las Rayas para garantizar la conservación y gestión de los tiburones y su uso sostenible a largo plazo. Sin embargo, la notificación transparente de las capturas accidentales, así como la notificación de las capturas, los desembarcos y el comercio de tiburones y rayas a nivel de especie y la gestión adecuada de las pesquerías de tiburones y rayas, ha sido un problema constante.
Las cifras reales seguirán siendo desconocidas hasta que se adopten mejores herramientas y prácticas, como la cobertura adecuada de observadores, la identificación y el registro en el diario electrónico de a bordo o el uso de cámaras a bordo en las pesquerías de alto riesgo.
WWF-España pide aplicar política pesquera común
Recientemente, el Parlamento Europeo ratificó la necesidad de registrar obligatoriamente las capturas accidentales en los cuadernos de pesca. Todos los Estados miembros deben informar de forma transparente de su actividad pesquera. Sin embargo, que los eurodiputados no ordenen la monitorización electrónica remota (es decir, cámaras a bordo) para obtener registros precisos, sobre todo en las flotas con alto riesgo de captura de especies sensibles y protegidas, socava la credibilidad de los diarios de pesca.
La WWF-España considera urgente aplicar eficazmente la política pesquera común, y la nueva legislación para cumplir con las estrategias de biodiversidad y de la granja a la mesa.
De estas medidas cruciales depende cambiar el destino de los tiburones y rayas europeos y, en definitiva, la salud de los mares y de todos los seres vivos.
Fundamentales en los ecosistemas marinos
En la actualidad, se han registrado más de 1.200 especies de tiburones, rayas y quimeras, las cuales desempeñan un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas marinos.
Sin embargo, a pesar de su importancia, se calcula que cada año mueren 100 millones de tiburones y rayas a causa de la pesca y las capturas accidentales. En el mundo, el 36% de las especies están amenazadas. A nivel europeo, la situación es peor: más de la mitad de las especies mediterráneas están amenazadas.
Un ejemplo ilustrativo de la falta de gestión es el marrajo dientuso que desaparece del Atlántico norte. La nula gestión en el pasado ha supuesto tener que tomar medidas desesperadas e insuficientes por parte de ICCAT y su protección por el convenio de comercio internacional de especies amenazadas CITES.
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