En el Día Mundial de los Animales, WWF denuncia que España es un país de alto riesgo para el tráfico de uno de los animales más amenazados del planeta: el tigre. Aunque pueda sorprender, el comercio ilegal de sus partes no solo está ocurriendo en Asia, también se desarrolla “en el patio de casa”.
Un reciente informe de WWF y TRAFFIC alerta de que la débil legislación y los escasos controles en instalaciones privadas facilitan que los tigres cautivos en la Unión Europea y Reino Unido puedan ser usados como “materia prima” para alimentar la demanda de sus partes (huesos, pieles y garras) en el mercado negro internacional “por sus supuestos y milagrosos efectos afrodisiacos y curativos en la medicina oriental”.
El estudio subraya que España, Eslovaquia y Francia son países de “alto riesgo” para el tráfico de tigres.
Tres veces más tigres cautivos que en libertad
En 2019, al menos 913 tigres vivían prisioneros en Europa, más de 8.000 en Asia y más de 5.000 en Estados Unidos; cerca de 14.000 tigres encarcelados, lo que supone mucho más del triple de los 3.900 que sobreviven en libertad.
Aunque se desconoce el número exacto y su localización, porque cada país tiene diferentes leyes, solo en la UE y Reino Unido malviven cautivos al menos 850 ejemplares que sustentan un comercio de tigres vivos y sus partes con países, como China, Tailandia y Vietnam, donde a su vez hay granjas de tigres que alimentan el tráfico ilegal.
Entre 1975 y 2018, se produjeron 95 incautaciones de tigres en la UE (ejemplares vivos, sus partes y productos derivados) cuyo destino final era el mercado negro del tráfico de especies. Según CITES, y en solo 5 años (2013-17), la UE exportó 103 tigres vivos y reexportó otros 84.
España puerta de entrada al tráfico de tigres
La tenencia de tigres en cautividad en manos privadas, como circos y particulares, está permitida en 14 países de la UE, incluida España. Según la Interpol, entre 1975 y 2018, España fue uno de los 30 mayores exportadores e importadores de tigres en el mundo.
La posesión, cría y comercio uso de sus restos cuando mueren están poco controlados y apenas hay garantías de que sus pieles y huesos no terminen en el comercio ilegal de especies. Para asegurar el futuro de los últimos tigres salvajes debemos ampliar el foco y, además de cerrar las granjas asiáticas, debemos abordar el problema en casa, en Europa.
La WWF y Traffic, la UE y el Reino Unido demandan la inmediata prohibición del comercio de tigres dentro y fuera de sus fronteras. También mejorar la legislación, realizar inspecciones regulares de las instalaciones y actualizar el registro de tigres cautivos. Es fundamental prohibir su tenencia en circos y otros núcleos zoológicos que no garanticen la legalidad, y su bienestar.
LUCHA POR SU LIBERTAD
Desde hace casi 60 años y gracias al apoyo de sus socios y socias, en la WWF protegen hogar creando reservas y corredores ecológicos para reconectar poblaciones aisladas, restaurando sus hábitats perdidos y fomentando el diálogo con la población local para favorecer la coexistencia y minimizar los conflictos con tigres.
La WWF también lucha sin descanso contra el tráfico de tigres. Apoya a los guardas que se enfrentan a los furtivos, trabaja con los gobiernos para endurecer la persecución de este crimen y desmantelar mafias y mercados negros.
Con el apoyo de los 13 países donde vive en libertad, la WWF trabaja para duplicar en 2022 la población salvaje. El año chino del tigre. Los esfuerzos están dando fruto: en menos de una década hemos pasado de 3.200 a 3.900 tigres. Sin embargo, el mayor felino sigue en peligro y necesita ayuda. Se ha perdido el 97% de su población. Cada año los furtivos asesinan una media de 100 tigres salvajes y el número de cautivos no deja de crecer.
Equipo WWF España
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