En la prueba de lectura de PISA 2018, España se desplomó. La competencia lectora quedó muy por debajo de la puntuación media del conjunto de los países que integran a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y de la Unión Europea.
La OCDE, que lleva a cabo la prueba desde el año 2000, pospuso la publicación de estos resultados en 2019. En ese entonces consideró que había anomalías en las respuestas de los alumnos y, por tanto, no podía asegurar una comparación internacional correcta.
Sin embargo, en diciembre del año pasado sí se publicaron los resultados de matemáticas y ciencias. En estos también España quedó por debajo del promedio.
El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) es una prueba quedirigida a los jóvenes de 15 años de edad y abarca 79 países.
Se centra en las áreas de lectura, matemáticas, ciencias y un ámbito innovador (en 2018 fue competencia global) y en el bienestar de los estudiantes. En este último caso, toma en cuenta factores como el acoso escolar, la situación económica, el bienestar personal.
España ha participado desde la primera edición de la prueba. Para PISA 2018, participaron más de 1.000 centros educativos y más de 35.000 alumnos. La mayoría estaban en el 4.° curso de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Los resultados de lectura estatales y regionales que se publicaron recientemente dan de qué hablar. Y Madrid no se queda atrás. Ubicándose muy por debajo de la media del país y de la del OCDE, no reconoce los resultados.
En lo referente a las puntuaciones medias en lectura, los estudiantes de España sacaron 477 puntos, cuando la media de la OCDE fue de 487. La de la UE fue de 489 puntos.
En dicha puntuación, que fue de 480 a 553, Colombia obtuvo la posición más baja con 412, mientras que Estonia, la más alta con 523. A este le siguen Canadá y Finlandia con 520 cada uno e Irlanda con 518 puntos.
En el caso de las comunidades autónomas, Castilla y León obtuvo la más alta calificación con 497; es decir, por encima del promedio del país. Le siguieron Asturias con 495; Galicia con 494 y Aragón con 490. Sin embargo, en el último lugar de la tabla está Ceuta con 404 puntos.
La Comunidad Valenciana, Madrid, el País Vasco y Castilla-La Mancha se encuentran en la mitad de la tabla con 473, 474, 475 y 478 puntos, respectivamente.
Con respecto a la evolución en el rendimiento en lectura, los resultados se muestran estables en el promedio de los países de la OCDE. No obstante, la puntuación más baja se obtuvo en el ciclo más reciente de PISA 2018 con 486,8 puntos.
España ha tenido fluctuaciones continuas en ese sentido. En PISA 2018 sacó 476,5 puntos, una cifra que se asemeja a las de 2003 y 2009. Pero se aleja bastante de la de 2015, cuando obtuvo 495,6 puntos.
Por otro lado, la evaluación también toma en cuenta el rendimiento medio y la variabilidad en lectura.
La alta variabilidad en un país es el reflejo de una gran dispersión entre los resultados de los estudiantes de mayor y menor rendimiento. En consecuencia, muestra fuertes diferencias en los resultados de estos dos grupos, explicó la OCDE.
En este sentido, España obtuvo 241 puntos y presenta una variabilidad relativamente baja. También está por debajo del promedio de la OCDE, que es de 259 puntos, y del de la UE, de 265 puntos.
España se encuentre en el cuadrante de países caracterizados por mostrar variabilidad y rendimiento por debajo del promedio de la OCDE, como Croacia, Lituania o Turquía.
Entre respuestas anómalas y críticas a los resultados
Los resultados de la prueba de lectura de PISA 2018 se debieron publicar en diciembre de 2019 junto a los de matemáticas y ciencias. Sin embargo, en noviembre de ese año la OCDE indicó que no lo iba a hacer porque no podía garantizar una comparación internacional correcta.
Aunque aseguró que los datos del país cumplieron con los estándares técnicos de PISA y que no se vio ningún error, tampoco manipulación, algunos datos reflejaron que los estudiantes dieron respuestas inverosímiles.
Indicó que una anomalía que encontraron fue que un número notorio de estudiantes respondieron a una sección nueva de la prueba de lectura (la sección de fluidez lectora) de una manera tal que no representaba su verdadera competencia lectora.
“En muchos casos los estudiantes contestaron esta sección de manera apresurada y emplearon menos de 25 segundos en total para responder más de 20 preguntas. Sin embargo, los estudiantes que dedicaron el esfuerzo adecuado a estas preguntas emplearon, por lo general, entre 50 segundos y más de dos minutos en contestar esta sección, dependiendo de lo rápido que pudieran ser.
Además, estos estudiantes respondían siguiendo ciertos patrones (casi todas sí o casi todas no). Este comportamiento de respuesta no ha sido uniforme en toda la muestra de España, sino que se ha observado, sobre todo, en determinados centros educativos.
La extensión y concentración de respuestas de este tipo, muy rápidas y siguiendo un cierto patrón, ha tenido lugar solo en España y afecta a los datos de rendimiento en lectura”, afirmó el organismo en aquel entonces.
De acuerdo con el diario ABC, la OCDE dijo este jueves que las anomalías en las respuestas se debieron a “la disposición negativa hacia la prueba PISA entre una minoría de estudiantes, como lo demuestra el gran número de alumnos que admitieron haber dedicado muy poco esfuerzo en la prueba”.
Esto tendría que ver con la superposición de exámenes que en esas fechas tuvieron los alumnos de cinco regiones: Madrid, Navarra, La Rioja, Cantabria y el País Vasco. No obstante, algunos expertos dudan de la fiabilidad de los datos. Afirman que los motivos esgrimidos por la OCDE explicarían solamente el 25% de la caída y que, lo que en realidad pasó, fue que los examinadores explicaron mal las consignas.
De todos modos, en las pruebas de matemáticas y ciencias los estudiantes de España también sacaron una calificación inferior en comparación con las de los países de la OCDE. En matemáticas, obtuvieron 481 puntos, cuando los países de la OCDE tuvieron 489. En ciencias, tuvieron 483 puntos, y los otros, otra vez 489. Sus puntuaciones fueron muy similares a las de los estudiantes de Hungría y Lituania.
Madrid rechaza los resultados del PISA 2018
Fuentes de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid señalaron que los resultados de la prueba de lectura PISA 2018 son inexactos. Y que tampoco reflejan el nivel de los alumnos madrileños ni la capacidad de los profesores
En 2019 la Comunidad también rechazó los resultados de la prueba. En octubre de ese año alertó a la OCDE y al Ministerio de Educación sobre los problemas que vio al analizar los resultados de su muestra, a la que tuvo acceso a principios de septiembre, señaló La Vanguardia.
Dichos problemas tenían que ver con respuestas anómalas en las preguntas de fluidez lectora, resultados inverosímiles en tres grupos de examinadores e inconsistencias en la base de datos.
Lea también: