Las sensaciones optimistas se desplomaron con las cifras aterradoras de este jueves. España volvió a batir récord en fallecidos.
El Ministerio de Sanidad informó que en las últimas 24 horas se registraron 950 muertes producto de la COVID-19, la peor estadística de decesos del país hasta el momento. La cifra estuvo muy cerca del peor registro mundial que pertenece a Italia, con 969 muertes en un día.
Es el sexto día con más 800 muertos en el país. Los contagios también aumentaron: 8.000 nuevos casos, lo que podría significar que la crisis está lejos de aplacarse.
En total, España contabiliza 110.238 contagiados y 10.003 muertos. La magnitud de la tragedia exige más esfuerzo al sistema sanitario y al Gobierno.
🖼 #Galería El ministro de @sanidadgob, Salvador Illa, ha intervenido hoy ante la Comisión de #Sanidad para informar de las últimas medidas adoptadas para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el #COVID19.
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La estadísticas indican que falta para llegar al ansiado pico de contagios y al aplanamiento de la curva. Solo se percibe una ralentización en el incremento de nuevos casos y la estabilización de las cifras. El ritmo de infectados se ha reducido significativamente. Aumentan por debajo del 8%, a mediados de la semana pasada lo hacían a casi el 20%.
«La curva se ha estabilizado, hemos alcanzado el primer objetivo de llegar al pico y estamos empezando la fase de ralentización», aseguró en una comparecencia en el Congreso. el ministro de Sanidad Salvador Illa.
Aseguró que los pacientes de gravedad que requieren atención en las unidades de cuidados intensivos se han ralentizado: «El incremento diario es del 4 %; hace una semana era del 16 %».
Hospitales de guerra
Tanto el Ministerio de Sanidad y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso desmintieron que los hospitales estuvieran aplicando medidas de guerra y que por el colapso del sistema sanitario daban prioridad a los enfermos con mayor expectativa de cura. Sin embargo, médicos han vuelto a relatar las condiciones de trabajo y han descrito su día a día con una frase alarmante: «hospital de guerra». Las principales quejas es la falta de material, de protección y de fármacos.
Los profesionales sanitarios tienen que entrar y salir de las habitaciones sin cambiarse las mascarillas ni las batas. La ausencia de sedantes hace su trabajo más difícil. Hay pacientes que lo necesitan con urgencia. Por las condiciones de trabajo muchos médicos y personal de enfermería sufren ansiedad, depresión e insomnio.
«Si lo piensas mucho no entrarías a ver a ningún paciente, pero nuestra vocación no nos permite pensar demasiado y nos obligar a actuar mucho», dijo un enfermero.
Datos actualizados de #COVID19 en España por CCAA
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Los anestesiólogos ven afectado su trabajo por la carencia de sedantes: «Utilizamos alternativas como algunos gases, pero no todos los equipos están preparados».
Sobre los equipos indican que han recuperado respiradores de hace cuarenta años y usan para uso prolongado los respiradores considerados solo de traslado para ambulancias.
El drama aumenta con la gran cantidad de personas que fallece en los hospitales. Nadie está acostumbrado a que se mueran tantas personas al día. Una enfermera contó que normalmente cubren los cadáveres con una sábana para que sea menos impactante a la vista, pero ahora los meten en una bolsa sellada que se recubre con otra bolsa de plástico que deben lavar con lejía.»Es una imagen horrible, parece una serie morbosa de televisión. Es lo peor que he visto», expresó otro trabajador sanitario.
Casado propone un pago extra a trabajadores esenciales
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, exhortó al Gobierno a darle un incentivo extra a los trabajadores esenciales, como los del sector salud, transporte, policías y demás. El líder de la oposición propuso un abono de una paga adicional o dejarlos exentos de pagar impuestos durante el estado de alarma. «Estoy convencido de que los ciudadanos entenderán que el Estado haga ese esfuerzo por el riesgo que asumen», dijo.
También volvió a criticar las últimas medidas económicas que el Gobierno aprobó en el último Consejo de Ministros y le solicitó que rectifique: «Estas medidas no pueden tener el apoyo del PP. Estamos viendo errores. Nos llamen o no, queremos que sean eficaces y que de forma urgente se resuelvan los problemas».
#QueNadieSeQuedeAtrás @pablocasado_ propone un complemento retributivo a todos los trabajadores de servicios esenciales 👇 pic.twitter.com/BCfU9L3A33
— José Fernández (@fernandezsj) April 2, 2020
Casado afirmó que desde hace diez días no recibe una llamada de Pedro Sánchez, lo que considera que es un error: «En estos momentos el Gobierno y la oposición deberían estar alineados, pero no hay una interlocución ni con la oposición ni con los agentes sociales ni con las comunidades autónomas».
Sobre las últimas cifras del paro, que han registrado su peor mes, dijo que es «una situación de devastación económica».
Un mercado negro de material sanitario
La pandemia ha cambiado al mundo. Los recursos más demandados en los mercados internacionales son los materiales sanitarios. Las mascarillas, los geles hidroalcohólicos y los test de coronavirus se han convertido en productos muy codiciados.
Gobiernos de todos los países intentan establecer contactos, utilizar sus alianzas e influencias para adquirir con prontitud posible grandes cargamentos de estos materiales para combatir la COVID-19. Sin embargo, con la desesperación florece un mercado ilegal de mascarillas falsificadas y sin homologación.
España ya fue víctima de estos materiales falsificados, al comprar 600.000 tests sin certificación a China. Cuando fueron probados por la Comunidad de Madrid constataron que la mayoría estaban defectuosos.
«Hay una auténtica guerra por conseguir mascarillas y material sanitario», reconoció la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El epicentro de la batalla está en China, donde fue el primero núcleo del COVID-19 y desde hace meses comenzaron a producir 20 millones de mascarillas al día.
La capacidad de producción se ha multiplicado. China está produciendo 115 millones al día. Sin embargo, las empresas falsas intentan sacarle provecho a la situación. Interpol ha interceptado material sanitario falsificado por un valor aproximado de 12,8 millones de euros en 91 países. Entre ellos, mascarillas falsas, geles hidroalcohólicos de calidad insuficiente y fármacos antivirales no autorizados.
«El brote de la enfermedad del coronavirus ofrece la posibilidad de conseguir dinero fácil. Los delincuentes se aprovechan de la alta demanda que presentan en el mercado los productos de protección e higiene personal», señala Jürgen Stock, Secretario General de Interpol.
Españoles se refugian en el alcohol para pasar el confinamiento
Durante las primeras semanas de confinamiento, las personas tomaron los supermercados para adquirir artículos de primera necesidad. Los ciudadanos alarmados y asustados compraban comida no perecedera, papel higiénico y medicamentos. Ahora, en la tercera semana de la cuarentena las compran han dado un vuelco absoluto.
La compra de cerveza se ha disparado en 77,65% y la del vino en 62,7%. Otras bebidas alcohólicas han tenido un incremento de sus ventas en 36,58%. Los mismo ha pasado con las aceitunas (+93,82%), las patatas fritas (87,13%) y el chocolate (79,04%). El consumo de harina se ha disparado hasta un 196% con respecto a la semana anterior.
“Esto refleja el poder de darnos recompensas y caprichos en estos tiempos”, aseguró Carmelo Vázquez, catedrático de Psicopatología en la Universidad Complutense Madrid.
Olga Castanyer, especialista en psicología clínica, aseguró que este cambio en las compras se produce por el estrés: «No se comen filetes cuando uno tiene estrés. El cuerpo lo que quiere es azúcar y grasas. Cuando estamos encerrados el cerebro nos pide un premio: chocolate, golosinas o un par de cervezas».
«Trato de evadirme con alguna copa. El aburrimiento es enorme en estos tiempos”, dice Carlos Alonso, de 46 años de edad, en un supermercado de Madrid.
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