En el Índice de Democracia que publica anualmente The Economist, España dejó de ser catalogada una democracia plena para ser transferida al grupo de las democracias “defectuosas”. Este descenso en la clasificación está asociado, entre otros, al bloqueo del Consejo General del Poder Judicial, que acumula tres años.
“Una bajada de 0,18 puntos en la valoración de España ha sido suficiente para que España sea apartada del grupo de democracias plenas”, dijo el semanario británico en su informe. Tras argumentar que “la caída de España se debe principalmente a una peor valoración de la independencia judicial. Debido a las divisiones políticas sobre el nombramiento de nuevos jueces del Consejo General del Poder Judicial”.
Además la publicación sostuvo que esa entidad tiene expirado su mandato desde 2018 y sufre la falta de acuerdo entre las formaciones políticas para el nombramiento de nuevos miembros. The Economist refirió que “para proceder a esta renovación es necesaria una mayoría de tres quintos en el Congreso. Y mientras no se produzca, mina la credibilidad de la Justicia y la convierte en objetivo vulnerable para la politización”.
Este informe anual analiza democracias de todo el mundo en base a 60 indicadores que divide y puntúa en 5 categorías distintas. Las democracias son divididas en varios niveles: las «democracias plenas», las «democracias defectuosas», los «regímenes híbridos» y los «regímenes autoritarios».
En el caso de las democracias defectuosas, en las que ahora ubica a España, el documento ubica democracias con elecciones libres pero con «problemas«. Y «debilidades significativas» en algunos aspectos como la participación política o la gobernanza.
España dentro de las democracias defectuosas
La democracia global continuó su declive precipitado en 2021, con regímenes autoritarios ganando terreno, según The Economist.
La encuesta anual califica el estado de la democracia en 167 países sobre la base de cinco medidas: proceso electoral y pluralismo, funcionamiento del gobierno. Así como participación política, cultura política democrática y libertades civiles, encuentra que más de un tercio de la población mundial vive bajo un régimen autoritario. Mientras que sólo el 6,4% disfruta de una democracia plena. La puntuación global cayó de 5,37 a un nuevo mínimo de 5,28 sobre diez. La única caída equivalente desde 2006 fue en 2010 después de la crisis financiera mundial.
En el Índice de Democracia, España aparece en el puesto 24 de la clasificación con una puntuación de 7,94. Por detrás de Israel y Francia y por delante de Chile y Estados Unidos. España llegó a obtener una nota sobre el estado de la democracia de 8,45 en 2008. En 2017, la puntuación de España rozó el de la segunda división democrática tras el referéndum del 1 de octubre. Y por las medidas legales adoptadas por el Gobierno contra los líderes independentistas.
Con esa ubicación en el ranking, España se sitúa inmediatamente por detrás de Francia (7,94), pero por delante de Portugal (7,82) y de Italia (7,68). Y Noruega, Finlandia, Suecia, Islandia y Dinamarca nuevamente lideran las mejores puntuaciones.
21 países siguen dentro de la democracia plena frente a los 23 que en el ejercicio anterior superaban el 8. El estudio indicó que “los resultados reflejan el impacto negativo de la pandemia en la democracia y en la libertad en el mundo por segundo año consecutivo. Con la extensión considerable del poder del estado y la erosión de las libertades individuales”.
Los mayores cambios en América Latina
En el Índice de Democracia, destacan como regímenes autoritarios los de Nicaragua, Cuba, Venezuela, Rusia, China y Afganistán con un 0,32, por la irrupción de los talibanes. Se trata, según este documento, del país menos democrático del mundo.
América Latina experimentó la mayor cantidad de cambios en el tipo de régimen de cualquier región en 2021, con cinco países degradados. Mientras que muchos otros registraron disminuciones significativas en sus puntajes y clasificaciones.
Chile, que se convirtió en una “democracia plena” en 2019 antes de la pandemia, quedó relegado a una “democracia viciada”
Haití se ha convertido en el cuarto régimen “autoritario” de la región.
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