Fue Adela Cortina la primera que puso el dedo en la llaga y habló de las cosas por su nombre. La escritora y filósofa española hizo la aclaratoria. No es la xenofobia el problema. En realidad no se rechaza al extranjero por ser extranjero. Si tiene dinero, si viene como turista, incluso si viene como «inmigrante inversor» es bienvenido. Pero si se es pobre, entonces si no hay ninguna «cálida bienvenida». El caso de los marroquíes ha demostrado que hay inmigrantes de inmigrantes. Hay inmigrantes que son más inmigrantes que otros, como los iguales de George Orwell.
Una cosa es ser inmigrante en una patera, casi deshidratado, medio muerto de hambre y de sed. Otra muy distinta es ser inmigrante en un avión, bien vestido y con un celular de gama alta en la mano. No es lo mismo ser extranjero, a secas, que ser «extranjero con estilo».
No es solo un asunto teórico
Puede sonar a fantasía. Todos «sabemos» que los inmigrantes llegan «sin un duro». Que vienen huyendo de la miseria. Allí es donde hay que poner las barreras y ser muy cautelosos. Pero a quienes vengan bien vestidos y con dinero para gastar se les abren las puertas de par en par.
Lo curioso es que no se trata de una percepción individual que tengan algunas personas, sean o no la mayoría. En realidad, la actitud puede marcar la diferencia en las políticas oficiales con respecto al tema migratorio. Y España bien puede ser un claro ejemplo. Es lo que dejan entrever los testimonios que en las últimas horas describen dos realidades distintas -contradictorias más bien- sobre la gestión oficial de la crisis migratoria.
No todos los inmigrantes marroquíes son iguales
En los últimos días el Ejecutivo ha descartado el traslado de los inmigrantes marroquíes, que llegan a las islas Canarias a la península. Se trata de personas que llegan en pequeñas embarcaciones en las que se apiñan unas veinte personas, sobre todo jóvenes, que huyen de la crisis económica y de la falta de expectativas.
La justificación del Gobierno para mantenerlos en territorio insular es evitar que las mafias se sientan alentadas a aumentar el tráfico de personas. Para manejar la crisis, España ha solicitado 43 millones de euros para instalar las carpas anunciadas esta semana por el ministro de inclusión, José Luis Escrivá. Pretender alojar en estos campamentos tipo Lesbo y Moria más de 7.000 migrantes irregulares.
El Ejecutivo central también tendría previsto pedir a la Unión Europea otros 12 millones de euros para el nuevo Centro de Atención Temporal de Extranjeros, que se habilita en Barranco Seco, Las Palmas de Gran Canaria. Un antiguo edificio de uso militar.
Pero mientras se extreman las medidas para mantener a estos inmigrantes en el archipiélago, hay reportes de que en las últimas horas decenas de jóvenes que arribaron semanas atrás a la región insular estarían llegando a Sevilla, Málaga, Madrid y Barcelona, en distintos vuelos comerciales.
¿Cuál es la diferencia?
Uno de los reportes más hace referencia al vuelo VY3073, de Canarias a Málaga. El lunes, en el avión viajaban 100 personas. De ellas, 80 eran jóvenes marroquíes. Los testigos declararon a la prensa que se trataba de hombres bien vestidos. Usaban mascarillas de marca y móviles de alta gama. La presencia de estos jóvenes causó sorpresa.
Este caso no sería el primero. Málaga ha recibido varios vuelos cargados de inmigrantes marroquíes desde Gran Canaria. También Sevilla ha visto aterrizar vuelos procedentes de Gran Canaria con inmigrantes a bordo.
De acuerdo con fuentes policiales citada por El Español, estas personas no compran los billetes de avión, aunque figuran a su nombre. Se les traslada para mandarlos a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), de acuerdo a la misma información.
Las fuentes agregan que muchos de ellos llegan con dinero ahorrado listos para moverse por su cuenta rumbo. La gran mayoría llega a las costas españolas sin papeles. Frontex les asigna un Número de Identificación de Extranjeros (NIE) con los datos que les proporcionan. Con eso ya pueden montarles en un avión si dan negativo en un test de coronavirus, dicen los funcionarios policiales.
Una posible explicación
Hasta ahora no hay información oficial sobre estos vuelos. Sin embargo, algunas fuentes gubernamentales los han confirmado, en calidad de anonimato, aunque sin dar cifras o detalles. Aseguran que los traslados se han hecho en virtud de los inmigrantes marroquíes cuyos perfiles encajan con las figuras de protección internacional (personas cuya vida correría peligro si fuesen devueltos a su país de origen) o de colectivos vulnerables (como mujeres y niños).
Según recoge el diario ABC la información del Gobierno apunta a que serían ellos los primeros que han volado hasta la península desde las Islas Canarias. A esta región han ido llegando desde las costas marroquíes miles de inmigrantes, en pateras, durante las últimas semanas.
Falta de información
Es cierto que estos casos críticos, que ameritan una protección especial, servirían para explicar el trato diferencial que se da a algunos inmigrantes marroquíes. Pero lo que ha causado malestar es la opacidad con que se ha manejado la situación.
Las autoridades locales involucradas han criticado que se les dejara de lado. Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, cuestionó la falta de «rigor y transparencia» del Gobierno central. Dijo que se enteró de la llegada de estas personas apenas el miércoles. Pidió la «máxima transparencia» para poder trabajar de manera «organizada».
Por su parte, Ana Oramas, portavoz de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados advirtió que el gobierno ha convertido Canarias en Lampedusa, Lesbos o en un inmenso campo de concentración. «Estos campamentos de la vergüenza se deben a la inacción del gobierno que se hace fotos con los inmigrantes y luego los abandona a su suerte», declaró en una entrevista a El Economista.
Un problema creciente
Mientras tanto, el problema no para de crecer. Los puertos están saturados. Los centros de acogida se han visto rebasados. Los hoteles de cuatro y cinco estrellas ha sido utilizados como refugio temporal. Se espera la llegada de tiendas de campaña para dar más lugar. Las policías reclaman más medios y que se llenen las plazas vacantes. Falta personal.
En este mar de incertidumbre, hay visiones contradictorias entre los partidos que integran la coalición PSOE-UP. Hay recelo sobre la posición de Pablo Iglesias, que exige un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental.
La presión migratoria se ha convertido en un problema apremiante para el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Por ahora, el Gobierno ha evitado achacarle responsabilidad a Marruecos. Ha preferido poner la lupa en la crisis del coronavirus y en sus efectos. Sin embargo, tras estallar la crisis migratoria en Canarias, el primer destino elegido por Fernando Grande-Marlaska para buscar una solución de contingencia fue Rabat. Allí se reunió con su homólogo Abdelouafi Laftit para abordar el problema.
El ministro del Interior del Reino de España eximió de responsabilidad al Reino de Marruecos. Al contrario, destacó la «estrecha colaboración» entre ambas partes durante los últimos años. Asegura que ese acercamiento ha permitido reducir drásticamente el número de inmigrantes ilegales que han llegado a territorio español por vía marítima y terrestre. De 64.298 entradas en 2018 se habría pasado a 32.513 en 2019.
Una nota acusadora
A pesar de esta amistosas relación, un documento de la Dirección General de la Policía reveló que el aumento de las llegadas de migrantes marroquíes en patera a Canarias es un «mensaje en demanda de contraprestaciones» por parte de Marruecos. El memo, que tiene fecha de 10 de noviembre, fue publicado el jueves por Cadena SER.
«Teniendo en cuenta que las medias diarias registradas en este mes de noviembre (495 en toda España y 391 en Canarias) conducen a pronosticar unas llegadas anuales próximas en España de 180.000 (cerca de 140.000 en Canarias)», se lee en el texto. En el análisis, la policía señala los dos países de donde más personas están llegando: Argelia y Marruecos.
«Aproximadamente un tercio de los llegados vienen de Argelia que claramente ha revisado su política de repatriaciones alegando que no es posible debido al cierre de fronteras por el coronavirus. Otro tercio de llegadas son marroquíes, país que claramente nos está enviando un mensaje demanda de contraprestaciones», destaca del documento.
Cadena SER, que publicó la nota, asegura que fuentes del Ministerio del Interior rechazaron la apreciación del informe policial, que considera que Marruecos estaría «enviando un mensaje de demanda de contraprestaciones». En declaraciones a ese medio, Interior señala que «Marruecos, Mauritania, Argelia o Senegal son socios prioritarios para el Gobierno y el ministerio, y la cooperación con estos países, que ha demostrado su efectividad en muchos ámbitos, incluida la gestión de los flujos migratorios, está basada en la confianza mutua».
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