El gobierno de España defendió la necesidad de recuperar la propuesta original de taxonomía de la Comisión Europea para orientar las inversiones hacia una descarbonización sin riesgos ambientales. En la reunión informal de ministros de Medio Ambiente y Energía de la UE, en Amiens (Francia), la vicepresidenta Teresa Ribera dijo que “ni el gas ni la nuclear cumplen los criterios para ser considerados sostenibles”.
La ministra de Transición Ecológica reiteró el rechazo de España a la propuesta de la CE para incorporar el gas y la nuclear entre las tecnologías consideradas sostenibles por la Taxonomía Europea.
Una propuesta controvertida “que puede distorsionar y generar confusión” a la hora de encauzar inversiones sostenibles en la UE, señaló. “Ni la nuclear ni el gas cumplen los criterios científicos y legales para ser consideradas sostenibles. Ni recibir el mismo tratamiento que tecnologías incuestionablemente verdes, como la eólica o la solar. Las mismas orientan en sentido contrario a las prioridades de un proceso de descarbonización de la economía europea sin riesgos ambientales”, agregó.
La vicepresidenta reiteró las alegaciones presentadas por España a la propuesta del colegio de comisarios. Y a la carta suscrita junto con Austria, Dinamarca y Luxemburgo en que exponían su rechazo a incluir el gas y la energía nuclear en la taxonomía.
El criterio aplicado al gas, de no emitir más de 270 gramos de CO2/kWh, está por encima de las recomendaciones del IPCC y la AIE. Y eliminaría de facto el principio de “no causar daño significativo” (DNSH, en inglés). Establecido en la primera propuesta de Taxonomía, fijado precisamente en ese nivel de emisión, informó el despacho.
En el caso de la nuclear, el impacto negativo de los residuos radiactivos de alta actividad está sobradamente documentado y es incompatible con el DNSH.
España rechaza propuesta de la CE
La reunión informal convocada por la presidencia francesa de turno analizó el uso y las consideraciones de las energías en la taxonomía europea, de la cual España reiteró su posición.
También abarcó el papel de los impactos del paquete normativo del Fit for 55% en la vida de los ciudadanos europeos. Y los retos que representa en términos de equidad y justicia social. Este paquete fija el compromiso comunitario de reducción del 55% de emisiones de CO2 para 2030.
La transición hacia la descarbonización de la economía europea debe ser justa y “sólo tendrá éxito si contamos con el respaldo de la ciudadanía. Y somos capaces de mostrarles los beneficios y oportunidades de este proceso”, indicó la vicepresidenta.
En ese sentido, la movilidad juega un papel importante en la reducción de emisiones. Y en España, según denuncia la organización ecologista Transport & Environment, la electrificación avanza más lenta que en el resto de Europa. Y no solo en lo que se refiere a vehículos particulares, también en el transporte público. Las matriculaciones de nuevos autobuses urbanos de cero emisiones se han reducido a más de la mitad. Al pasar del 8,5% al 4% en 2020 con respecto al 2019.
Entre los países europeos que lideran la venta de autobuses eléctricos, está Países Bajos, con un 81% de vehículos cero emisiones del total de las matriculaciones. Seguido de Luxemburgo, con un 51% y Polonia, con un 28% del total de 18 países europeos examinados.
Junto a España, los otros rezagados con menos del 5% de ventas de cero emisiones: son Bélgica (3%), Austria (2%), Irlanda (0%) y Grecia (0%). Suiza también se encuentra entre los países menos comprometidos con la descarbonización de su flota de autobuses urbanos y solo incorpora un 2% de autobuses eléctricos.
Impulso a la electrificación de vehículos ligeros
La electromovilidad es la única llave que puede abrir la puerta del futuro para la industria automovilística en España. Debido a que el modelo actual, basado mayoritariamente en la fabricación de vehículos con motor de combustión interna, no tiene ya recorrido, señaló Transport & Environment (T&E).
El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC) es un paso en la buena dirección. Pero España debe mostrar su ambición a nivel regional, apoyando la propuesta de la Comisión Europea de poner fin a la venta de coches y furgonetas de combustión interna en 2035. Así como objetivos intermedios de reducción de emisiones que permitan allanar el terreno para acelerar la electrificación.
La mayoría de los fabricantes europeos han mostrado grandes compromisos. Y sus planes son mucho más ambiciosos que los del gobierno español, que sigue anclado en el 2040 como fecha de prohibición de venta de coches y furgonetas de combustión interna, sostiene T&E.
Además, es fundamental avanzar en el despliegue de infraestructura de recarga en el país, para que tanto españoles como europeos puedan circular en un vehículo cero emisiones por el país sin ningún problema.
En atención a impulsar la electrificación de vehículos ligeros, el ministerio de Transición Ecológica abrió la convocatoria del Programa de ayudas a estos proyectos a través de MOVES Flotas.
El programa cuenta con una cuantía inicial de 50 millones de euros. Y está dirigido a la selección y concesión de ayudas para promover la electrificación de estas flotas. Con especial incidencia en proyectos con presencia en más de una comunidad autónoma.
España ha insistido en la descarbonización de la economía regional y local, y en no incluir al gas y a la energía nuclear como sostenibles e n la taxonomía europea.