El propósito de las Olimpíada Matemática Nacional en España está muy bien definido. En la primera línea de su normativa se indica que el objetivo es “estimular el estudio de las Matemáticas y el desarrollo de jóvenes talentos en esta ciencia”. Ciertamente es un poderoso incentivo. Muchos chicos brillantes y con altos rendimientos esperan que les sirva de trampolín para ingresar a la universidad y culminar una carrera en Matemática. A veces las pruebas de selectividad se constituyen en un freno a esos sueños que suelen perseguirse y alcanzarse en otros países.
Existen múltiples usos de las matemáticas en el quehacer diario, pero ni todos son evidentes ni todas las personas las perciben de la misma forma. La búsqueda de matemáticas en situaciones cotidianas no solo se encuentra en las compras y ventas del mercado o en el pago de servicios y en diversas operaciones bancarias. Existen muchas aplicaciones en la naturaleza, las industrias, los sectores financieros, la tecnología, especialmente en los campos de investigación. También se emplean en genética y en análisis estadístico, el cálculo y las mediciones.
La importancia de esa ciencia es vital. Es la gran aliada del desarrollo y progreso de los países. En España son muchas las opciones para estudiar esa carrera, alrededor de diez universidades la tienen en su oferta académica. Pero la Selectividad puede constituirse en más que una prueba de excelencia, en un obstáculo, como les ocurrió a Ismael Sierra, Rubén Carpenter y Martín Padrón, publicó el diario ABC.
Jóvenes con aptitudes, altas calificaciones y un mundo que gira alrededor de las Matemáticas, pleno de desafíos y éxitos, pero que aún así no lograron superar las exigencias.
Los retos de estudiar Matemática en España
Más del 50% de los casos de jóvenes olímpicos españoles, que pese a dedicar gran parte de su adolescencia al estudio y el aprendizaje de matemáticas, no ven una recompensa o reconocimiento a sus logros. Y terminan sin poder realizar la carrera en España. ¿Un fallo de la enseñanza en España? ¿Dejan escapar cerebros valiosos? ¿Qué ocurre?
Atribuyen el problema a la exigencia que se le pide en Selectividad, con una nota de corte que, por ejemplo, en la Universidad Complutense de Madrid se encuentra en 13,725. Y donde la media no baja del 13 en ninguna universidad española.
Ismael Sierra confió que se quedó a una centésima en Selectividad de poder cumplir su sueño. Su interés por el mundo de las Matemáticas viene de casa, con el entusiasmo y promoción que le dieron su padre y su tía. Fue ganador durante tres años consecutivos de la Olimpiada Matemática Nacional en España y consiguió la medalla de bronce en la internacional de Tailandia de 2015. Todo auguraba que aquel joven podría cursar Matemáticas en la UCM. La nota de corte lo detuvo.
Este revés no lo aquietó. Se dirigió a la Universidad de Cambridge (el Reino Unido) donde desarrolló todo su potencial y terminó por licenciarse y doctorarse en uno de los centros más prestigiosos del mundo. Actualmente ejerce como profesor y realiza un postdoctorado en la Universidad de Toronto. “Gracias a Dios que probé suerte, pedí la plaza y me picó el gusanillo con las olimpiadas, si no, no sé qué estaría haciendo ahora mismo”, comenta a ABC. Admite que si no fuera por el curso de los acontecimientos, estaría ejerciendo en España.
Mejor calidad de la educación
Rubén Carpenter es un joven olímpico que el año pasado logró el mejor resultado individual en los últimos 41 años del concurso.
“Da rabia haber demostrado que valgo y no poder dedicarme a mi pasión en mi país. Me hace sentir un apestado”, lamenta. Y cuenta que también tuvo que seguir la estela de Ismael y buscar oportunidades fuera de España. La Universidad de Yale le fichó por su desempeño en el internacional de Japón y le becó con más de 90.000 dólares la estancia completa en el campus, donde actualmente compagina asignaturas de primero de carrera con clases avanzadas de nivel doctoral.
“Yo tuve la suerte de ser aceptado en Yale. Muchos de mis compañeros han tenido que tirar la toalla y entrar a otras carreras con la idea de en un futuro repetir Selectividad y volver a intentarlo”. Asegura que no cambiaría su destino “por nada del mundo”, pero hay cosas que extraña.
La comunidad de amigos que formó en las olimpíadas -donde se dio cuenta que se quería dedicar a los números- y la enseñanza española, que asegura que es mejor que la de Estados Unidos. “Depende del caso, pero en España el aprendizaje universitario es más completo, acabas sabiendo muchas más ramas de una materia porque en EE UU la carrera es muy personalizable y poco exigente. Para aprovecharla tienes que dedicarle horas extra e interés propio”.
En España se dan las carreras de Matemática en las Universidades Autónoma de Madrid, de Barcelona, Complutense de Madrid, de Granada, de Valencia y Salamanca. Así como las Universidades Autónoma de Barcelona, de Sevilla, de Zaragoza y Politécnica de Cataluña
Evitar la fuga de cerebros
Rubén reconoce que en España hay “talento desaprovechado”. Para las olimpiadas no reciben “recursos ni ayudas de ningún tipo” para incentivar a los jóvenes a participar en ellas. “A diferencia de lo que ocurre en Asia o en el norte de Europa, los chicos españoles por mucho que se esfuercen luego no sacan beneficio de ello”.
A Ismael y Rubén, se une Martín Padrón también campeón en la competición de matemática en España. Pese a que no pudo acceder al doble grado de Matemáticas y Física, ha conseguido estudiar Matemáticas en la UCM. Defiende el argumento de que “una nota no refleja tu talento” y también considera que la prueba de acceso a la universidad no está bien planteada actualmente. La considera “injusta” y cree que debería estar más enfocada o “personalizada” en la carrera a la que quiere entrar un alumno.
Los tres jóvenes opinan, tomando el altavoz de todos los olímpicos matemáticos, que la Selectividad debería “reservar plazas”.
Eva Gallardo, presidenta de la Real Sociedad Matemática Española se suma a la petición. “Llevamos mucho tiempo solicitando al Gobierno que incluyan una reserva de plazas de acceso universitario a los olímpicos”, explica. “Pero pese a la insistencia no tenemos una respuesta clara”.
Cree que las evasivas se generan porque el análisis del problema es complicado al tratarse de casos singulares, que no afecta a todos los estudiantes por igual. Sin embargo, considera que es una “cuestión fundamental” para estos jóvenes que tienen una vinculación o una actitud clara para ser matemáticos y que se debería estudiar su caso.
Desde 2008 se han marchado más de 100.000 jóvenes por la barrera de entrada a las universidades, uno de los desencadenantes de la fuga de cerebros matemáticos.
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