La cría de pulpos en cautiverio es un objetivo que persiguen los científicos y los empresarios desde hace casi 60 años. La alta demanda de esta familia de moluscos en España y en el mundo ha impulsado la creación de granjas para su reproducción. El método es altamente cuestionado. Hay expertos que lo consideran un desastre ético y ambiental.
El pulpo ha sido un producto básico de las gastronomías mediterránea y asiática del este porque es nativo de esas regiones. Sin embargo, se ha convertido en un producto muy demandado debido a la popularidad del sushi, las tapas y el poke (ensalada cruda de pescado) y a la búsqueda de proteínas de alta calidad. En los últimos años, la demanda y los precios se han disparado conforme el calentamiento y la acidificación de los mares.
Las cifras de Statista indican que el consumo de pulpo en España se ha elevado gradualmente desde 2017. En 2020 los hogares consumieron alrededor de 67,9 millones de kilos. Al ser solicitado a gran escala, las capturas gallegas no son suficientes para satisfacer las exigencias del mercado. Entonces, aparecen los cefalópodos de los mares africanos. Estas piezas se congelan y se envían al mercado español.
Pero este verano, España tendrá la primera cosecha en la primera granja de pulpos en el mundo con el fin de comercializarlos y venderlos. El Grupo Nueva Pescanova pondrá en marcha la iniciativa en las inmediaciones del puerto de Las Palmas de Gran Canaria. Se calcula que podría producir hasta 3.000 toneladas de pulpo al año. Algo que, según la compañía, ayudaría a reducir la pesca masiva de pulpos silvestres.
Nueva Pescanova y la cría de pulpos en cautiverio
La compañía española se habría impuesto en la pugna por su apertura de una granja de pulpos a empresas de México, Japón y Australia. El Grupo Nueva Pescanova inauguró en noviembre pasado, en Pontevedra, el primer centro privado de investigación en acuicultura en España: el Biomarine Center. Con una inversión de 7,5 millones de euros y más de 40 investigadores pretende posicionarse a la vanguardia de la investigación acuícola.
Nueva Pescanova es una multinacional de productos del mar que agrupa toda la cadena de valor: pescan, cultivan, transforman y comercializan más de 70 especies de pescados y mariscos en 80 países del mundo.
Durante el proceso de creación y desarrollo de acuicultura, el equipo de científicos ha conseguido cerrar el ciclo de reproducción de esta especie. Es decir, los pulpos nacidos en cautiverio, llegan a su edad adulta y pueden reproducirse fuera de su hábitat natural.
La empresa comentó que la nueva infraestructura también servirá como centro tecnológico para los proyectos de transformación digital y sostenibilidad. Ya tiene proyectos en marcha con inteligencia artificial o big data en la acuicultura del langostino con Microsoft que controlan el 100% de los procesos en tiempo real y de manera automática. «El propósito es potenciar la sostenibilidad de los cultivos garantizando la trazabilidad alimentaria y mejorando la salud y el bienestar animal», agregó el Grupo Nueva Pescanova.
La noticia causa mucho revuelo entre los científicos y los defensores de los animales y el medioambiente. Advierten que los pulpos nunca deberían criarse para comercializarse como alimento. «Son animales asombrosos. Son solitarios y muy inteligentes. Así que ponerlos en tanques estériles sin estimulación cognitiva es malo para ellos», indica Elena Lara, directora de Investigación de la campaña Compassion in World Farming (CIWF).
Inteligentes, sensibles y libres
Diversos estudios han demostrado que estos moluscos tienen un alto nivel de inteligencia y son «seres sensibles» que pueden sentir placer, emoción y alegría. También sentimientos negativos como dolor, angustia y daño. Además de que aprenden rápidamente tareas, los experimentos han demostrado su capacidad para valerse de conchas de mar para esconderse y defenderse de enemigos.
Stacey Tonkin, cuidadora del Acuario de Bristol, indicó a BBC que uno de los pulpos que allí atiende tiene los síntomas que cualquier persona puede expresar. Y que, de acuerdo con su estado de ánimo, su color cambia. «Cuando tiene un color marrón anaranjado, es cuando está activo o juguetón. Cuando muestra manchas es más curioso e interesado». Un nivel de conciencia que será reconocido en la legislación del Reino Unido mediante una enmienda al proyecto de Ley de Bienestar Animal.
Los expertos consideran que, de haber varios ejemplares en un tanque, podrían atacarse entre sí debido a su marcado carácter territorial. «El problema con los pulpos es que son completamente silvestres. Por lo que no sabemos exactamente qué necesitan o cómo podemos proporcionarles una vida mejor», explicó Lara. Cerca de un tercio del pescado capturado en el mundo se destina al alimento para otros animales. Y casi la mitad de esa cantidad se destina a la acuicultura.
Los expertos llevan años haciendo sonar las alarmas sobre la ética y la sostenibilidad de la cría de pulpos en cautiverio. La London School of Economics concluyó: «La cría de pulpos con alto bienestar es imposible».
Mientras, Compassion in World Farming publicó un informe en 2021destacando que la cría de pulpos es una «receta para el desastre». Y otros investigadores afirmaron que “por razones éticas y ambientales, criar pulpos en cautiverio como alimento es una mala idea”.