Este martes España dio otro paso hacia el ocaso definitivo de la era del carbón. De las quince centrales térmicas que emplean este combustible para generar electricidad, siete dejan de funcionar completamente. Varias llevaban meses sin generar un solo vatio. Dejaron de ser rentables.
Ninguna de estas centrales hizo las imprescindibles inversiones millonarias que exigía la Unión Europea para cumplir con su normativa ambiental y estaban obligadas a parar el 30 de junio.
Otro paso contra el cambio climático
Este hito se produce un año y medio después del cierre de las pocas minas de carbón que quedaban. Se mantenían gracias ayudas públicas que fueron prohibidas por Bruselas. Además, han pasado más de seis meses después de que España produjo por primera vez toda su electricidad sin utilizar carbón desde la inauguración en 1949 de la primera central térmica del país.
De las siete plantas térmicas que dejaron de operar este martes, tres son de Naturgy: Meirama (A Coruña), Narcea (Asturias) y La Robla (León). Dos son de Endesa: Andorra (Teruel) y Compostilla (León). Una es de de Iberdrola: Velilla (Palencia). La otra es de Viesgo: Puente Nuevo (Córdoba).
Estas centrales acumulan una capacidad de generación de 5.460 megavatios,casi el 60% de la potencia instalada de carbón en España. Ninguna de ellas ejecutó las inversiones de desnitrificación y desulfurización que exigía la Unión Europea para cumplir con los requisitos de reducción de emisiones. Su cierre es inevitable.
La clausura acelerada de las centrales de carbón también se deriva del alto precio de este material por su gran volumen de emisiones. Desde 2018 existe a nivel europeo un sistema de comercio de emisiones (ETS), que obliga a todas las grandes industrias a pagar por el dióxido de carbono que emiten. Por el impuesto las centrales de carbón pierden su competitividad frente a opciones como las energías renovables o incluso el gas natural que, aunque también es un combustible fósil que exige gran inversión inicial, emite menos CO2.
Lo que falta por recorrer
A estos cierres le seguirán otros. Las grandes compañías eléctricas han anunciado su intención de adelantar las clausuras de otras centrales de carbón. Aunque en ellas sí se realizaron las inversiones necesarias para ajustarse a los criterios ambientales de la UE, la situación de mercado ha hecho imposible su rentabilidad.
Endesa tiene programado cerrar las plantas de As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería). Viesgo hará otro tanto con la de Los Barrios (Cádiz). También Lada (Asturias), de Iberdrola, anunció su cierre inminente.
Una transición justa
El cierre de las centrales deja sin empleo a unas 2.400 personas. Además, hay municipios donde las térmicas son la única industria. En consecuencia algunos ayuntamientos verán mermados sus ingresos fiscales. En consecuencia, el Ministerio para la Transición Ecológica también ha presionado a las eléctricas para que presenten planes estables para las zonas afectadas, que en muchos casos se centran en las renovables y que, incluso, en algunos de los proyectos requieren más empleos de los que se destruirán con los cierres.
A mediados de abril se firmó un acuerdo cuatripartito entre la ministra Teresa Ribera, la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, las empresas propietarias de centrales de carbón (Endesa, Iberdrola y Naturgy) y los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT). El documento intenta consolidar las bases de los convenios de transición justa para los territorios más afectados por los cierres de las plantas.
La estrategia implica inversiones millonarias para instalar molinos de viento y paneles solares donde antes se quemaba mineral, de forma que se pueda recolocar a los empleados afectados por los cierres. En la práctica son 5.000 millones de euros en inversiones.
Inversiones futuras
Las grandes eléctricas han desvelado parte de sus planes. Iberdrola quiere construir en Velilla (Palencia) el mayor complejo fotovoltaico de Castilla y León, con 400 MW de potencia y una inversión de 300 millones de euros.
Endesa se comprometió a desarrollar un megaproyecto de renovables de 1.487 millones de euros de inversión, con el que sustituir el cierre de la central térmica de Andorra (Teruel). También planteó una inversión de 341 millones de euros en proyectos renovables en la zona de Compostilla.
Naturgy ofreció instalar en la zona de la central de Meirama (A Coruña) un parque eólico y un centro avanzado de gas renovable o biogas, con una inversión de 80 millones. Estos proyectos no incluyen los posibles beneficios del futuro fondo de transición justa de la Comisión Europea, que actualmente se negocia en Bruselas.
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