España cada día se acerca más a la terminación del estado de alarma. El lunes millones de españoles entran en la fase 3 del plan de desescalada. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, señaló optimista que la epidemia por el SARS-CoV-2 está prácticamente controlada.
Sin embargo, la amenaza del virus sigue. El riesgo de nuevos contagios se encuentra en los casos importados. De las personas que vienen del exterior.
En América Latina, el número de nuevos casos se incrementa, con Brasil y Perú a la cabeza. En Rusia, el número de muertes casi alcanza los 6.000 fallecimientos y en el Reino Unido las víctimas mortales superan las 40.000 personas.
España más cerca de la victoria
En el país se han detectado 57.372 casos sospechosos. Un total de 32.954 se han identificado en las redes de Atención Primaria y 24.428 en la Atención Hospitalaria. Este jueves se habían diagnosticado 177 personas con la COVID-19. En los últimos 7 días (hasta el viernes) se habían detectado 249 casos, también fallecieron 52 personas. Del 27 de mayo al 3 de junio estaban hospitalizadas 3.469 personas, de las cuales 527 estaban en UCI. Comparado con las 631 personas en cuidados intensivos la semana anterior ha habido una reducción de más 100 camas. También durante la semana anterior se hicieron 314.737 pruebas diagnósticas de PCR.
Fernando Simón expresó que los datos que reportan la evolución de la epidemia pueden ser considerados como «muy buenos». Indican que los esfuerzos de vigilancia epidemiológica rinden sus frutos y hacen pensar «que estamos más o menos» controlando la epidemia.
De acuerdo, con Simón el riesgo de nuevos casos de COVID-19 vendrá de las cadenas de contacto que no se detectaron y de los casos importados a medida que se van abriendo las fronteras en España y que significará un esfuerzo extra para los servicios asistenciales y de salud pública.
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Rueda de prensa del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.#EsteVirusLoParamosUnidos https://t.co/Q7UdFV1bnc— Salud Pública (@SaludPublicaEs) June 5, 2020
Hacia la fase 3 de la desescalada
Y así como se observa una evolución de la pandemia, también hay avances en la desescalada. El lunes el 48% de los españoles estará en la fase 2 de la desescalada. Se suman a esta etapa Madrid, el área metropolitana de Barcelona, Lérida y Castilla y León. Mientras que unos 25 millones se encontrarán en la tan ansiada fase 3 del plan de desescalada, que será dirigida por los presidentes autonómicos.
Las autonomías que se encuentren en la fase 3 tendrán gobernanza plena de los territorios que dirigen. Podrán permitir la movilidad entre provincias antes de que termine el estado de alarma o cuando España entre a la nueva normalidad. También podrán diseñar las restricciones en la fase 3 del plan de desescalada. Por ejemplo, en la Comunidad de Aragón se hará una revisión de los aforos permitidos.
Lo que definitivamente, no estará permitido en la tercera fase será la movilidad interprovincial. Un punto que genera tensión entre las autonomías y el Ministerio de Sanidad. Algunas comunidades han solicitado se relaje esta medida antes de que finalice el estado de alarma. Cantabria, el País Vasco, Galicia y Asturias lo solicitaron a la institución que dirige Salvador Illa. Sin embargo, Sanidad es firme respecto a la movilidad interprovincial. Será posible solo en la «nueva normalidad».
Decreto ley para la nueva normalidad
En el Consejo de Ministros del 9 de junio se aprobará un real decreto ley que regirá la «nueva normalidad» en España. «Se trata, en definitiva, de aunar en una sola norma las medidas sanitarias que tendremos que continuar observando hasta que haya una vacuna o un tratamiento terapéutico eficaz que nos permita recuperar nuestros hábitos anteriores con total seguridad y evitar el riesgo de un rebrote de la pandemia», dijo Pedro Sánchez.
El nuevo decreto ley establecería limitaciones comerciales, deportivas y médicas dentro de las comunidades autónomas y se aplicarán en todo el territorio nacional hasta el fin de la crisis sanitaria. El fin de la fase 3 del plan de desescalada permitirá la entrada a la «nueva normalidad«. Una situación que al parecer seguirá siendo controlada por el Gobierno con la ayuda de las comunidades autónomas.
Las autonomías serán las responsables en el cumplimiento de limitaciones, relacionadas con las normas de aforo, el acondicionamiento de los establecimientos comerciales, la realización de pruebas PCR en cada caso sospechoso y el uso de las mascarillas.
La mascarilla o cien euros
En el caso de las mascarillas, su utilización será obligatoria por ciudadanos de más de seis años en lugares cerrados y en la vía pública de no garantizarse el distanciamiento social de entre 1,5 y dos metros. El incumplimiento de la norma será considerado una infracción leve con un coste de cien euros la multa.
Las autonomías tendrán a cargo el suministro de medicamentos y material sanitario. Además, deberán contar con un plan de contingencia ante la amenaza de nuevos brotes. Mientras que las empresas deberán organizar las actividades laborales en función de la distancia de seguridad y proveer a los empleados de equipos de protección de acuerdo con el riesgo que entrañen sus funciones.
Golpe de pobreza
La entrada en la fase 3 de la desescalada supone la reactivación de la actividad económica. Sin embargo, la evolución de la pandemia ha dejado una gran contracción económica que apunta a que la pobreza se acentúa en España.
El Banco de Alimentos en Barcelona registró la cifra récord de 160.000 personas atendidas en lo que va de estado de alarma. Desde el 14 de marzo se han distribuido 4.298.061 kilos de comida y se han enviado 175.000 comidas preparadas desde el 4 de abril conjuntamente con la organización World Central Kitchen.
La parálisis económica producto de la pandemia y el confinamiento ha obligado a miles de personas a pedir ayuda para comer. Banc dels Aliments puso en marcha varias campañas para que a través de Internet los ciudadanos puedan colaborar de forma segura con los más necesitados en una iniciativa impulsada por Caixa Bank y la Fundación Bancaria «la Caixa».
En la campaña también participan Lidl, BonÀrea, Caprabo y El Corte Inglés, mediente recolectas virtuales e instando a sus clientes a hacer alguna aportación o redondear la compra con alguna contribución.
Efectos colaterales de la pandemia
Los españoles están expuestos a las secuelas que dejan y dejarán las largas semanas de confinamiento. La mala alimentación durante los últimos meses tendrán sus consecuencias en el cuerpo. Quizás la fase 3 del plan de desescalada sean un buen momento para detectar y remediar esas secuelas, ya que entre otras cosas permitirá una mayor movilidad.
Una alimentación escasa de frutas, verduras y legumbres más la falta de actividad física pueden pasarle factura a la masa muscular y también la masa cerebral.
Las personas mayores podrían ser las más impactadas por la falta de actividad física, que la exponen a la sarcopenia, la pérdida patológica de la masa muscular. De allí la importancia de que en la dieta exista un consumo adecuado de proteínas y se efectúe cierta actividad física.
Igualmente, los días de encierro han limitado la exposición al sol, lo que podría conducir a la falta de vitamina D, fundamental en el funcionamiento del sistema inmune. Otro riesgo asociado al confinamiento es la sequedad ocular; de tanto estar pegados a las pantallas se puede desarrollar el síndrome de fatiga visual. Por lo tanto se recomienda, parpadear con frecuencia para estimular la lubricación natural o usar lubricantes comerciales.
El estado emocional y mental también lo afecta la crisis sanitaria. Las personas pueden mostrar síntomas de ansiedad, miedo al contagio y pensamientos compulsivos, sobre todo las personas que tenían una patología mental de base. Otros podrían presentar el síndrome de la cabaña, el miedo de infectarse a la hora de salir.
Por último, los niños y los ancianos son el eslabón más débil frente al encierro. Sobre todo los que han vivido el confinamiento en lugares pequeños con muchos familiares. La fase 3 de desescalada representará la libertad de volver a algunas de sus actividades más normales: convivir con otros niños y jugar al aire libre.
La pandemia evoluciona
Mientras España se acerca paso a paso al final del estado de alarma, alrededor del mundo la evolución de la pandemia atraviesa su fase más crítica. Ya Perú es el segundo país con más casos de COVID-19 en América del Sur. Superó a Alemania en la tabla de países con más contagiados.
El constante incremento de personas infectadas -no menos de 4.000 casos diarios- lo ha conducido a ser el noveno país con más contagios. La cifra de infectados en Perú rebasó los 187.000. Sin embargo, es el primer país en Latinoamérica con respecto al número de pruebas realizadas por cada millón de habitantes.
El Ministerio de Salud informó que los 4.202 nuevos contagios se detectaron gracias a la realización de 18.637 pruebas diagnósticas el día jueves. El número de fallecidos se elevó a 5.132.
Las autoridades peruanas señalan que, pese al incremento en los casos y muertes, la curva de contagio comienza a descender en Lima, el principal foco de la pandemia con el 59% de los casos detectados.
Donde no se sabe si la curva asciende o desciende es en México. Hace unos días el presidente Andrés López Obrador señalaba que ya se había domado la pandemia y el riesgo de saturación de los hospitales se había superado. Sin embargo, México se encuentra entre los diez primeros países con más número de personas infectadas y es el segundo en América Latina con más muertes.
La ONG Save The Children expresaba preocupación por el aumento en el número de contagios y muertes entre los niños y jóvenes en México. Entre el 12 de abril y el 4 de junio la cantidad de jóvenes contagiados pasó de 84 a 2.228. Datos que resultan inquietantes a pesar de que los niños y los jóvenes no representan un grupo de riesgo letal. La ONG insta al Gobierno mexicano a incrementar los esfuerzos para protegerlos.
Un virus que no remite
Hay lugares donde pareciera que la pandemia está renuente a remitir. Uno de ellos es el Reino Unido, donde el número de muertes supera las 40.000, según el Departamento de Salud. Empero, la Oficina Nacional de Estadística reportaba esta misma semana más de 50.000 fallecimientos, cantidad que en los certificados de defunción emitidos.
El Reino Unido es el país de Europa con más fallecimientos y el segundo en el mundo, luego de Estados Unidos. El asesor científico del Gobierno británico, Patrick Vallance, admitió que el paso de la pandemia aminora más lentamente de lo esperado. Fue uno de los países que más se tardó en imponer medidas restrictivas.
Rusia, Trump y la «plaga china»
Las dudas se ciernen sobre Rusia. La data oficial indica que la cantidad de muertos aumentó a 5.725. En las últimas 24 horas hubo 197 fallecimientos y 8.855 nuevos casos. El total de infecciones se elevó a 458.689.
Hace 2 días en San Petersburgo se emitieron 1.552 certificados de defunción, pero oficialmente solo poco más de 100 están relacionadas con la pandemia en el reporte oficial. Las autoridades niegan constantemente que el número de muertes por la COVID-19 esté siendo modificado.
Los datos publicados por San Petersburgo, Moscú y otras regiones muestran que la cifra oficial puede ser hasta diez veces menor. Por ejemplo, en algunas regiones de Rusia no hay datos disponibles sobre la mortalidad total durante abril y mayo.
La oficina estatal de estadística pidió tiempo para publicar la tasa de mortalidad de abril por el cierre de las oficinas de registro locales. Espera presentar los datos de abril el 15 de junio.
La desproporción entre las cifras oficiales y extraoficiales es abismal. Alexander Beglov, gobernador de San Petersburgo, dijo que para mediados de mayo habían muerto 694 personas por neumonía desde que comenzó el brote de COVID-19. En cambio las cifras oficiales señalaban apenas 63 muertes por la enfermedad.
En América, Donald Trump elogió su gestión de la pandemia por la COVID-19. Asegura que tomó las decisiones correctas. Estados Unidos es el país más afectado por la enfermedad. El número de casos se acerca a los 2 millones y el más de 107.000 fallecidos.
Trump manifestó que la fortaleza económica de Estados Unidos permitió hacerle frente a la pandemia. «Ya está superada en gran medida», dijo en la la rueda de prensa, en la cual sin distanciamiento social aplaudió que en mayo la tasa de desempleo disminuyó con respecto a abril del 14,7% al 13,3%. Afirmó que la recuperación de mayo era la mayor en la historia de Estados Unidos. Luego se refirió a la pandemia como la «plaga china». y de como Pekín se ha aprovechado de Estados Unidos.
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