Por Javier Herrero | Efe
02/02/2016
España quiere cambio, incluso en Eurovisión, a tenor de la decisión unánime de los votos patrios de que sea la casi desconocida intérprete madrileña Barei quien represente a nuestro país en la próxima edición de este festival con un tema disco funk cantado por primera vez de forma íntegra en inglés.
La madrileña ha conseguido con Say Yay darle la vuelta a las previsiones iniciales, cuando RTVE anunció hace semanas el nombre de los seis aspirantes a hacerse con ese privilegio, siendo ella la más desconocida de todos.
Barei se ha impuesto en una gala emitida por La 1 desde los estudios Adisar de Villaviciosa de Odón (Madrid) a rostros también emergentes pero más conocidos, ya fuera por su presencia en la pequeña pantalla (Xuso Jones, Maverick), en la radiofórmula (Electric Nana, Salvador Beltrán) o, incluso, por ser historia del propio festival (María Isabel).
La concurrencia de Pastora Soler, Ruth Lorenzo y Edurne en años previos y cómo se tradujo eso después en sus carreras parece haber animado sustancialmente la calidad de los aspirantes, muchos de los cuales estaban respaldados por grandes compañías, no así Barei, otro hándicap aparente.
La gala, un hervidero festivo, como suele ser habitual cuando aparecen los «eurofans», ha sido presentada por Anne Igartiburu y se ha convertido en «tema del momento» mundial en Twitter casi desde el arranque.
El azar quiso que el primero en actuar haya sido Maverick, un jovencísimo intérprete de Vinarós (Castellón) amadrinado por Laura Pausini a su paso por el programa La voz, que aquí competía con los ritmos latinos creados por Juan Magán para el tema «Un mundo más feliz».
Después ha sido el turno de la favorita del público, que animaba los segundos previos y posteriores a su actuación al grito de «Barei a Eurovisión» en apoyo a Say Yay, funk vitalista y contagioso, que ha sonado vocalmente perfecto y se veía muy desnudo en cuanto a puesta en escena, por lo que su victoria tiene casi valor doble.
Frente a ella, la actuación más armada ha llegado con el murciano Xuso Jones, que logró un contrato discográfico tras el éxito de un vídeo viral de internet y para Eurovisión se ha apuntado a la clásica onda de pop sueco con Victorious, compuesto por uno de los autores de Euphoria precisamente, el tema con el que Loreen ganó.
Un gran efecto de percusión es lo que ha elegido el barcelonés Salvador Beltrán, un habitual ya de Cadena Dial, para animar Días de alegría, el tema compuesto junto a Miguel Ángel Arenas Capi (descubridor de Alejandro Sanz y productor de sus primeros álbumes).
María Isabel («Marisa», para el público que la jaleaba) volvía a estos lares eurovisivos con un tema «muy español» y movido, La vida solo es una, con el que ha dejado claro, sobre todo en movimientos y vestuario, que no quedan trazas de la niña que hace 11 años ganó con «Antes muerta que sencilla» en Eurojunior, la versión infantil del festival.
La madrileña Electric Nana, que se dio a conocer de la mano de Carlos Jean y su plan B, ha cerrado el turno de actuaciones con el más actual de los temas a concurso, Now, con toques de electrónica y la producción de Guille Mostaza, del dúo de pop alternativo Ellos.
La decisión final sobre el representante español ha sido fruto de la combinación ponderada de los votos del público (un 40%), un jurado internacional (un 30%) y un jurado de artistas, presente en plató e integrado por Carlos Marín (de Il Divo), Edurne y Loreen, ganadora de Eurovisión 2012.
Barei se ha hecho con el segundo mayor número de votos del jurado internacional (con presencia de Suecia, Italia, Francia y Reino Unido) y el máximo número de votos del público y de todos los miembros del jurado de artistas, entre otras cosas, le ha dicho Loreen, por ser autora del tema que defendía.
«La actuación en vivo será decisiva», ya señalaba antes de la gala la sueca, coincidiendo con la opinión de la predecesora de Barei en estas lides, Edurne, que al final de la gala, con las cámaras apagadas, la estrechaba en un fuerte abrazo y le hacía una simple recomendación ante lo que se le viene encima: «¡Fuerza!».