Buena parte de la Unión Europea va por la vía rápida en la instrumentación de una app para la detección de la COVID-19. Los estados miembros del bloque y la Comisión acordaron un marco técnico para permitir que las aplicaciones de rastreo de contactos de coronavirus regionales funcionen a través de las fronteras nacionales. Pero no todas las naciones van al mismo ritmo. España parece marchar al ralentí.
Varios países europeos han lanzado aplicaciones de rastreo de contactos, con el objetivo de aprovechar las tecnologías de teléfonos inteligentes en la detección de la COVID-19. Pero hasta ahora, ninguna de estas aplicaciones puede funcionar a través de las fronteras nacionales.
Salvar este obstáculo es el objetivo del acuerdo de estándares técnicos para la interoperabilidad. Ello permitirá a las distintas aplicaciones de teléfonos inteligentes, que rastrean el riesgo de infecciones por coronavirus, comunicarse entre sí. La iniciativa, anunciada este martes, podría ayudar a revivir los viajes y el turismo, dijo la Comisión Europea.
Prisa en Europa
La Comisión está desesperada por salvar el sector turístico de la UE. Esta industria representa el 10% de la producción económica del bloque. Por ello, están alentando a las personas a tomar vacaciones de verano. Pero reconocen que todavía hay muchas incertidumbres sobre dónde y cuándo las personas pueden viajar.
Por esta razón, anunciaron el lanzamiento de una herramienta web llamada «Reapertura de la UE«. La plataforma proporcionará información actualizada sobre restricciones de viaje y medidas de salud pública.
El ejecutivo con sede en Bruselas dijo que será responsable de administrar una puerta de enlace central para que las aplicaciones nacionales «hablen» entre sí.
«A medida que nos acercamos a la temporada de viajes, es importante garantizar que los europeos puedan usar la aplicación desde su propio país donde sea que estén viajando en la UE», dijo el comisionado Thierry Breton en un comunicado.
A diferentes velocidades
Este acuerdo llega en momentos en que diez países del bloque ya han lanzado estas apps y otros nueve piensan hacerlo entre junio y julio. Sin embargo, España apenas arrancará con un piloto en Canarias, a finales de este mes. Y el resto del país tendría que esperar al menos hasta septiembre.
La herramienta -llamada Asistencia COVID-19- incorpora la interfaz de programación de aplicaciones de Apple y de Google. Esto le permite abarcar la totalidad de los usuarios de móviles, tanto los de iOS como los de Android.
En el Ejecutivo hablan de una instrumentación progresiva y escalonada de la app. Su llegada a Canarias será clave para comprobar su funcionamiento. Así, verificarán su utilidad, antes de lanzarla en toda España.
Alemania, Italia, Polonia y Letonia han lanzado aplicaciones basadas en Bluetooth utilizando tecnología de Apple y Google de Alphabet que registra los contactos en el dispositivo, un enfoque respaldado por la mayoría de los 27 estados miembros de la UE.
El ejemplo alemán
A la vanguardia de estos esfuerzos se ubica Alemania. El gobierno germano está celebrando un comienzo exitoso para su aplicación de detección de la COVID-19, que según se ha descargado 6,5 millones de veces en poco más de un día.
El ministro de Salud, Jens Spahn, escribió en Twitter el miércoles que fue un «comienzo fuerte» y «debería motivar a más ciudadanos a unirse». Agregó que «contener corona es un juego de equipo» y todos los que usan la aplicación hacen la diferencia.
El uso de la aplicación es voluntario. En Alemania, las personas son particularmente sensibles con respecto a la protección de datos. Por lo tanto, la plataforma está diseñada para almacenar datos solo en los teléfonos de las personas en lugar de en servidores centralizados.
Francia también avanza
Francia ha dicho que el acceso a sus datos centrales es una cuestión de soberanía. Su aplicación, «StopCovid«, se lanzó el 2 de junio y aproximadamente 1,5 millones de personas la han descargado y activado, aproximadamente el 2% de la población.
El desarrollo de la aplicación francesa fue liderado por el instituto estatal de investigación Inria, con el apoyo de compañías francesas como la firma de telecomunicaciones Orange, el grupo de consultoría de TI Capgemini y la compañía de software Dassault Systèmes.
Las apps para controlar propagación de la COVID-19 no son precisas ni despiertan confianza