El cambio climático y la disrupción tecnológica están transformando a las empresas. Ser una empresa sostenible implica tener en cuenta la triple dimensión de la sostenibilidad: ambiental, social y económica y, además, saber comunicarla, un objetivo que se logra escuchando a la sociedad
En materia de sostenibilidad, a las empresas las distinguirán sus valores, responsabilidad y comportamiento. Las organizaciones no solo se enfrentan al reto de ser sostenibles, sino que deben ser capaces de transmitir y comunicar este compromiso tanto a su cadena de valor como a la sociedad en su conjunto.
Ante la exigencia generalizada de transparencia, gobernanza y trazabilidad, es preciso construir narrativas de sostenibilidad basadas en estrategias reales y objetivos ambiciosos e interactuar con los ciudadanos, los interlocutores sociales y otros grupos de interés. La comunicación sostenible debe, asimismo, concienciar y educar a la sociedad.
La moderadora de la mesa de Comunicación Sostenible, Ana de Castro, Chief Communications & ESG Officer en Havas España, es consciente de que la sociedad demanda cada vez más información a las empresas sobre cómo abordan la transición hacia la circularidad.
“Hay que comunicar –dijo– y hay que hacerlo bien para poder informar, educar y movilizar”. En Havas, por ejemplo, han diseñado una calculadora para cuantificar la huella de carbono generada por las campañas publicitarias que activan desde las agencias que forman parte del grupo.
Irene Rodríguez, directora de Sostenibilidad de Vestas Mediterráneo, una empresa clave en el desarrollo de las renovables a través de la energía eólica, señaló que la sostenibilidad debe impregnar toda la cadena de valor y, además, comunicar los objetivos tanto a nivel interno, entre los empleados, como externo, manteniendo un equilibrio constante para evitar la sensación de que se pueda incurrir en greenwashing.
“Como renovables, se da por hecho de que hacemos las cosas bien, pero siempre hay que esforzarse en explicarlo, detallando los esfuerzos que se hacen para convertir los residuos en recursos. La sostenibilidad tiene que estar integrada en la estrategia de negocio. Si no es así, no tienes nada que comunicar”, afirmó.
Para MAPFRE, el reto es transformar la vida de las personas. Nuria del Olmo, jefa de Comunicación de Sostenibilidad y Compromiso Social de la aseguradora, dijo que la comunicación en sostenibilidad es la mejor foto que se puede hacer de la empresa, pero hay que tener cuidado y hacer un relato desde los hechos para evitar el greenwashing.
“Se trata de informar, explicar, concienciar y pasar a la acción. De esta manera, la compañía se esfuerza en comunicar tanto a sus propios empleados como hacia su cadena de valor y a la sociedad mediante la difusión de historias personales meritorias, acciones de voluntariados, opiniones de expertos, pódcast, etc. “La comunicación es escuchar a la sociedad”, finalizó Nuria del Olmo.
Ainhara Viñarás, Shiseido Prestige General Manager, expresó que la marca japonesa de cosmética de lujo innova en belleza para construir un mundo mejor. El ejemplo más significativo lo constituye Ulé, una iniciativa respaldada por Shiseido que se erige en la primera marca cosmética en integrar los cultivos verticales en el cuidado de la piel. “El máximo poder de la naturaleza en un enfoque tecnológico para el cuidado de la piel que maximiza sus beneficios en la piel con un impacto medioambiental mínimo”, dijo.
“Con la tecnología de cultivos verticales –añadió– se controlan hasta 19 variables climáticas de temperatura, calor, humedad… Lo que mantiene a las plantas en un ecosistema tan perfecto que no necesitan pesticidas ni productos químicos. El agua con la que se riegan las plantaciones verticales está enriquecida con nutrientes y nunca se desperdicia porque continuamente se reutiliza. Productos como Ulé contribuyen a la comunicación sostenible, que debe estar respaldada, verificada y certificada. No hay que olvidar que la transparencia exige también humildad para ganar en credibilidad y confianza”.
La misión de Telefónica es crear un mundo más humano conectando la vida de las personas. Según Ana Pociño Hijosa, gerente ESG de Telefónica, la compañía es líder en escalar las oportunidades de la tecnología, pero reduciendo los recursos, como sucede con la fibra y el 5G cuya eficiencia mitiga el impacto ambiental y el consumo energético.
“La conectividad no puede dejar a nadie atrás, tiene que llegar a todo el mundo y ser accesible a las distintas capacidades de los usuarios”, declaró. Ante el hecho de que más de la mitad de la información que se transmite en sostenibilidad es exagerada, infundada o falsa, también Ana Pociño Hinojosa se mostró partidaria de la transparencia y la humildad.