«No participar es callar y el que calla otorga. Tal eventualidad colocaría en riesgo a la clase política y al resto de la población que aún queda de pie luchando en Venezuela y padeciendo las ráfagas de la miseria»
Uno de los factores que dificulta la transición política es la no visualización de escenarios plausibles basados en antecedentes históricos, incidentales y política comparada. Algunas transiciones de poder han dependido de hechos fortuitos, pero jamás no-antecedidos de organización partidista, social, militante y ciudadana.
Cuando no se alcanzan procesos transicionales se fatiga la acción de poder. Los grupos humanos se fragmentan y se pliegan a causas ganadoras por sólidas o a lo menos resolutorias en lo orgánico y provisorio. No hay forma de retomar rutas asertivas sino revisando el pasado, la historia, y visualizando escenarios. Veamos las incidencias a la vista de 2020 y qué nos trae el 2021.
Maduro, su 6D y el desalojo de la AN
El régimen es predecible. En 2018 convocó una constituyente írrita y en un poliedrazo proclamó a Nicolás Maduro presidente. Esto provocó el vacío de poder en 2019. Estuvimos preparados… La dosis pretende repetirse el próximo 6D-2020. Tomar la fecha de elecciones parlamentarias y ajustarla prêt à porte [lista para despachar] asistida de represión, persecución, encarcelamiento y propaganda, será el menú. Un escenario electoralista de facha masiva es necesario desconocerlo de manera igualmente masiva.
En este terreno la consulta popular vinculante tiene un papel central de deslegitimación de la mentira y justificación masiva de la continuación de la AN y del interinato. Es conceder piso ciudadano a la restauración del orden republicano y defender la última empuñadura democrática que queda en Venezuela.
La consulta popular también valida la narrativa internacional de desconocimiento de la dictadura y la inmunización de los diputados de la AN. La ampliación del Estatuto de la Transición política es un acto de preparación necesaria que da contenido al artículo 333-C, respuesta a la usurpación de poder violación del artículo 138-C, cumpliendo con el itinerario del 350-C de democratización y reinstitucionalización del país.
La consulta popular es desatendida
La inmovilización de la sociedad —dentro y fuera de Venezuela— demostrando inacción a la convocatoria del próximo 7 al 12 de diciembre es un peligroso salto al vacío. No participar es callar, y el que calla otorga. Tal eventualidad colocaría en riesgo a la clase política y al resto de la población que aún queda de pie luchando en Venezuela y padeciendo las ráfagas de la miseria. Es abrir las puertas al desmantelamiento sistemático de la última traza de institucionalidad en Venezuela. Es la instalación del Estado comunal, la consolidación del estado ausente y la intensificación de la inevitable alternativa humana ante la tiranía: huir.
El 6D es derrotado y la consulta popular bien atendida
Sería un escenario ideal. Es el relevantamiento de la protesta ciudadana de base popular y civilista. Un claro mensaje al mundo del hartazgo y arrebato del pueblo venezolano. Pero también una cascada de dignidad donde a pesar de las penurias y las amenazas, el pueblo, la sociedad ni se rinde ni la intimidan. Ante esta demostración de vocación democrática, las alianzas internacionales responden con la ratificación de sus apoyos lanzando una narrativa de desconocimiento del fraude electoral, llamado a elecciones generales libres, creíbles y justas, validación de la continuación de la AN lo cual es un baño de inmunidad a sus diputados y al interinato, más presión internacional que puede traducirse en justicia universal, nuevas coaliciones y aislamiento del régimen.
En línea a esta realidad Venezuela relanza su lucha por la democracia donde es clave reorganizarse y reagruparse.
Ni 6D ni consulta popular.
En este escenario donde nadie gana obtiene ventaja quien controla el poder. Chávez aún derrotado en 2007 [reelección] reactivó y reagrupó sus filas. Dos años más tarde aseguró la reforma-C y su reelección. Es previsible que el régimen aplicará la misma receta somalizando al estado sentado en una nueva constitución.
Ante una situación de pasividad, vacío de poder e inmovilización social, el desafío del liderazgo opositor es relanzar el gobierno interino, asegurar sus aliados, abrir las puertas de la unidad a la sociedad civil y militar disidente; acercarse a la Iglesia, al frente unido, sindicatos y gremios. Divulgar con eficiencia las razones políticas, jurídicas, diplomáticas y estratégicas de la continuidad constitucional de la AN [lo cual debe reforzarse desde ya] y jugársela en la calle.
En el marco internacional se impone relanzar puentes con el gobierno demócrata de Estados Unidos, ser más coherentes, determinantes y disciplinados en nuestras peticiones; continuar nuestro trabajo ante la justicia penal internacional, órganos de derechos humanos, foros parlamentarios y grupos de interés como Grupo de Lima y Grupo de Contactos.
Las alianzas internacionales tendrán vigencia en la medida que demostremos capacidad orgánica, disciplina interna, coherencia política y diplomática. Y muy importante, cohesión y unidad tanto con los miembros del gobierno interino como el frente político y ciudadano de Venezuela. La desunión –sin duda– sigue haciendo estragos.
Lea también en Cambio16.com: