El agua, tan vital y tan precaria, copará esta semana la atención del mundo. Gobiernos, organismos multilaterales, académicos y ambientalistas se reunirán, por primera vez desde 1997, en el África subsahariana para celebrar el IX Foro Mundial del Agua. El encuentro será propicio en ese territorio donde impera la escasez del agua y son apremiantes las condiciones de vida, en aldeas y zonas rurales.
El problema del agua es común en ese continente. La ONG Manos Unidas calcula que unos 300 millones de personas, 63% del África subsahariana, no disponen de acceso a agua potable e higiénica. Las sequías han causado grandes hambrunas, y los países más afectados son precisamente los más pobres. La crisis climática y el llamado estrés hídrico acentúan la precariedad de esa región y de otras en el mundo.
50 países asisten a este IX Foro Mundial del Agua, en Dakar, Senegal. Es el evento más grande del mundo sobre el agua y realiza cada tres años por iniciativa del Consejo Mundial del Agua. En la instalación del evento, el presidente de Senegal, Macky Sall, dijo que el agua es vital para satisfacer nuestras necesidades, preservar nuestro medio ambiente y desarrollar nuestros países. «La cooperación en torno al agua contribuye a la convivencia pacífica y a la preservación de las relaciones cordiales entre los países que comparten cuencas fluviales transfronterizas”, señaló.
El también presidente de la Unión Africana agregó que los efectos combinados del cambio climático y el crecimiento demográfico conducen a la escasez de agua. «Es necesario, por tanto, abordar el agua desde la perspectiva de promover la paz y reducir las desigualdades a través del acceso de todos al agua potable y el saneamiento”, afirmó.
La escasez del agua, un problema global
El presidente del Consejo Mundial del Agua, Loïc Fauchon, remarcó la relevancia de asegurar el agua. Asimismo, su financiación, la inclusión del derecho de acceso a ese líquido en todas las constituciones y la gobernanza de las cuencas tanto nacionales como internacionales.
«Es necesario prever la garantía de una asignación mínima gratuita y de un suministro diario de agua y hacer que este derecho sea exigible, asociando los poderes legislativo, ejecutivo y judicial en este punto», recalcó Fauchon al insistir en la urgencia de reducir la escasez del agua.
Señaló que en el evento se deben tratar dos puntos esenciales. «La seguridad, es decir, ser capaces de aportar poco a poco a cada individuo la cantidad y calidad de agua que necesita y el derecho al aguase convierta en una realidad, no un discurso (…). Hoy solamente una cuarentena de países en el mundo tiene escrito ‘derecho al agua’ en su Constitución. Es inaceptable y tiene que cambiar. Debemos convencer a los políticos de que el agua debe una prioridad”, afirmó.
En la inauguración del Foro Mundial del Agua intervinieron, mediante un video grabado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y Naruhito, el emperador de Japón. También el presidente del Banco Mundial, David Malpass; el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani. Y los presidentes de Guinea-Bisáu, Umaro Sissoco Embaló; de Etiopía, Sahle-Work Zewde; y de República del Congo, Denis Sassou-Nguesso.
La novena edición se centrará en cuatro pilares: seguridad y saneamiento, agua para el desarrollo rural, cooperación y medios y herramientas. Incluyen además la gestión y la gobernanza hasta la financiación.
Sin agua para beber ni para lavarse las manos
Un informe de Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo advierte que el uso de agua dulce se ha elevado por 6 en los últimos 100 años. Sin contar con las crecientes oleadas de sequías que profundizan su carestía.
Esas limitaciones para uso doméstico y para el desarrollo de los países fueron desbordadas durante las etapas más fuertes de la pandemia. Se exigía el lavado de manos cuando millones de personas, pero si no contaban con agua para tomar, menos para el aseo personal.
“Cerca de 3.000 millones de personas en el mundo no contaron con acceso a una instalación para lavarse las manos con agua y jabón”, precisa el documento.
El texto también se refiere al número de personas que viven en países con estrés hídrico. Un fenómeno que surge cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado o su uso es restringido por la baja calidad.
En este sentido, el organismo indicó que más de «2.000 millones de personas habitan en lugares con este fenómeno» y la cifra aumenta a 4.000 millones cuando se toma en cuenta «las personas que habitan áreas con grave escasez del agua durante al menos un mes en el año».
Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, subrayó que «el agua es un oro azul al que no tienen acceso 2.200 millones de personas en el mundo (29 % de la población mundial)».
Aguas subterráneas, un tesoro escondido
“Las aguas subterráneas son un tesoro oculto que se acumula bajo nuestros pies. Representa el 99 % del agua dulce líquida de la Tierra. Y el 49 % del agua utilizada para fines domésticos y el 25 % para el riego. Casi el 50 % de la población urbana del mundo depende de fuentes de aguas subterráneas”, manifestó Azoulay.
A medida que el planeta se adapte al cambio climático y al crecimiento demográfico, las aguas subterráneas desempeñarán una función esencial para satisfacer la creciente demanda de alimentos y agua. Sin embargo, este recurso esencial se enfrenta a graves riesgos, como una protección inadecuada y a la contaminación irreversible.