El año 2022 fue particularmente seco en España. Altas temperaturas y bajas precipitaciones promediaron un año de comprometidas hidrologías para la generación eléctrica y los cultivos. El Parque Nacional Doñana, afectado por las manifestaciones extremas del clima, reportó el menor número de aves acuáticas invernantes.
Este Espacio Natural posee una biodiversidad única en Europa y alberga una amplia cantidad de especies de animales y flora endógena. Destaca, además de su impotente belleza, la marisma como lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas. Todo este hábitat ha sido impactado por el cambio climático. Incluso, su emblemática población de aves acuáticas.
Según el Programa de Seguimiento de Procesos Naturales presentados por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), el tiempo que la marisma de Doñana permaneció inundada fue muy corto. Ese comportamiento distó mucho de la media anual debido a las escasas precipitaciones, provocando que la invernada de aves acuáticas fuera muy escasa.
Los datos son demoledores. La información obtenida a partir de los censos aéreos por la EBD-CSIC, la invernada 2021/2022 ha sido la peor en 40 años con solo 80.880 ejemplares. Lejos de los 470.000 del año anterior. O lo que es lo mismo, ni un 20% de los ejemplares registrados hace un año. Mucho menos comparable con los 600.000 reportados en la década de los noventas. Asimismo, la temporada de reproducción de aves acuáticas en el parque fue también mala debido a la sequía, precisa el CSIC.
Merma en la población de aves acuáticas en Doñana
Carlos Dávila, responsable de la Oficina Técnica de SEO/BirdLife en Doñana se refirió al estado preocupante del parque nacional. “Las fluctuaciones poblacionales de las aves acuáticas son habituales. Se asocian entre otros factores al estado de inundación de la marisma natural. Pero las tendencias poblacionales reflejan los efectos del cambio climático y la sobreexplotación del agua subterránea y superficial, siendo un buen indicador del estado de los ecosistemas”.
Los censos sobre avifauna reproductora aportados por el propio Equipo de Gestión del Espacio Natural de Doñana durante el Consejo de Participación en diciembre, muestran un paisaje desolador a causa del mal estado ecológico de la marisma.
Respecto a las especies en peligro, todas muestran una tendencia inquietante: la cerceta pardilla sigue en declive, con sólo 10 parejas censadas, todas ellas fuera del parque nacional. La malvasía cabeciblanca no se ha reproducido por segundo año consecutivo. La focha moruna, por su parte, no se reproduce en Doñana desde 2018, lo que supone para esta especie los peores datos en 19 años.
Las poblaciones reproductoras de aves acuáticas comunes en Doñana también se han desplomado, continuando con una marcada tendencia regresiva desde 2019. Por ejemplo, durante 2021 se contabilizaron 2012 parejas de morito común, mientras que, en 2022, sólo se han contabilizado 614 parejas, suponiendo el tercer peor año para la especie desde 2004. También es el tercer peor año de la serie histórica para la espátula común, con 94 parejas y para la garza imperial, con 23 parejas.
“Las malas condiciones ecológicas de la marisma del parque nacional se está viendo reflejada en la tendencia negativa de la mayor parte de las especies reproductoras. Algunas de las cuales están desapareciendo del espacio protegido”, comentó Dávila.
Altas temperaturas y sobreexplotación de las aguas
Los pollos de flamencos, cercetas, porrones o aguiluchos laguneros nacían y crecían en las lagunas dulces de Doñana hasta hace una década. Pero cada vez lo hacen de manera más residual.
“El récord de temperaturas en 2022 no es el futuro, es el presente, y la tendencia de lluvias es cada vez más escasa”, agregó Dávila. “Son necesarias medidas urgentes para revertir el actual consumo insostenible de agua, además de otras amenazas como la predación de jabalíes, la mala gestión de la ganadería extensiva y la caza ilegal”.
Desde SEO/BirdLife lamentan que el Plan Especial de Ordenación de las Zonas de Regadío -al norte de la corona forestal de Doñana- aprobado en 2014 continúa sin ejecutarse ocho años después de su aprobación.
Mientras tanto, según los informes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la sobreexplotación de las aguas subterráneas afecta al 62% de los sectores del acuífero de Doñana. Estos se encuentran en una situación peor a la que le correspondería según la pluviometría registrada estos últimos años.
Ana Carricondo, coordinadora de Programas de Conservación de SEO/BirdLife, sugirió “integrar las políticas y normativas de conservación de la naturaleza. Asegurando la viabilidad socioeconómica de las poblaciones locales mediante modelos de producción más sostenibles. Basados en los valores naturales de su zona, adaptados y resilientes ante los efectos del calentamiento global en la cuenca mediterránea”.
Caza de aves, la guinda amarga del pastel
A las alteraciones climáticas que vulneran el hábitat de Doñana en su conjunto, pero especialmente a las aves acuáticas y su ciclo de reproducción, se une la caza.
SEO/BirdLife, WWF y Ecologistas en Acción pidieron a la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, información sobre el cumplimiento de la normativa relacionada con la temporada de caza de aves acuáticas 2022-2023 en Doñana.
El parque nacional está seco. Tras más de una década sin años húmedos y un acuífero sobreexplotado, el humedal más importante de Europa no puede ofrecer un ecosistema adecuado para las aves acuáticas invernantes procedentes del centro y norte de Europa. Por ello, la avifauna tiende a concentrarse en aquellos lugares que mantienen el nivel de agua en forma artificial, como los arrozales y balsas de riego, donde está permitida la caza de aves acuáticas.
Ante esta grave situación, estas organizaciones solicitan la suspensión de la caza de aves acuáticas en el Espacio Natural y toda su comarca esta temporada 2022/2023 para la protección de las especies cinegéticas y no cinegéticas. Permitiendo la existencia de zonas refugio mientras permanece completamente seca la marisma natural del espacio protegido de Doñana.