Ricardo Iranzo, responsable de planificación y estrategia de HP España
La sostenibilidad es una palanca de innovación. Si se fabrica un producto medioambientalmente responsable, se reduce la huella, se ahorra materia prima y se implementa la eficiencia energética. La sostenibilidad es una estrategia inteligente para las empresas porque promueve la innovación, mejora su reputación y, además, es rentable.
Habitualmente, cuando se habla de sostenibilidad, el mensaje se centra en por qué es algo “bueno” para el planeta y las personas. ¿Qué ocurriría si fuera lo correcto, pero no fuera rentable? ¿Tendría el mismo grado de adopción entre las empresas? Probablemente, no.
Hay tres razones por las que la sostenibilidad es una estrategia empresarial. La primera de ellas es porque te prepara para una legislación medioambiental que está por llegar, reduciendo los riesgos de una adopción tardía.
Desde la década de los noventa se ha avanzado mucho en legislación medioambiental y hoy existen más de una veintena de leyes a este respecto. Llegará el día en el que contaminar estará prohibido o será gravado duramente, y sucederá en la Unión Europea antes que en cualquier otro sitio. ¿Por qué? Porque no tenemos ni materias primas ni soberanía energética y una economía circular nos vuelve menos dependientes del exterior. Si mantienes una buena relación con tus países proveedores, la dependencia puede ser económicamente beneficiosa si es mutua, pero si las cosas cambian, la dependencia puede tornarse extremadamente cara.
EQUIDAD DIGITAL. El objetivo de HP es ser la empresa tecnológica más sostenible y justa del mundo: adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático, proteger los derechos humanos y acelerar la equidad digital, es decir, proporcionar Internet, dispositivos y alfabetización tecnológica digital para que las personas prosperen.
Muchas empresas se están preparando ya para ese momento en el que la sostenibilidad se exija o la no sostenibilidad se penalice. No sabemos cuándo será, pero por el ritmo que están tomando los compromisos internacionales y la legislación medioambiental, pudiera no quedar tan lejos en el horizonte temporal.
Por ejemplo, en el ámbito tecnológico hemos visto cómo se han alargado los periodos de garantía y servicio, se han creado etiquetas de eficiencia y se está trabajando en índices de reparabilidad. No sería extraño ver muy pronto impuestos en función de la eficiencia energética o leyes y normas que obliguen a incorporar material reciclado en embalajes y nuevos productos.
COMPETITIVIDAD E INNOVACIÓN
Es fundamental que las empresas se adelanten a la legislación para mantenerse competitivas. De lo contrario, existe el riesgo de incurrir de golpe en gastos extraordinarios, retrasos, pérdida de clientes y, llegado el caso, cese de la actividad. ¿Por qué hacerlo ya? Porque una empresa puede tardar años en transformarse. En cambio, una ley se aprueba en cuestión de días.
La segunda razón es que la apuesta por la sostenibilidad acaba encontrando innovación. Sostenibilidad e innovación son dos caras de una misma moneda. No puede haber sostenibilidad sin innovación, porque sostenibilidad significa hacer mejor las cosas, más eficientes, eficaces y respetuosas. Para sustentar esta afirmación, quiero compartir una historia de innovación real.
Una empresa buscaba incorporar material reciclado en los ordenadores que fabricaba. La solución más inmediata pasaba por utilizar plástico reciclado, material que ya usaba en la fabricación de otros pro ductos. Sin embargo, al analizar cómo los distintos materiales influían en el ciclo de vida, descubrieron que, incorporando aluminio reciclado, se reducía el peso del producto (menor coste de transporte) y obtenía mayor resistencia y disipación térmica. Como el ordenador se calentaba menos, no necesitaba tantos ventiladores y, por lo tanto, se ahorraba en coste de componentes, mejoraba la eficiencia energética y aligeraba todavía más el producto.
De esta manera, se consiguió una innovación que permitía al cliente ganar en movilidad, durabilidad y eficiencia energética, y a la empresa, ahorrar en costes y recursos.
REPUTACIÓN Y VENTAS
Y la tercera y última razón es que se trata de una buena estrategia empresarial porque mejora la reputación de las empresas e incrementa las ventas.
La sostenibilidad hoy es necesidad, pero también es tendencia. Lo vemos en las estrategias de las empresas, en los planes de los gobiernos y en los programas de educación.
Diferentes estudios y encuestas concluyen que la sostenibilidad ya está influyendo de manera importante en las decisiones de compra, tendencia que se incrementará a futuro a medida que las nuevas generaciones se incorporen al mercado.
Pero las encuestas reflejan intenciones que no constituyen siempre realidades. ¿Existen datos que demuestren que la sostenibilidad incrementa las ventas? En el caso de HP, sí. Según nuestro informe anual de impacto sostenible, durante el año 2021 la sostenibilidad influyó en ventas por valor de 3.500 millones de dólares. Y aunque la sostenibilidad puede tener un peso relativamente pequeño en la ecuación ganadora, en un sector tan competitivo como el de TI una propuesta de sostenibilidad puede marcar la diferencia entre ganar y perder.
En resumen, la sostenibilidad influye cada día más en las decisiones de compra de los clientes, y así lo demuestran los estudios y nuestras ventas. Crear una estrategia de sostenibilidad y comunicarla adecuadamente mejora la reputación de la empresa y puede inclinar la balanza en la decisión de compra.
Por todo ello, podemos decir que la sostenibilidad es una estrategia inteligente para las empresas porque promueve la innovación y mejora su reputación, ofreciendo a los consumidores mejores productos en una sociedad cada día más concienciada con los retos sociales y medioambientales.
Las empresas tienen dos opciones: iniciar ahora su transformación hacia un negocio más sostenible y circular o esperar hasta que la ley les obligue, aunque para muchas será ya demasiado tarde.