Cambio16
25/03/2018
Isla de basura es tres veces más grande que Francia
Año tras año escuchamos las mismas máximas: «el planeta grita ayuda», «es el momento de reciclar», «ser ecoamigable es la nueva ley»… Pero, ¿cuántas veces reutilizas tus desechos? Quizá cometes errores de reciclaje y no te has dado cuenta.
Según reseña Ecología Verde, en 2017 se produjo 1 billón de toneladas de residuos mundiales. Estados Unidos lidera la lista de los países que más desechos genera: 236 millones de toneladas. En este sentido, España produce 120 millones de toneladas de basura. Pero aclaremos algo: en 2014 España recicló 26% de sus residuos. Para 2017 recuperaron 30% de desechos. Lento, pero seguro.
Ahora bien, hace poco se celebró la British Science Wek y, en consecuencia, la British Science Association (BSA) publicó interesantes datos referentes a los errores de reciclaje. El estudio, que fue resumido por Global Citizen, resalta que entre 2012 y 2016 aumentó 84% el rechazo de reciclaje debido a piezas contaminadas. Asegurémonos de reciclar piezas limpias y reutilizables.
Estos son los errores de reciclaje más comunes:
Si un contenedor o recipiente tiene desechos alimenticios, no se puede reciclar. Está contaminado. No se puede mezclar con las piezas reutilizables. Hay que lavar todo lo que quieras reciclar: botellas, envases, latas, bandejas, cubos de plásticos…
Por otro lado, para reciclar botellas de plástico es primordial quitarle las tapas. ¿La razón? Sencilla: cuando se deja la tapa, es probable que haya líquido en la botella, su peso será mayor y la máquina clasificadora no podrá procesarla adecuadamente. Si insistes en dejar la tapa, elimina todo el aire de la botella. Así todo se reciclará junto y no habrá problemas a la hora de ser procesada.
Los pañales no se puede reciclar. Van directo a la basura. Otros productos antireciclaje son los juguetes de plástico, los tubos de pasta dental, los pañuelos desechables, las bolsas laminadas y el algodón. Los hisopos y los preservativos igual. El mismo caso aplica para las baterías y los productos eléctronicos. Para estos últimos hay espacios específicos, generalmente centros comerciales para ser tratados y posteriormente reciclados.
Uno de los errores de reciclaje más frecuentes son las tazas de café desechables. Contienen una fina capa de polietileno que dificulta su reciclaje. Y el daño es grave: de cada 400 tazas desechables, solo una se recicla. La mejor opción es llevar tu propia taza a la cafetería de confianza.
Las bombillas son otro tema. Poseen elementos muy tóxicos como el mercurio. Su reciclaje es especial y delicado. Por ejemplo, las bombillas halógenas y de filamentos no se pueden reciclar. ¿Cuáles sí? Las tipo luminarias, Leds, ahorradoras y fluorescentes. Nota: las bombillas no se tiran al contenedor de vidrio. Deben ir aparte. Además, siempre está la vía de convertir los bombillos en bases de estanterías, percheros, sujeta libros o cualquier adorno original.
La comida y la ropa
Una sección importante. Ni la comida ni la ropa vieja deberían parar a un contenedor de basura. En vez de tirar las conchas de banana, de naranja, de papa, de zanahorias y trozos de verduras, mejor prepara un compost casero para tu huerto. Las cáscaras de huevo y los posos de café son perfectos para las plantas del hogar. Abono orgánico de calidad. En internet abundan los programas y tutoriales para realizar compostajes interesantes.
La ropa vieja no se bota. Se reusa, dona o vende. Puedes convertir una camiseta fuera de moda en una falda vintage. Hay mil maneras de transformar la ropa vieja en prendas únicas. La imaginación es el límite.