Ernesto Cardenal en sus poemas derramaba imágenes libres que hablan de actualidad, de injusticia, de contradicciones, pero que como el género mismo, construía imágenes certeras del sentir del poeta. He allí la maestría y el poder de su lírica. La belleza de lo no tan bello. A veces con una irrupción cruel del hiperrealismo dentro del discurso lírico desgarrando el significado en mil vertientes o a veces haciendo dulce lo agrio y lo amargo del mundo que le tocó vivir, que vivimos, que vivíamos.
Poeta cantor de las esferas
Ernesto Cardenal aunque interpretaba la música de las esferas, el más noble arte literario, la poesía, murió terrenalmente a los 95 años de edad en Managua de un fallo renal. Luego de una prolífica carrera como poeta, político y sacerdote. Desterrado de la actividad sacerdotal desde 1984, las reseñas hablan de un caminante explorador de caminos, la manera como se construyen los poetas.
Su figura enternecida por los años pasó de la imagen de guerrillero pop con boina incorporada al mejor estilo Che Guevara al de un ancianito gordito de ojos tiernos y dulce y rollizo rostro. No podría decir que sus letras se vierten en cada aula de América Latina, pero el breve paso de sus versos por la aulas de mi universidad dejaban ciertamente un frescor de reconocimiento de imágenes que se alejaban de Virgilio, de Ovidio, pero que nos acercaban a la naturaleza, el sentir, la tierra y el cosmos. Ernesto Cardenal en sus poemas logró expresar de buena manera, eficientemente poética, el sentir de lo divino con lo terreno, sin el escandaloso sabor de las pasiones.
Ernesto Cardenal y Juan Pablo II
A los medios les gusta refrescar el episodio de Ernesto Cardenal y Juan Pablo II, donde este último lo reprende por su afiliación culposo izquierdosa. En 1983, Ernesto Cardenal sacerdote de Managua se arrodillaba frente al más querido de todos los papas. En lugar de una dulce bendición, recibió una seria amonestación que le dio la vuelta al mundo. Al año siguiente, Juan Pablo II le aplicó la suspensión A divinis, «lejos de lo divino», una pena canónica prevista en el derecho canónico de la Iglesia Católica. Es decir, Ernesto fue cesado del ejercicio sacerdotal por su adscripción a la teoría de la liberación.
36 años después el papa Francisco levantó esta pena y en un acto simbólico para toda Latinoamérica, un cardenal nicaragüense muy influyente se arrodilló ante un Ernesto Cardenal viejecito para pedirle la bendición como sacerdote católico que era. Quizás lo escandaloso de su vida se debe a su faceta política, revolucionaria. Colaboró con el Frente Sandinista de Liberación Nacional contra la dictadura de Somoza y luego del triunfo de la Revolución Nicaragüense fue ministro de Cultura hasta 1987.
El día que recibió el Premio Iberoamericano Reina Sofía 2012 señaló: «Mi poesía tiene un compromiso social y político, mejor dicho, revolucionario. He sido poeta, sacerdote y revolucionario».
Participó en la inauguración de Telesur, en algún momento se entrevistó con el subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y de Michelle Bachelet –para ese entonces, presidenta de Chile– recibió el Premio Iberoamericano de la poesía Pablo Neruda. Sin embargo, adoptó una postura cuestionadora frente a las maniobras y el autoriarismo de Daniel Ortega en el Frente Sandinista de Liberación Nacional y renunció al partido.
Letras de sentir universal
Quizás como político algunos no lo perdonen, otros lo admiren y otros lo ignoren, pero como poeta la ignorancia es olvido. Ernesto Cardenal en sus poemas manejó con maestría el arte de la lírica. Expresó lo caótico inexplicable de las imágenes generando un mensaje profundo con sentido para el mundo desde una experiencia íntima nacional. “¿Qué hay en una estrella? Nosotros mismos/ Todos los elementos de nuestro cuerpo y del planeta/ estuvieron en las entrañas de una estrella./Somos polvo de estrellas».
La muerte de un poeta siempre es la muerte de un poeta; nos guste o no su mensaje, nos identifique o no su lucha, cuando el poeta sabe cantar imágenes se convierte en eterno y universal.
He allí Ernesto Cardenal, sacerdote, poeta y político que en sus poemas, que en su letras nos pintó una imagen de un poquito de lo que en Latinoamerica, algunos, sentimos. Vuela alto poeta.
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