Por Miguel Ángel Artola
08/04/2018
Ericsson, como su homóloga finlandesa Nokia, son conocidas para el gran público como fabricantes de los primeros móviles que nos permitieron verdaderamente disponer de una conexión de telefonía en movilidad. Dos grandes marcas que luego no han sabido adaptarse al nuevo universo surgido con la llegada de los conocidos como smartphones. Pero las dos, sobre todo Ericsson, siguen muy ligadas al negocio de la telefonía y los datos móviles suministrando buena parte de los equipos de telecomunicaciones necesarios no solo para mantener el actual ecosistema, también para seguir migrando a nuevas redes como la ya anunciada 5G, que permitirá velocidades de transferencia de datos que abruman.
Es de esperar que el nuevo negocio de dotar de infraestructura de red a la 5G sea más que suficiente para augurar a la compañía Ericsson un futuro prometedor, pero por el momento las cifras de su último ejercicio colocan a la empresa sueca en dificultades. Los ajustes y la depreciación de activos le han dejado con 3.606 millones en números rojos y con una cifra de negocios menguante. Ericsson espera salir de la crisis haciendo lo que mejor sabe hacer, fortaleciendo su I+D, clave para poder mantener su posición en el negocio del futuro.
Definirá cuáles son los clientes y proyectos estratégicos para la compañía y dejará de dar servicio a aquellos que no considera rentables. A pesar de los malos números, Ericsson ha logrado firmar acuerdos con dos entidades para garantizarse sendas líneas de crédito por valor de 312 millones de euros, que le garantizan poder financiar su actividad para el desarrollo de la tecnología 5G.
Según los datos de la propia compañía, 2020 será el año del gran despliegue de las redes 5G, con 1.000 millones de clientes potenciales a finales de 2030. Si las actuales redes 4G e inferiores han supuesto un cambio en la forma de relacionarnos con el mundo, haciendo caer y emerger nuevos modelos de negocio, la tecnología 5G supondrá incluso una mayor revolución.
No hay duda de que Ericsson será una compañía fundamental en el desarrollo mundial de la red 5G. Junto al operador de telecomunicaciones estadounidense Verizon pondrá ya a funcionar en la segunda mitad de 2018 las primeras redes 5G. A Europa las nuevas redes de telefonía no llegarán hasta la segunda mitad de 2019. Son muchos los retos tecnológicos pendientes para que la tecnología alcance la madurez necesaria antes de su implantación masiva ya que no se ha logrado acordar un estándar definitivo. Ericsson ya ha realizado diferentes pruebas piloto de la nueva tecnología en España con Telefonica y Orange.
Recientemente Telefónica presentaba la puesta en marcha de dos laboratorios de la tecnología 5G en Talavera de la Reina y Segovia para los próximos tres años. Las empresas del entorno serán las primeras que puedan disfrutar en todo el Estado de velocidades de hasta 10 gigabit, más de 10 veces la media de la velocidad actual de la fibra en los hogares y reducir la latencia hasta 1 milisegundo crucial para algunas aplicaciones de futuro como la telemedicina o la emisión en streaming en alta calidad.