POR ENERGIA16
21/11/2017
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El sector eólico español representado en la Asociación Empresarial Eólica (AEE) asegura que la potencia eólica instalada en 2020 en España podría alcanzar los 28.000 MW (teniendo en cuenta las subastas de nueva potencia ya adjudicadas en 2016 y 2017 y el cupo eólico canario), con una proyección de crecimiento de 1.700 MW anuales de media entre finales de 2017 y principios de 2020.
Asimismo, afirma que en la década siguiente aumentaría en 1.200 MW al año de media hasta 2030, alcanzándose los 40.000 MW de potencia instalada.
Estos datos se desprenden del informe “Elementos necesarios para la transición energética. Propuestas para el sector eléctrico”, que ha hecho llegar recientemente la coalición empresarial al Comité de Expertos para la Transición Energética donde el objetivo de AEE es hacer una propuesta concreta y realista sobre la aportación de la energía eólica en 2020, 2030 y 2050.
La AEE ha tomado como referencia el escenario planteado por la Comisión Europea a partir del modelo PRIMES en el horizonte de 2030, el cual asume un crecimiento muy moderado de la demanda eléctrica.
La coalición empresarial ha establecido objetivos de electrificación y descarbonización más ambiciosos de cara al cumplimiento del objetivo del Acuerdo de París de alcanzar por lo menos un 80-95% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.
La eólica traerá beneficios
La AEE defiende que instalar la potencia eólica conllevará beneficios en los principales indicadores de actividad con impacto económico y social.
Algunos de los beneficios de la aportación de la energía eólica a 2030 para el país, según el grupo, son:
• La seguridad energética española mejoraría al reducirse las importaciones de combustibles fósiles en 18 millones de toneladas equivalentes de petróleo
• Supondría 32.000 empleos en el sector eólico
• La aportación al PIB sería de más de 4.000 millones de euros
• Evitaría la emisión de 47 millones de toneladas de CO2
Asimismo, afirma que el sector eólico español tendría beneficios significativos como:
– Una reactivación de la actividad industrial y tecnológica debido a la instalación de nueva potencia a un ritmo y volumen similar al de la década pasada.
– El desarrollo del mercado interior mejoraría la posición competitiva (economías de escala, liderazgo tecnológico, profesionales cualificados, etc.) de las empresas españolas, lo que permitiría incrementar más las exportaciones.
– La actividad de mantenimiento de instalaciones tendría un papel aún más relevante.
El camino de la AEE
Para tal fin, la AEE propone la adopción de una serie de medidas concretas en el sector eléctrico para facilitar la aportación de las energías renovables en la consecución de objetivos en 2030 y 2050.
Las medidas se concentran en seis ámbitos: Marco regulatorio y planificación, mercado eléctrico, fiscalidad, nuevos mecanismos de financiación, desarrollo tecnológico y gobernanza.
• Definir objetivos vinculantes a 2030 para el sector eléctrico y para el resto de sectores, que permita una senda progresiva (2031-2050) de consecución del objetivo de un 80-95% de reducción de emisiones de CO2 para 2050.
• Permitir la competitividad de la electricidad como vector de descarbonización reflejando su coste real mediante la eliminación en la factura eléctrica de los costes ajenos al suministro.
• Establecer un marco estable para la instalación de energía renovable: mecanismos estables de retribución, una senda de implantación y un calendario de subastas. Incidir en la no revisión de los parámetros retributivos, en particular de la tasa de rentabilidad razonable. Se requieren políticas que hagan los cashflows futuros predecibles, como los contratos de adquisición de energía a largo plazo (PPAs en su acrónimo en inglés) para poder disminuir el riesgo y la tasa de retorno previsto, que redundará en menores precios para el consumidor.
• Facilitar las inversiones en interconexión para asegurar la penetración de las renovables y la posibilidad de exportar excedentes.