Por: Gorka Landaburu e Iñigo Aduriz | Fotos: Borja Puig
En esta entrevista a Pedro Sánchez, concedida a Cambio16 a principios de este año, el hoy presidente del Gobierno puntualiza su visión sobre el asunto secesionista catalán. El primer reto tras su juramento. Quim Torra, nuevo nuevo presidente de la Generalitat, ya ha pedido reunirse con él. Sánchez, por su parte, también hizo la promesa de mantener conversaciones. Pero siempre dentro de la premisa de que «cualquier solución para Cataluña debe encajar dentro del marco constitucional».
Ahora, reeditamos nuestra entrevista con Pedro Sánchez en la que ofrece su visión del tema a principios de este año. Asimismo, expresó su visión sobre el papel de España en la UE. Asimismo, habló también sobre el estado de las autonomías, la reforma de la Constitución, la actualización de la izquierda y la recuperación económica.
Pedro Sánchez (Madrid, 1972) ha conseguido unir a los socialistas españoles en torno a su liderazgo y ha resurgido como figura política cuando ya se le había dado por finiquitado tras el fatídico Comité Federal del 1 de octubre de 2016. Representa al nuevo PSOE, el que ya crece en las encuestas y que se ha construido desde la base.
El PSOE ha estado en los últimos años en horas bajas. ¿A qué se debe la recuperación a la que apuntan todas las encuestas?
La ciudadanía comienza a percibir con claridad nuestra condición de alternativa desde la izquierda al gobierno de la derecha. Ese es el resumen de estos meses de trabajo. En mayo, cada vez más ciudadanos percibieron que los afiliados del PSOE querían abrir un nuevo tiempo y seis meses más tarde perciben que no se trataba de una ilusión, sino todo lo contrario. Valoran que estamos llevando a cabo el compromiso que adquirí en las primarias.
¿Cómo ve al partido después de la crisis de los últimos meses?
No hay mejor bálsamo para la crisis que la voluntad mayoritaria de los militantes. Así lo siento. El partido se ha puesto en disposición de ganar y ese es un cambio cualitativo fundamental y un sentimiento generalizado en toda la organización.
La situación interna
¿Ha conseguido unirlo?
El partido debe de estar unido, sí, pero, al mismo tiempo, tiene que ser un referente para el debate político del país. Por eso, a veces, la pluralidad puede confundirse con el ruido. Pero el Comité Federal que celebramos el pasado mes de noviembre, el primero de esta nueva etapa, ha puesto a las claras que hay cohesión en el proyecto y apoyo a la dirección que tiene el encargo de llevarlo a buen puerto.
El PSOE gobierna ahora en siete comunidades autónomas. ¿Cuáles son los principales hitos en esos territorios?
Se puede resumir en que, pese a los recursos limitados por la negativa del Gobierno del PP de abordar la necesaria reforma de la financiación autonómica, las comunidades autónomas gobernadas por los socialistas están fortaleciendo las políticas sociales con una gestión impecable de las cuentas públicas.
¿Está el PSOE en busca de un nuevo proyecto y un nuevo discurso?
El proyecto está ensamblado, pero, por supuesto, necesita aún de mucho trabajo y del desarrollo que solo da el tiempo. Y el discurso le sigue. Estoy muy satisfecho de lo que hemos logrado consolidar en solo seis meses, pero es un buen punto de partida, en ningún caso es la meta.
¿Cómo encajaría ese proyecto en las necesidades de España?
Nuestro país necesita un compromiso de renovación profunda que reforme las instituciones, las modernice y las mejore y que haga de la economía el mejor cómplice de los jóvenes. Su porvenir depende de los cambios que seamos capaces de llevar a cabo con valentía. Su gran enemigo es la pasividad conservadora.
El asunto catalán
Por ejemplo, ¿cómo se podría vertebrar a la sociedad catalana?
Logrando que las instituciones del autogobierno recuperen el prestigio que necesitan. La confianza de los ciudadanos se gana demostrando que las instituciones son las garantes de la convivencia respetuosa y del progreso de las personas. Cataluña ha sufrido una enorme fractura. El primer paso para superarla es recuperar la plenitud representativa del Govern y del Parlament. A lo que habrá de seguir un enorme esfuerzo de reconciliación que debe comenzar por los responsables políticos hasta alcanzar a todos los ciudadanos.
Gane quien gane en Cataluña, ¿en qué deberían ceder unos y otros para lograr un acuerdo que contribuya a esa vertebración?
El respeto al Estado de Derecho es la condición fundamental e imprescindible. A partir de ahí, la convivencia exige siempre tolerancia, voluntad de acuerdo, responsabilidad… una constelación de valores que están en la base de las sociedades democráticas. Cataluña puede recuperarlas y los socialistas, desde luego, estamos dispuestos a liderar ese esfuerzo y somos los que mejor lo garantizamos.
Mariano Rajoy le prometió que se abordaría la reforma de la Constitución. ¿Cree que está realmente dispuesto a reformarla?
No tengo razones para dudar de la voluntad del presidente. Él mismo se ha ratificado en que cumple con su palabra. Está en su mano elegir si quiere ser únicamente el presidente de su partido y defender sus intereses o el presidente del Gobierno de España y defender las necesidades de nuestro país. Si las derechas de este país no entendiesen que el inmovilismo no es una opción, acabarían apeándose de la dinámica de los cambios que, no tengo dudas, acabará por abrirse paso. Confío en que la mayoría de los sectores políticos sean conscientes de que nos encontramos en uno de esos momentos transcendentales de la historia de un país. O cambiamos, o como país no seremos capaces de superar la mediocridad. No es solo el futuro inmediato, está en juego el porvenir de varias generaciones.
La reforma de la Constitución
Incluso si estuvieran dispuestos, ¿cree que se logrará un consenso suficiente?
Nunca he pensado que vaya a ser fácil. No fue sencillo en el 78 pero finalmente se logró. Tengo confianza en que seremos capaces de sacar adelante las reformas que reforzarán la legitimidad de la democracia.
¿Cuáles son los elementos prioritarios de esta reforma?
Debemos abordar una reforma en profundidad. Necesitamos un cambio en el modelo territorial, la configuración de una nueva España autonómica. Un gran capítulo de consolidación de derechos. Y, en tercer lugar, la modernización constitucional, incorporando realidades que no existían en 1978.
En este contexto del cambio, ¿cómo se debería redibujar el Estado de las Autonomías?
Lo primordial es definir qué país queremos. Los socialistas apostamos por un Estado federal. Tenemos claro que el Estado de las Autonomías ha sido fundamental para consolidar el Estado del Bienestar. Para los socialistas son conceptos prácticamente equivalentes: Estado autonómico y Estado social. El futuro tiene que ser un marco en el que todos nos sintamos cómodos, respetando la pluralidad y la diversidad desde un principio fundamental del que solo los socialistas somos garantía: la igualdad entre territorios.
¿Es solo una cuestión política o es urgente, también abordar el asunto de la financiación?
Es absolutamente urgente. Se tendría que haber abordado ya en 2014. Hay que recordar que cuando hablamos de financiación autonómica estamos hablando de los recursos que destinamos a la sanidad pública, la educación y los servicios sociales. Estamos hablando de la financiación del Estado del Bienestar.
La mejora económica
En materia económica, ¿qué haría el PSOE para revertir la creciente desigualdad entre los españoles?
Hay que actuar en dos frentes. Por el lado de la predistribucción; es decir, reducir las desigualdades de origen requiere un mercado laboral que proteja más a los trabajadores, una educación pública mejor financiada y mejor diseñada, más competencia en los mercados para eliminar prácticas oligopolistas. Y, por el lado de la distribución, mejorar la capacidad de reducir desigualdades de nuestra política social. Y eso requiere abordar un sistema de ingreso mínimo vital que acabe con la pobreza infantil, mejores ayudas y políticas activas para los parados de larga duración o dar más protección a las familias monomarentales.
Estamos saliendo de la crisis, pero los beneficios no se perciben en la mayoría de los españoles. ¿Qué más se puede hacer?
Se necesita una política económica no conservadora. Al fin y al cabo, es la derecha y su vocación desreguladora la que nos ha traído hasta aquí. Y no eludo con ello las responsabilidades de la izquierda socialdemócrata que no supo combatir la presión neoliberal. Hemos aprendido de los errores. Hay un nuevo PSOE con una política que sabrá generar crecimiento sostenible y redistribución.
Dice el presidente de la patronal que en España hay que crear un millón y medio de puestos de trabajo para garantizar las pensiones. ¿Cómo se hace?
No hay una medida mágica para crear empleo. Es la política económica en su conjunto la que lo crea. Pero en España tenemos que pensar también en qué tipo de empleo queremos crear. En qué sectores de futuro. No podemos resignarnos a que la creación de empleo sea a costa de incrementar la precariedad.
Cambiar la tendencia
Los motores del desarrollo económico son más coyunturales que estructurales. De ahí la desaceleración a la que España se enfrenta el próximo año. ¿Cómo revertir esa tendencia?
Sí, en efecto, una vez que se acaben los vientos de cola es evidente que el gobierno no tiene un plan B. España tiene que trabajar ya en una transición económica de futuro, que supone diversificar sus sectores productivos e introducir más capacidad de innovación en todos. Y eso pasa por el compromiso de los poderes públicos en construir un ecosistema que favorezca la innovación empresarial. En estos años de gobierno de la derecha hemos perdido un tiempo precioso, porque no ha habido ninguna intención del Gobierno de modernizar la economía española.
La economía digital y otras tecnologías disruptivas están cambiando la forma en cómo se produce, cómo se vende y cómo se consume. Es un tren que está pasando y que algunas empresas españolas están subiéndose a él, pero el Gobierno no tiene voluntad ni capacidad para que la política económica se adapte a esta nueva realidad. Las derecha se equivoca en su apuesta por ganar competitividad devaluando los salarios, siempre habrá un país dispuesto a trabajar más barato que tú, hay que ganar por la vía de hacer las cosas mejor, y eso se consigue con innovación, conocimiento y capital tecnológico.
El I+D tiene cada vez menos peso en el PIB cuando asistimos a un cambio disruptivo del modelo productivo con la digitalización y la inteligencia artificial. ¿Perderemos una vez más el tren del progreso?
Hemos perdido seis años y eso en un entorno cambiante es mucho tiempo. La política de investigación debería ser de Estado y no recortarse por cambios políticos o por coyuntura económica. España necesita un gobierno que crea en la ciencia, en la investigación. Es un drama ver como nuestros investigadores están cada vez en situación más precaria y tienen que dar su talento a otros países porque en España no hay un Gobierno que sea capaz de entender que un país que no investiga, no tiene futuro.
El futuro de la UE
Da la impresión de que las instituciones europeas y la UE se encuentran paralizadas. ¿Cómo relanzar el proyecto europeo?
El proyecto europeo del siglo XX fue la Unión Económica, y aún faltan flecos importantes para conseguirlo, como una auténtica Unión Fiscal. Pero en el siglo XXI además de mejorar la unión económica, tenemos que construir la Unión Social. Tenemos que reformar la UE para conseguir una mayor conexión de las instituciones europeas con los ciudadanos. Para el nuevo PSOE Europa no es solo la consecución de un gran mercado sino que ha de ser un proyecto político basado en la solidaridad, la convergencia territorial y social, el interés mutuo y la soberanía compartida entre países. De ahí que los socialistas europeos sigamos aspirando a que la UE se convierta en un espacio supranacional de corte federal que se caracterice por desarrollar el modelo social de una sociedad del bienestar, dando lugar a una verdadera ciudadanía europea.
¿Cuál es el papel de España en ese impulso?
La España de Rajoy no está, ni se les espera en el ámbito internacional. En la UE España es hoy una voz menor, tiene un papel inferior al que le corresponde por la importancia del país.
El proyecto
Otros como Emmanuel Macron se han comprometido a relanzar Europa.
Claro que hay que relanzar Europa, pero en mi opinión hay que hacerlo desde un enfoque progresista y social. Es fundamental que el pilar social sea el protagonista del relanzamiento de Europa, por ejemplo estableciendo un Salario Mínimo europeo y armonizado.
La izquierda europea está en crisis. ¿Qué le ocurre a la socialdemocracia? ¿Es falta de proyecto o de liderazgo?
La socialdemocracia ha pagado los errores e insuficiencias que limitaron su capacidad frente a la oleada conservadora. No fue capaz de reformar los efectos más perversos de la globalización. Para nosotros, esa etapa ha quedado atrás. Ahora armamos un proyecto con una profunda vocación por la justicia social. Es la obligación que contraemos quienes estamos comprometidos con los valores de la izquierda.
La actualización de la izquierda
¿El PSOE tiene que encabezar la recuperación de la socialdemocracia europea? ¿Cómo?
Demostrando que es capaz de ganar la mayoría y que es capaz de sumar para gobernar. Se ha hecho en Portugal y solo la ceguera impediría que se frustre otra vez en España.
¿Cree que el PSOE y Podemos están condenados a entenderse a pesar de las discrepancias?
No es una condena, es una responsabilidad con la mayoría social de izquierdas que existe en España. Cada cual hace su camino. Yo pagué un precio político muy elevado por intentarlo y no resignarme. Podemos y sus confluencias tienen pendiente una reflexión sobre la responsabilidad que les compromete para sumar al cambio político del país. No pueden volver a encerrarse en sí mismas porque eso solo lleva a la frustración.
Ganar las elecciones
¿En qué disposición está el PSOE de ganar las elecciones al PP? ¿Cómo lo va a hacer?
Todas las encuestas coinciden en que la brecha entre PSOE y PP se ha acortado de manera sustantiva. Y verán como seguirá haciéndolo en los próximos meses. Existe una expectativa real, muy fundada, de que podemos ganar las elecciones. Y, lo que también es muy importante, que seremos capaces de liderar una mayoría sobre la que se sustente un gobierno progresista.
Frente al desencanto y la crisis del Estado del Bienestar, ¿cómo recuperar la ilusión de los ciudadanos?
El Estado de Bienestar necesita acometer cambios, no para debilitarlo sino para legitimarlo. La primera responsabilidad que me planteo es garantizar su sostenibilidad. Y también es imprescindible fortalecer sus pilares básicos, al tiempo que debemos incorporar derechos que ofrezcan respuesta a realidades nuevas y lacerantes. Ese es el camino para recuperar la confianza de la ciudadanía.