Por Iñigo Aduriz
06/10/2016
Apenas cuenta con dos años de vida, pero a Podemos ya se le distinguen varias familias que desestabilizan la unidad interna y escenifican batallas, sobre todo mediáticas, cada vez que se produce algún proceso de elección de cargos o candidatos. Una de las últimas se dio el pasado 20 de septiembre cuando Pablo Iglesias e Íñigo Errejón protagonizaron un polémico intercambio de tuits en torno a la estrategia que debía seguir el partido.
“En Podemos no hay ni deberá haber corrientes ni facciones que compitan por el control de los aparatos y los recursos; pues eso nos convertiría en aquello que hemos combatido siempre: un partido más”. Iglesias utilizaba estas palabras en marzo a través de una carta a la militancia para tratar de calmar las aguas tras uno de los episodios más convulsos que vivió la formación morada: la dimisión en bloque de diez miembros de la dirección del partido en Madrid díscolos con su hasta ahora líder autonómico, Luis Alegre, uno de los hombres de más confianza del secretario general estatal.
Madrid es, meses después, la plaza en la que más ha quedado en evidencia la disputa por la hegemonía de Podemos entre los llamados pablistas –afines a Iglesias– y los errejonistas –cercanos al número dos del partido, Íñigo Errejón–. El pasado 7 de septiembre fueron las representantes de este último sector Rita Maestre y Tania Sánchez las que iniciaban una nueva batalla por el control del Consejo Ciudadano de la comunidad madrileña, para cuya elección la formación celebrará unas primarias entre el 5 y el 9 de noviembre. Iglesias no tardaba en reaccionar y, apenas 24 horas después, el senador Ramón Espinar anunciaba también su intención de concurrir a ese proceso pero por el bando oficialista.
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El núcleo duro en torno al secretario general lo conforman entre otros el ya mencionado secretario de Participación y líder madrileño, Luis Alegre, el responsable de relaciones entre la sociedad civil y movimientos sociales, Rafa Mayoral y la jefa de Gabinete del propio Iglesias, Irene Montero. Entre los más destacados errejonistas están, en cambio, Sergio Pascual, que protagonizó otro episodio de enfrentamiento cuando fue cesado en marzo por Iglesias de manera fulminante y sorprendente de la Secretaría General; la máxima dirigente de Podemos en Euskadi, Nagua Alba; el responsable de Documentación, Argumentación y Discurso del partido, Jorge Moruno; la secretaria de Acción Institucional, Auxiliadora Honorato, además de las ya mencionadas Maestre y Sánchez. Al sustituto de Pascual como número tres, el también líder de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, se le consideraba crítico con Iglesias, si bien ha habido un acercamiento entre ambos tras su nombramiento. Y la secretaria de Análisis Político y Social, Carolina Bescansa, ha ejercido de puente entre los dos frentes en más de una ocasión.
¿Qué diferencia a ambos bandos? Principalmente cuestiones ideológicas y organizativas. Los errejonistas son más moderados, aplauden la idea inicial de Podemos de desmarcarse de la dicotomía de izquierda y derecha y respaldan un mayor acercamiento y la firma de acuerdos con otros partidos como el PSOE. Los oficialistas han girado más a la izquierda y reivindican una voz propia y más radical que la de los socialistas, sobre todo después de las primeras elecciones generales a las que concurrieron, en diciembre de 2015.
Existe una tercera familia que resultó crucial en el nacimiento de Podemos. La de los provenientes de Izquierda Anticapitalista, formación de corte trotskista surgida en 2008 bajo el impulso de miembros de Espacio Alternativo, una escisión de Izquierda Unida. Los principales exponentes de esta corriente interna de la formación morada son la secretaria general de Andalucía, Teresa Rodríguez, que no quiere saber nada del PSOE, y el eurodiputado Miguel Urbán. También la concejala de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rommy Arce. Son quienes defienden los postulados más izquierdistas y los que, por ello, se están situando últimamente más cerca de Pablo Iglesias que de Íñigo Errejón. No obstante, también han planteado una candidatura alternativa al Consejo Ciudadano de Madrid, uniendo en sus filas a otros sectores críticos e independientes. El hoy secretario de Organización, Pablo Echenique, contó con el respaldo de este grupo cuando se enfrentó a Iglesias en noviembre de 2014 presentando una candidatura alternativa al Consejo Ciudadano. Él, que militó en Ciudadanos hace tan sólo tres años, llegó a encabezar el sector crítico de la formación morada, si bien ahora se le considera cercano al secretario general.