Por Erika Hidalgo López
19/04/2018
Un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas publicado esta semana, da fe de los avances en la reforma del sistema financiero mundial. El documento basado en los últimos cuatro años señala que el sector ha comenzado a entregar financiamiento de manera «desesperada». Los planes buscan apalancar proyectos en pro de la sostenibilidad. Al mismo tiempo, ya se han establecido marcos de acción.
El documento Making Waves: Aligning the Financial System with Sustainable Development, encuentra que el capital comenzó a fluir. Pero advierte que todavía hay un fuerte apoyo a la vieja economía, en especial en materia energética.
«Durante los cuatro años de las operaciones de la investigación, hemos visto cómo la reforma del sistema financiero global se acelera. Los bancos, inversores y reguladores se dan cuenta de que deben intensificar sus acciones. No solo para proteger a las personas y el planeta, sino también por sus resultados», dijo Erik. Solheim, jefe de Medio Ambiente de la ONU.
«Esto es enormemente alentador. Sin embargo, ahora tenemos que convertir el reconocimiento de la necesidad de cambio, en un movimiento global. Un movimiento que ofrezca la financiación que necesitamos para brindar un futuro mejor para todos».
La encuesta de la ONU, que abarcó resultados hasta marzo de 2018, trabajó con los responsables de formular políticas. Entre ellas, las organizaciones internacionales, las instituciones financieras y la sociedad civil, se dieron a la tarea de poner a las finanzas sostenibles en el centro del debate.
En su informe final, Making Waves encontró que la sostenibilidad se está convirtiendo en parte de la práctica habitual en las instituciones financieras y los organismos reguladores.
Acciones reales dan resultados positivos en materia ambiental
De hecho, la emisión de bonos verdes creció de USD 11.000 millones en 2013 a USD 155.000 millones en 2017. Estiman, que la clave de este crecimiento ha sido el papel creador de las autoridades públicas. Especialmente, los principales bancos de desarrollo. Pero se debe avanzar en la colocación de bonos globales por alrededor de USD 100 billones, destaca el texto.
Las desinversiones en activos intensivos en carbono alcanzaron un estimado de USD 5 billones en 2016. Mientras que las inversiones en carbón, petróleo y gas durante el mismo período llegaron a USD 710.000 millones.
Las acciones nacionales son críticas e individuales. De hecho, se ha dado un número creciente de hojas de ruta ambiciosas sobre finanzas sostenibles. Asimismo, el número y el alcance de medidas de política para avanzar en la financiación sostenible ha aumentado.
A fines de 2013, 139 políticas y medidas regulatorias estaban en vigencia en 44 jurisdicciones. Cuatro años después, el número de medidas aumentó a 300 en 54 jurisdicciones. También las iniciativas a nivel de sistemas registró un aumento sustancial.
El documento sobre el sector financiero, destaca que ha habido un notable crecimiento en iniciativas internacionales, como el G20 Green Finance Study Group (GFSG), copresidido por China y el Reino Unido, y la UN Environment.
Sin embargo, el informe también advierte que los flujos financieros actuales aún son flojos. Es preciso precionar, pues no se está nada cerca para entregar los trillones de dólares necesarios cada año para financiar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París.
Grandes del sistema financiero apalancan desarrollos sostenibles
El reporte también destaca que la participación de actores cada vez más influyentes es real. El crecimiento de poderosas coaliciones que apoyan la acción colaborativa se ha percibido. Además, el enfoque cambiante hacia áreas como las finanzas digitales, los roles de las agencias de calificación y las plataformas clave de políticas como el G20, apuntan a nuevas medidas.
«La mayoría de las iniciativas que están en marcha para acelerar el financiamiento sostenible, ya sea por bancos centrales, fondos de pensiones, agencias de calificación crediticia o compañías de seguros, hubieran sido simplemente impensables cuando la investigación comenzó en 2014», dijo Nick Robins, codirector de la investigación. «Esto debería darnos confianza de que podemos lograr la alineación del sistema financiero con el desarrollo sostenible».