La energía renovable destaca como una industria donde el cambio tecnológico está sucediendo de forma más acelerada que en otros sectores. Alberto Mengotti, jefe de Electricidad del área de Energía y Construcción de MAPFRE Global Risks, explica la transformación que se está desarrollando en esta industria y los retos y oportunidades que representa para el sector asegurador, que debe mantenerse receptivo ante esta rápida evolución, trabajando en colaboración con los clientes para la comprensión de la escala y complejidad de los riesgos.
La tecnología está evolucionando rápidamente en casi todos los sectores industriales. No obstante, la energía renovable destaca como una industria donde el cambio es más rápido y generalizado que en la mayoría de los sectores.
Casi todos los gobiernos del mundo han dado su apoyo en los últimos años al sector de la energía renovable, sobre todo a través de fuertes incentivos e inversiones, principalmente inducidos por los requerimientos ambientales acordados internacionalmente. Estas inversiones, trazadas para conseguir que las energías renovables resulten más competitivas en comparación con las fuentes de energía tradicionales como el carbón y el gas, han provocado una rápida evolución de las tecnologías, con nuevos diseños, materiales y componentes.
En una reciente conferencia en Londres podía percibirse una notable sensibilización del sector de la energía renovable sobre la necesidad de que las aseguradoras aumenten su comprensión de estos progresos, a fin de ofrecer soluciones de seguros más adecuadas para cubrir estos riesgos en evolución y una mejor evaluación de los mismos.
El crecimiento del sector eólico: beneficios y desafíos
Como ejemplo, se han producido cambios constantes y significativos en el sector de la energía eólica gracias a los cuales los productores de electricidad están instalando aerogeneradores más grandes y pesados. El objetivo es obtener una mayor producción de potencia en sus parques eólicos. En los comienzos de la industria predominaban los aerogeneradores muy pequeños, pero hoy en día se pueden ver turbinas eólicas de 2-3 MW o incluso mayores. Esto significa que en algunos casos los diámetros del rotor pueden alcanzar 100 metros o más. Asimismo, se empiezan incluso a instalar torres de hormigón en lugar de acero para soportar el peso de las góndolas (nacelles).
Este cambio conlleva beneficios, pues las torres de hormigón tienen un comportamiento dúctil, lo que brinda mayor estabilidad en áreas sísmicas. Además, dichas torres también están libres de mantenimiento y generalmente poseen una mayor durabilidad (> 50 años), así como una mejor tolerancia a posibles daños por impacto y una alta resistencia al fuego. Pero, por otra parte, aparecen riesgos adicionales durante la fase CAR/EAR, por la necesidad de utilizar grúas más altas, imprescindibles para alcanzar estas mayores alturas.
Las perspectivas del sector ante los nuevos riesgos
En algunos países europeos, donde la energía eólica ha estado presente durante muchos años, existen parques eólicos que ya están llegando al final de su ciclo de vida, razón por la que se están llevando a cabo planes para extender su actividad. Esta situación implica nuevos riesgos para las aseguradoras, de los que deben ser conscientes y para cuya cobertura deben estar preparadas en colaboración con sus clientes.
En el ámbito empresarial, algunos fabricantes europeos de aerogeneradores se están fusionando para alcanzar y hacer frente a la creciente competencia, especialmente de los fabricantes chinos, que cada vez son más importantes en el sector.
Estos acontecimientos acarrean nuevos retos para los que las aseguradoras deben estar capacitadas. Se trata de proteger a los clientes y maximizar sus propias oportunidades.
El cambio tecnológico y el uso de dispositivos de última generación implican un riesgo que hay que evaluar y minimizar
Los fabricantes están proporcionando un sofisticado software como parte de sus instalaciones. Esta tecnología provee a los parques eólicos de una infraestructura digital que permite a los operadores recolectar, visualizar y analizar datos a nivel de unidad y parque. A través de la recopilación de estos datos (clima, información de componentes, informes de servicio y rendimiento de sistemas similares), los modelos predictivos se pueden construir con los datos convertidos en información procesable.
De esta manera los operadores de parques eólicos optimizan sus estrategias de mantenimiento, mejoran la fiabilidad y la disponibilidad y aumentan la producción anual de energía. Una circunstancia muy positivo que, sin embargo, como sucede en muchos otros sectores industriales donde se utiliza Big Data, acarrea riesgos cibernéticos. Una cuestión en la que no se pensó en los comienzos de los parques eólicos, pero que ahora debe ser cubierta por las aseguradoras. Idealmente como parte de un “programa paquete”, para evitar cualquier laguna en la cobertura.
Despega el uso de drones
El Big Data no es el único cambio notorio en las prácticas de mantenimiento. Cada vez es más común el empleo de cámaras de largo alcance y drones para realizar inspecciones de palas de aerogeneradores y líneas de transmisión. Su uso permite efectuar evaluaciones en directo, consiguiendo que los operadores puedan actuar rápidamente si fuera necesario.
En algunas plantas fotovoltaicas también se utilizan estas tecnologías y se emplean drones para llevar a cabo termografías aéreas con el fin de detectar zonas de puntos calientes en los paneles. Ello permite a los operadores mejorar la eficiencia de los trabajos de mantenimiento, ya que la cantidad de módulos instalados suele ser muy grande. Se trata de una práctica que ahorra tiempo y recursos, pero que una vez más, conlleva nuevos riesgos.
Oportunidades de energía eólica offshore
Otro ejemplo de la evolución de la tecnología, con el consiguiente aumento de las sumas aseguradas, se da en las instalaciones de energía eólica marina. En la actualidad se están montando aerogeneradores de 7-8 MW y considerando prototipos de 10 MW (o más) para el futuro cercano. Se están instalando aerogeneradores flotantes en aguas profundas donde las torres con base no son factibles y donde el viento es usualmente más consistente y más fuerte sobre el mar, debido a la ausencia de características topográficas que interrumpen el flujo de las corrientes de aire.
Gracias a los avances tecnológicos, y la mayor eficiencia operacional, algunas de las grandes empresas eléctricas se están deshaciendo de las fuentes de energía convencionales para centrarse cada vez más en las fuentes de energía renovables, especialmente la eólica. Como siempre, esta evolución aporta muchos beneficios pero también mayores riesgos que las aseguradoras deben conocer y tener la capacidad de cubrir.
De cara al futuro, existe una gran oportunidad para el mercado de seguros de marcar la diferencia. Fundamentalmente a través de prácticas comerciales sostenibles y siendo ágiles y receptivos a los rápidos cambios que vive la industria de energía renovable. También en la comprensión de la escala y complejidad de nuevos riesgos.
El compromiso con la sostenibilidad es una prioridad estratégica en MAPFRE Global Risk. La compañía ofrece una gestión de riesgos líder en el mercado, así como soluciones de seguros que cubren tanto los riesgos existentes como los nuevos que se encuentran en evolución en estos proyectos de energía renovable. La experiencia del cliente resulta fundamental en este sentido.
Mapfre Global Risks ofrece una cobertura diseñada a medida de las empresas especializadas en renovables
En línea con esta política, desde el Área de Energía de la Unidad Global Risks, en colaboración con el departamento de Ingeniería, estamos desarrollando un producto específico para el aseguramiento de Parques Eólicos de potencia inferior a 100 MW que será comercializado próximamente en distintos países de Latinoamérica a través de las distintas compañías MAPFRE, aprovechando la inversión prevista en los próximos años en dicha región en el sector de la energía renovable. La intención a futuro es ampliar el alcance de este producto, haciéndolo extensivo también a plantas fotovoltaicas y pequeñas centrales hidráulicas.
El compromiso de MAPFRE con el planeta y el negocio sostenible
El compromiso de MAPFRE con el sector de las energía renovable no solo está dirigido al negocio empresarial. La compañía apoya los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que están diseñados para proteger a las personas, el planeta y la prosperidad durante el período 2016-2030, un fin incluido en el Plan de Sostenibilidad del Grupo MAPFRE para el periodo 2016-2018, uno de los pilares corporativos en la lucha contra el cambio climático y la descarbonización.
MAPFRE ha alcanzado la máxima calificación en virtud del Pacto Mundial de Naciones Unidas sobre Responsabilidad Social Corporativa (RSE) durante seis años consecutivos. También ha sido reconocida como una de las compañías líderes en sostenibilidad por parte de la organización CDP-Driving Sustainable Economies, un índice que incluye solo al 5% de todas las compañías incluidas en esta clasificación.
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